Ť Nuestra fuerza está en la dignidad, dicen líderes


Denuncian indígenas campaña de desprestigio del gobierno

Ť Descartan entrar a Quito por donde están los retenes militares

Ť Buscamos provocar la reflexión, más que la caída de Mahuad, dicen

Ramón Vera Herrera, enviado, especial para La Jornada, Quito, 17 de enero Ť Hoy el país comenzó a sentir los efectos del levantamiento tan anunciado tras las movilizaciones de la semana pasada. El Frente Patriótico efectuó una manifestación para exigir la liberación de tres de sus integrantes (José Chávez, Luis Villacís y Ciro Guzmán detenidos el domingo en la madrugada), que terminó con gases lacrimógenos lanzados contra la multitud y la detención de varios estudiantes que fueron presentados con crema en el rostro para que no se les notaran los derrames; uno de ellos tenía los nudillos destrozados.

ECUADOR_manif Múltiples bloqueos carreteros con piedras y palos a lo largo de varios kilómetros paralizaron el tránsito en todas las vías de la Provincia de Cañar, entre las poblaciones de Loja y Cuenca, Riobamba y Ambato, Quevedo y Guayaquil, la carretera de Morona a Santiago y en todas las vías de la provincia amazónica de Napo.

En la Escuela Politécnica Nacional, cuyos estudiantes bloquearon la avenida Ladrón de Guevara a la altura de la entrada principal con una barricada de llantas quemadas, volvió a sesionar el Parlamento Nacional de los Pueblos después de haber recogido las resoluciones de los parlamentos o asambleas cantonales y provinciales de días anteriores, y el Frente Patriótico se reunió también por la tarde en un local sindical para evaluar la movilización de la mañana, planear acciones y formas de conseguir la liberación de sus tres dirigentes. No obstante, el proceso que marcó el día es la continuación de la batalla informativa que se libra entre el gobierno y las organizaciones promotoras del levantamiento.

El eslogan gubernamental del día, repetido en varios medios fue Marcha no pasó el control. Y es que se sigue maniobrando para demostrar, siguiendo una lógica racional basada en la práctica de las movilizaciones acostumbradas, que las organizaciones ųprincipalmente aquellas agrupadas en torno a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuadorų fracasaron en hacer llegar a Quito una monumental columna que se enfrentara con el ejército o la policía para sitiar la ciudad.

Para Mario Bustos, encargado de comunicación de la Confederación de Pueblos Indios de Ecuador (Conaie), "el gobierno está empeñado en desacreditar nuestro movimiento haciéndonos aparecer como intransigentes y racistas; mandan gente a que hable en las emisoras a nombre de los dirigentes señalando que se ha suspendido el levantamiento. Hemos encontrado documentos falsificados en los que nos pintan con actitudes incluso delincuenciales, como un párrafo sustituido en alguno de nuestros boletines que nos hacía decir: 'si se acaban nuestras despensas, vamos a saquear los supermercados'. Hay otros párrafos en los que se falsifica nuestra postura y parecería que queremos tomar el poder, hacernos gobierno y que éste sea sólo para los indios. Esto es grave en una sociedad racista como la ecuatoriana. Se equivocan también en pensar que vamos a llegar a Quito por donde el ejército y la policía han puesto sus retenes."

Esto último desquicia incluso a dirigentes de algunas organizaciones simpatizantes o activas en el levantamiento que no lo ven concretarse como esperarían. Los indígenas parecen repetir una estrategia que ya les funcionó en el levantamiento de julio pasado: "no hay obstáculo por grande que sea al que no pueda dársele la vuelta".

No se trata de un gran contingente que marche a pie o en caravana de carros hacia Quito, sino un cuerpo espiritual ųno fragmentario sino multiplicadoų que crea miles de grupitos de dos, tres o cinco hombres, o en solitario, que por laderas y quebradas, por los chakiñanes o senderos tradicionales, por veredas y monte tupido encuentran las invisibles puertas de una ciudad que los espera donde no hay espera posible. Personas que llegan a la ciudad como carga en camiones; muchos estaban ahí hace días y el poder no los mira. Otros miles, viviendo en los barrios populares no están registrados en las minutas policiacas.

Mientras toda la campaña de desprestigio los ubica como transgresores, subversivos y delincuentes, algunos de los dirigentes estuvieron "haciendo hogar", conviviendo con la familia, viendo juntos lo que la televisión dice de ellos, recibiendo llamadas en el estanquillo de la esquina, en una casa de uno de los barrios de Quito cuyas calles lodosas por la lluvia sirven de verdadero mirador de la ciudad desde una de sus laderas.

"La resistencia principal va contra el desprecio"

Todos juntos, afirman, mostrarán no sólo la fuerza de su número, sino la fuerza moral de una dignidad que le dice a los que creen mandar que se equivocaron, que el país es muy otro y que la resistencia principal va contra ese desprecio.

De ese tamaño es la tarea de llegar a Quito para rencontrarse, con las demás organizaciones y no para "tomar la capital".

Para la Conaie es muy claro que lo más importante del levantamiento actual no es que caiga Mahuad, si eso es lo único que ocurre, sino inaugurar un periodo de reflexión conjunta y de toma de decisiones desde la base. La idea de los Parlamentos Populares desde el nivel comunitario, cantonal, provincial y el nacional es que logren ser permanentes. La intención tras la movilización actual es revertir la lógica de la toma de decisiones, por eso tardan en llegar; porque todo va consultándose en esos niveles y poco a poco se crean los consensos para una movilización sostenida, que deslegitime al poder y que al mismo tiempo cree las condiciones no para un gobierno indio, sino como piso para una transición a un gobierno popular que represente legítimamente a todos.