* La ceremonia se realizará en Estrasburgo


El lunes, la bienvenida oficial

de la Unión Europea a México

* La nación, la primera de AL en firmar acuerdos con el bloque

Kyra Núñez, corresponsal, Ginebra, 22 de enero * El Consejo de Europa y su Asamblea Parlamentaria darán la bienvenida oficial al gobierno mexicano y al Congreso de la Unión durante los días 24 y 25 de enero próximos. México se convierte así en el primer país y parlamento latinoamericano que participa del programa europeo, el cual busca el beneficio mutuo en los ámbitos económico y político.

Para México, "la experiencia en el Consejo de Europa puede serle útil en su proceso de estabilización de la democracia y considera provechosos los rubros europeos en la cultura, la educación, la lucha contra el crimen organizado, la corrupción, el derecho internacional público y la cooperación regional". Para Europa, "México puede contribuir a reforzar instituciones democráticas, reformar mecanismos políticos, electorales y de derechos humanos y en experiencias en las arcas de programación de la cooperación Norte-Sur", consta en documentos oficiales.

La participación de México en el Consejo de Europa es considerada como elemento prioritario para las relaciones diplomáticas nacionales, aunque se insiste en que el gobierno americano compruebe números negros en sus rubros financieros y el cabal cumplimiento de los derechos humanos, sobre todo en comunidades indígenas de Chiapas.

El ingreso de México a las altas instancias europeas es de carácter "observador", desde su admisión a fines del año pasado.

La primera presencia oficial de la representación gubernamental, en la figura de la canciller Rosario Green, los días 24 y 25 de enero; así como la primera participación, en calidad de observadora, de una delegación de seis parlamentarios del Congreso mexicano ųpresidida por el senador Fernando Solanaų tendrá resonancia en Europa, pues se espera que el país avance en materia de derechos humanos al igual que en otros rubros, como en sus instrumentos jurídicos nacionales e internacionales y en el proceso democratizador.

Con el ingreso a una instancia europea se hace realidad un sueño de la diplomacia mexicana, para cuya realización ejecutó un rápido movimiento de acciones, de las cuales resaltan: su ingreso en 1994 al exclusivo club de los países de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCED), la adopción de un acuerdo comercial con la Unión Europea en 1999 y su asociación activa en 1996 al Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD).

Para este último acto, México desembolsó 30 millones de euros (ecus), poco más de 30 millones de dólares, como su capital suscriptor en los programas del BERD, dedicados a la estabilización económica y a la promoción de la democracia en países del antiguo conglomerado de la Unión Soviética, dijo el funcionario del banco, Ben Hatkins, a La Jornada.

Al igual que en la OCED, México es el único país latinoamericano que ha sido admitido en el BERD desde su creación en 1990, contribuyendo así con capital en los programas financieros, de infraestructura, de promoción de la igualdad y de desarrollo de la democracia en 26 países de Europa del este.

La presencia en Estrasburgo de la canciller Green y del presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Solana, el lunes y martes de la próxima semana, revisten suma importancia para los miembros europeos en el conjunto de la institución del Consejo de Europa, porque se espera la confirmación a los valores de las políticas europeas y nacionales, en apoyo de la estabilización financiera y democrática con respeto a los derechos humanos.

La representación oficial en las cuatro sesiones que el Consejo de Europa y la Asamblea Parlamentaria sostienen a lo largo del año estará en permanencia en manos de un componente diplomático, cuya titularidad recae por ahora el embajador de México en Bélgica, Manuel Rodríguez Arriaga, y de un encargado de negocios parlamentarios que se integrará en Estrasburgo esta próxima semana. Los seis puestos parlamentarios otorgados a México serán repartidos en forma plural entre los partidos políticos tanto a nivel senatorial como de la diputación, dijo el diplomático Eduardo Menache.

 

Un poco de historia

 

México depositó el 7 y el 11 de diciembre de 1998 dos solicitudes de aceptación como observador ante instancias europeas; la primera, como delegación parlamentaria en calidad de observador ante la Asamblea Parlamentaria Europea. La segunda, como país observador ante el Consejo de Europa.

La asamblea aceptó la adhesión de la representación mexicana el 4 de noviembre del 99, convirtiéndose el Congreso de la Unión en el primer observador parlamentario latinoamericano y el tercero después de los parlamentos de Estados Unidos y Canadá. El 1o. de diciembre de 1999 el Consejo de Europa admitió a México como país observador en el órgano deliberador del organismo.

Los fundamentos: "México comparte los valores del Consejo de Europa y puede contribuir positivamente a los trabajos de éste. Es el único país latinoamericano que ha suscrito un acuerdo de asociación económica, de concertación política y de cooperación con la Unión Europea", y ha logrado un acuerdo de libre comercio con la Comisión Europea.

Las negociaciones iniciadas en 1994 por el ingreso mexicano como observador ante ambos órganos europeos fueron sacudidas con la aparición del EZLN en el sur de México ese mismo año, cuyo impacto se dejó sentir en Europa a modo tal que cada año México ha sido llamado por delegaciones europeas a respetar a los derechos humanos.

Incluso, previo a la decisión final de adhesión, una delegación parlamentaria europea se apersonó en México (del 30 de agosto al 3 de septiembre del año pasado) y llegó hasta Chiapas para corroborar los dichos y los hechos del gobierno a favor del respeto a esas garantías de las comunidades indígenas.

De ese viaje a Chiapas, los europeos subrayaron las sustanciales reformas democráticas realizadas con éxito por el gobierno, a fin de institucionalizar una verdadera democracia pluralista, donde sea respetada la repartición de poderes, y que las autoridades nacionales han dado pruebas de una voluntad para asegurar el respeto a las garantías de esas comunidades.

El informe de la citada delegación en su viaje a Chiapas (se citan políticas gubernamentales a favor de la paz y de la estabilidad, el respeto a la ley y al control de las actividades militares, la integración de la población a la toma de decisiones, la invitación al EZLN a reabrir el diálogo y el que no ha recurrido a la fuerza para resolver el conflicto) resulta de una visita de apenas medio día a la zona, durante la cual los parlamentarios europeos se reunieron con el gobernador Roberto Albores, con autoridades indígenas tradicionales, con miembros de la Organización de Médicos Indígenas, con directivos de la Sociedad Cooperativa J'pasjoloviletich y con representantes políticos y de productores indígenas de café ųtodos relacionados con el gobierno priístaų.

Aun así, México ingresa en Europa con una espada de Damocles encima, pues los europeos siguen insistiendo, y así se lo dirán a la representación gubernamental y parlamentaria en Estrasburgo, que "aún quedan por realizarse progresos sustanciales en el terreno de los derechos humanos" e invitarán, una vez más, a que México ponga en marcha, en un tiempo razonable, las recomendaciones formuladas por el Comité de la ONU (surgidas de 1998, reiteradas en julio de 1999 y hasta la fecha irresolutas) y a mantener una cooperación constructiva con este organismo, tal como consta en el deliberado previo a la aceptación de México como observador ante Europa.