* Ilegal, usar recursos públicos con fines electorales, dice


Persisten carencias y rezagos en Guanajuato, señala Zedillo

* Durante la gira, el mandatario recibe reclamos y peticiones

Rosa Elvira Vargas, enviada, Misión de Arnedo, municipio de Victoria, Gto., 21 de enero * Fue algo más que un reencuentro después de casi cuatro años de no ver a los mexicanos que viven en Guanajuato; volver a estas tierras sirvió al presidente Ernesto Zedillo para constatar que, en la cuna de la Independencia, duele la pobreza, la migración es altísima y que el nivel de vida de las comunidades rurales es muy bajo. Pero también fue hoy ocasión propicia para recordar ųcon dedicatoria a todo el paísų que usar recursos públicos con fines electorales es ilegal, injusto y falto de ética, pues además de nada sirve ''porque a nuestro pueblo no se le puede engañar''.

El voto es secreto y lo sabe la gente, recalcó el mandatario; el dinero que maneja el gobernante no es de él, proviene del pueblo y aquél sólo debe aplicarlos en programas para la sociedad. La gente no tiene nada que agradecerle al gobierno y, por eso, ''mal haría cualquier funcionario público de cualquier nivel de gobierno (en) aprovechar la responsabilidad que se le ha conferido, los recursos que se le han depositado para cumplir su deber y hacer proselitismo por cualquier partido político'', apuntó.

Y para aclarar aún más, indicó que ni él ni el gobernador ''somos candidatos para nada, venimos a cumplir nuestra obligación como gobernantes, a vigilar que se estén cumpliendo los programas de gobierno''. Y subrayó: ''Yo sería y soy el primero en reprobar que cualquier programa del gobierno, de cualquier nivel, fuese utilizado con propósitos electorales. Así tiene que ser en Guanajuato, así tiene que ser en todo México''.

Es sabido que Zedillo no venía a Guanajuato por sus profundas diferencias con el ahora candidato del PAN a la Presidencia, Vicente Fox. Se recuerda también que antes de que el hombre de las botas dejara la gubernatura sostuvo un fuerte debate con el ex secretario de Desarrollo Social, Esteban Moctezuma, porque mientras el panista alardeaba de los logros de su estado ųy durante su gestiónų en un sinfín de indicadores sociales y económicos, el hoy dirigente priísta lo desmentía con la contundencia de las estadísticas oficiales.

Sin alcanzar tono de debate, y sí apelando a la mesura republicana de quien se sabe invitado a una entidad soberana, entre Zedillo y el gobernador interino Ramón Martín Huerta hubo una palpable discrepancia respecto de cómo se encuentra Guanajuato.

El mandatario estatal ųquien en la época de Fox fungió como secretario de Gobiernoų, al hablar en Coroneo ponderó que la entidad cuenta con la sexta economía más grande del país, con uno de los desempleos más bajos y con un producto interno bruto que crece anualmente por encima de la media nacional.

Entre 1995 y 1999, afirmó, se instalaron 6 mil 600 empresas, las exportaciones siguen a un ritmo creciente, la cobertura de salud llega a 99.8 por ciento, se ha reducido la mortandad materno-infantil y el analfabetismo pasó de 15.5 por ciento en 1990 a 12.9 en 1998; además, el nivel de escolaridad alcanza 6.5 años.

Vendrían enseguida los datos contrastantes aportados por Zedillo, y que dan cuenta de la otra realidad. Guanajuato, dijo, ocupa el sexto lugar entre los estados con el número de hogares más pobres; el promedio de escolaridad es inferior, en un año, al nacional; apenas una de cada diez viviendas rurales cuenta con agua corriente; los ingresos de sus campesinos son inferiores 34 por ciento a los del promedio de los agricultores; además, en cuatro de cada diez hogares rurales la migración se da por razones económicas.

Guanajuato es en síntesis, de acuerdo con el mandatario, una entidad donde las carencias y los rezagos ''son numerosos'', en la que el aislamiento, la escasez de servicios públicos, de agua y de fuentes de trabajo ''son la causa principal del atraso y la pobreza''.

Además, tiene el estado tres zonas ųque abarcan 14 de los 46 municipiosų consideradas por su pobreza y marginación dentro del programa federal de Atención a Zonas Prioritarias. Aquéllas comprenden 40 por ciento del territorio de la entidad y casi 10 por ciento de su población total. En esas regiones ųciertamente de baja densidad demográficaų y según datos del Consejo Nacional de Población, la tasa de analfabetismo es de entre 20 y 30 por ciento. Y por si fuera poco, de acuerdo con el gobierno federal, todavía dos por ciento de los guanajuatenses no tiene acceso a los servicios de salud.

Carlos Jarque, el secretario de Desarrollo Social, aportaría más elementos a la estadística del atraso en que vive todo el estado. Señaló que 5 por ciento de las viviendas no tienen luz, 8 carece de agua entubada y 20 por ciento no cuenta con drenaje. Y un dato que preocupa es que Guanajuato presenta un saldo neto migratorio negativo de -9 por ciento, o sea que es mayor el número de los que salen que el de aquellos que entran.

Por eso, las mujeres que escuchaban en Coroneo a Lidia Ramos sabían que le asistía la razón, cuando planteó ante Zedillo que en Guanajuato existen hoy muchas familias en las que el esposo y los hijos se fueron a Estados Unidos a buscar fortuna. ''Muchos de ellos se han olvidado de sus familias, otros no se sabe de ellos, unos los regresaron muertos. Aquí hay mujeres viudas, mujeres dejadas, madres solteras, madres con muchos esposos, que buscamos alternativas para salir adelante con nuestros hijos y así poderles ofrecer alimentación y escuela''.

Con el sol mañanero Damián, un niño delgado y de finas facciones, atiende lo que allá se dice. El tiene también mucha historia propia, pese a sus escasos 11 años, sobre la migración. Platica que su padre se ha ido cuatro veces a Estados Unidos, en el tiempo que él ya guarda memoria. Regresó apenas en octubre pasado, luego de dos años de estancia por allá. ''A veces no pasa y otras sí se va'', comenta bajito. Cuando él y sus cuatro hermanos se quedan solos, uno de sus tíos acompaña a su mamá, y otras veces se mudan con su abuela.

''Y eso pasa con muchas casas aquí, se quedan solas, se quedan sin papá'', cierra Damián con la naturalidad de quien prácticamente no ha convivido con su padre y la del que, ya desde ahora, tiene la idea de que algún día también buscará llegar a Estados Unidos.

ųƑY tú papá les habla por teléfono cuando se va?

ųNo. Manda carta.

Zedillo asume que la gente se va a otras tierras porque no encuentra aquí las oportunidades de mejorar, pero también recalca que los guanajuatenses tampoco esperan que alguien venga de fuera a resolverles, ''nomás porque sí'', sus problemas.

Quieren, con dignidad, salir adelante con su propio esfuerzo, les dice, y enseguida menciona los recursos que destina el gobierno para que, sobre todo las mujeres, puedan fundar empresas que, como en El Capulín ųdonde se realizó el encuentroų, les den alternativas, en este caso a través de un taller de obrajería (tejido en lana).

 

Queremos empleos...

 

Más tarde, en Irapuato, los testimonios darían al mandatario otra ųigualmente crudaų panorámica de lo que enfrentan a diario las clases urbanas de la entidad. ''En Guanajuato hay mucho rezago y pobreza; están lucrando con la vivienda de los pobres'', le expresa un hombre al Presidente. Cerca de él, una mujer grita: ''Nuestros hijos están arrimados''. Más allá, alguien denuncia que el campo está descapitalizado y un grupo de vecinas le da a conocer que la unidad Infonavit Valle del Sol, aquí en Irapuato, ''se está cayendo''. Un campesino habla de rezago agrario y no falta la señora que pide ya no suban los precios. Y a cada momento, aparece insistente la demanda: ''Queremos empleos''.

Tras inaugurar una clínica del ISSSTE ųde hecho, la única obra que se pondría en marcha en la giraų Zedillo llegó a Misión de Arnedo, en la Sierra Gorda, donde escucharía además de otras denuncias y reclamos, las peticiones de los alcaldes de la región, y un tratado de economía a cargo del gobernador, aderezado con algunos planteamientos políticos donde lo mismo rechazó el uso electoral de los recursos públicos, aseguró que el desarrollo no se mide solo en indicadores macroeconómicos y hasta pidió descentralizar el presupuesto para programas como el Progresa.

El Presidente le tomó la palabra. Dijo que ojalá, ahora que cuentan con recursos económicos mucho mayores, los gobiernos estatales y municipales empezaran a participar, ''aunque fuera sólo de manera modesta'', en los programas de combate a la pobreza. Serán bienvenidos, señaló, ''bajo el concepto de corresponsabilidad''.

Así fue el retorno a Guanajuato, donde la gente quería hablar, reclamaba atención y se emocionaba de volver a saber que el Presidente los visitaba. Y el mandatario usó la ocasión para asegurar a la gente de aquí que ''en ningún momento, bajo ninguna circunstancia, nuestro compromiso con el desarrollo de Guanajuato se ha debilitado''. También de ello dio cifras.