* Alumnos expulsados en agosto por su asamblea retoman la vigilancia
Abandono y destrucción, saldo en el CCH Naucalpan
Roberto Garduño * Aulas semidestruidas, laboratorios desordenados, pasillos convertidos en basurero, montañas de sillas y mesas, y hasta una impresora en un bote de basura es el saldo de nueve meses de paro en el CCH Naucalpan. Los jóvenes que formaban el Comité de Huelga abandonaron su movimiento para dar paso a otros de sus ex compañeros que son apoyados por el pleno del CGH para que se hagan cargo las instalaciones.
Los estudiantes que ahora lo resguardan esperaron infructuosamente la presencia de un notario para que diera fe del estado lamentable en que se encuentra el CCH Naucalpan. Tampoco asistieron las autoridades del plantel para hacerse cargo del mismo, y los alumnos que ayer entraron a las 12 horas procedieron a dar fe por sí mismos de aquel desastre.
Desde el jueves por la noche, una treintena de alumnos hicieron guardia en la puerta principal de la escuela para asegurarse que no regresaran los jóvenes del Comité de Huelga que antes resguardaban las instalaciones. En ese sitio soportaron los dos grados bajo cero de temperatura que se registraron en la madrugada, con la intención de esperar a otros estudiantes de la ENEP Iztacala y ENEP Acatlán para ingresar al CCH. Ayer por la mañana la paciencia se terminó, pues no se presentaron ni el notario ni las autoridades. Al mediodía, acompañados por un nutrido grupo de periodistas, realizaron su primera auscultación de las instalaciones.
Para empezar, las puertas de los sanitarios fueron repintadas para indicar los sexos: girls y boys. Mientras el contingente avanzaba por las escalinatas y los pasillos dejaba tras de sí los signos de su presencia en el tapiz de polvo y hojas de eucalipto secas que cubren la superficie del CCH. En el edificio "G" los botes de basura rebosaban de papeles, y encima una impresora marca Brother-Printaform, que sin aparente daño se encontraba en ese sitio: "esa es la primera muestra del vandalismo de los compañeros", fue la explicación durante el recorrido.
Al ambiente de polvo, basura y abandono se sumó el desamparo en que se encuentra el moderno edificio que alberga el Sistema de Laboratorios para el Desarrollo y la Innovación (Siladin). En ese lugar, los anexos para enseñar a los profesores las nuevas técnicas de investigación en física, cómputo, sicología, óptica, astronomía y espectroscopía son un trofeo al olvido; tubos de ensayo, matraces, balanzas, equipo de cómputo, instalaciones electrónicas, hornos, material de laboratorio, todo se encuentra arrumbado. En las mesas de trabajo se observan cascarones de computadoras y CPU que quedaron a medias, pues los investigadores no pudieron concluir su armado. Con eso ante sus ojos, una alumna de cuarto semestre no dejaba de sorprenderse: "seguramente los compañeros las desarmaron para vender sus piezas".
Entre aquellos edificios, idénticos en estructura, destaca el de química, donde los cubículos de los profesores fueron adaptados como dormitorios por los alumnos que vigilaron el CCH hasta el jueves. Aquel lugar es agradable, pues el frío se tolera sin problema, pero las puertas de cada uno de los cubículos fueron forzadas y golpeadas; ahí el panorama es distinto dada su limpieza. En los pizarrones quedó plasmada la fecha del inició de la huelga (19/04/99) y el final de la misma (19/01/00) : "šAquí termina esta historia!".
Caminar por esa escuela, antes orgullo de muchos de sus alumnos, pues la consideraban "el mejor CCH", ayer ofrecía otro escenario, el del descuido y la desolación. Incluso, entre los estudiantes que ayer la retomaron se multiplicaba la pregunta: Ƒy quién es el responsable?
Tras el abandono de los jóvenes que antes la resguardaban y la llegada de los que fueron expulsados en septiembre pasado se encuentra la historia de la división entre compañeros. Los que apenas salieron fueron sacados del pleno del CGH en agosto de 1999, y desde entonces comenzó su aislamiento, que terminó con un enorme desgaste y la decisión de dar por concluida su participación en la huelga.
A esto se sumó ayer la entrada de los alumnos que fueron expulsados de su asamblea, también en agosto del año pasado. Alfredo Hernández, alumno de sexto semestre, recuerda desde el punto de vista de su corriente las diferencias con los del CEU.
"Nos sacaron porque no coincidíamos políticamente con ellos. Se inclinaban más por la línea política del CEU histórico y del PRD. Ellos se llamaban Comité de Huelga, y por eso nos sacaron hace seis meses".
Al río revuelto se sumó la denuncia de Antonio Retana y Nicolás Vázquez, quienes fueron sacados del plantel por diferencias políticas. Frente a la Academia de Matemáticas se erige una montaña de sillas que impide la entrada a ese cubículo, pero sí se ve la puerta doblada, y al interior se observa semivacío: "allí había dos computadoras, una máquina de escribir eléctrica, una cafetera y material de archivo, ahora ya no hay nada, aquí denunciamos el estado en que dejaron nuestra escuela".
Alfredo Hernández recuerda que antes del mediodía de ayer, Vicente Ballesteros, quien se desempeña como secretario del plantel, llegó al CCH, "pero cuando quisimos hablar con él se subió a su Golf y salió huyendo". Fue Angélica Galnarez, secretaria docente del mismo plantel, quien se entrevistó con los alumnos que ahora tomaron posesión de las instalaciones. La funcionaria les dijo que sólo quería conocer el estado en que se encuentra la escuela, según el alumno Alfredo.
Al salir del CCH, en letras negras se puede leer la última leyenda de los estudiantes que se fueron: "šinfame turba de nocturnas aves! CEU".
Y entre todo esto, unos y otros se preguntan Ƒquiénes son los responsables?