* Víctima de maltrato y abandono muere una mujer de la tercera edad


Abusan de ancianos en asilo de la Narvarte

* Los internos son amarrados a sillas * Sufren condiciones infrahumanas en el centro de asistencia

Teresa Gómez * Hace un año, Blandina Arista fue abandonada por sus nietas en un "asilo" que no muestra en la entrada ni siquiera un nombre y que se ubica en la calle Xochicalco 368, en la colonia Narvarte. Allí la visitaban sus sobrinos, Ladislao y Lilia Ocampo, quienes sólo unos días antes de la muerte de la mujer de 99 años se percataron de las condiciones en que vivía.

Sólo rescataron a la anciana cuando la encontraron inmovilizada, amarrada a una silla, con la boca abierta y en estado de hipotermia. Las llagas en su cuerpo le arrebataron quejas de dolor hasta su muerte, según narra Lilia Ocampo, sobrina de la anciana, quien ayer denunció el caso ante La Jornada.

Blandina no fue la única anciana que padeció las condiciones de vida de este asilo, en donde viven ocho ancianos más, en un espacio cerrado, pintadas sus paredes de un blanco ennegrecido por el descuido, con apenas un pequeño patio central que comparten los "huéspedes", lo mismo que las recámaras, ocupadas por hasta por tres de ellos.

Relata Lilia Ocampo que el sábado 9 de enero su hermano Ladislao acudió a la calle de Xochicalco 368, a visitar a la anciana quien vivía ahí desde hace un año. Ladislao platicó poco tiempo con su tía, ya que notó que estaba muy cansada y se quejaba de un dolor en la cintura. Por lo tanto, decidió recostarla en una silla para que reposara y poco tiempo después se retiró.

Preocupada por lo que le dijo su hermano, Ocampo asistió al día siguiente al asilo acompañada por Ladislao y su esposa.

Lo primero que se encontraron al entrar al albergue fueron dos plastas de excremento en el piso de la recepción. Fue entonces cuando la angustia de Lilia Ocampo se intensificó. Eran las 17:30 horas cuando los familiares de la extinta anciana recorrieron los pasillos del asilo y se percataron que algunos internos estaban sujetados a una silla con un listón. Blandina Arista también. La anciana se encontraba en la misma posición en que la dejó su sobrino un día antes.

Al encontrarla en aquel estado, la religiosa solicitó utilizar el teléfono del asilo para reportar lo sucedido a las nietas de la anciana. La enfermera argumentó que el teléfono no servía y por lo tanto la madre Ocampo tuvo que salir a la calle a buscar un teléfono mientras Ladislao se quedaba al cuidado de Blandina. Al no localizar a ningún familiar, Lilia y Ladislao Ocampo decidieron sacar a su tía del asilo que administra Patricia Corona.

A las 19:30 horas Blandina Arista llegó al hospital Santa Teresa de la colonia Roma con tensión arterial alta, respiración agitada y deshidratación de tercer grado, según reportó el doctor Rodolfo Santacruz Cuéllar, director del sanatorio.

Inmediatamente el médico de guardia proporcionó los primeros auxilios a la anciana, pero antes la enfermera tuvo que limpiarle el excremento adherido a su piel que presentaba desde los glúteos hasta los pies. Blandina Arista agonizaba y las tres de la madrugada murió de un paro respiratorio.

Casos como el del Blandina Arista suceden con frecuencia en los asilos, y a decir de la madre Lilia Ocampo esta situación se está repitiendo en el centro de asistencia de la colonia Narvarte.

La Asamblea Legislativa del Distrito Federal, mediante la Comisión de Atención a la Tercera Edad, aprobó el pasado 30 de diciembre la Ley de los derechos de los adultos mayores en el DF, que regula la protección aquellas personas que "en situación de riesgo o desamparo, que por problemas de salud, abandono, carencia de apoyos económicos familiares, contingencias ambientales o desastres naturales, requieren de asistencia y protección del Gobierno del Distrito Federal y de la sociedad organizada".

Mientras tanto, muchas voces como las de la familia Ocampo Arista demandan que los ancianos no padezcan el maltrato y sufrimiento como el que sufrió Blandina antes de morir.

"Quiero justicia para los ancianos maltratados en los asilos", exigió Lilia Ocampo.