* Se van luego de un logro de repercusión global
Retornan indígenas ecuatorianos a los páramos y las montañas
* Los rebeldes seguirán la resistencia desde sus comunidades
Ramón Vera Herrera, enviado, especial para La Jornada, Quito, 23 de enero * Garabombo ha vuelto a ser invisible. Ofreciendo una última enseñanza de dignidad, los quichuas, shuar, achuar, otavalos, saraguros, cañares, cholos, quichuas amazónicos y tscháchilas, que junto con los movimientos sociales situaron en el ojo del mundo su existencia irrenunciable, se evaporaron mágicamente de la capital ecuatoriana. Recorriendo los vericuetos misteriosos de Quito retornaron a los páramos y montañas, a los pajonales y la selva, habiéndoles asestado a los poderes económicos mundiales un golpe frontal al derrocar al gobierno de Jamil Mahuad. ƑCómo que los indios? ƑCómo que una revolución?
La ola que provocaron fue tan fuerte que, al romperse, no tocaba que se quedaran en la mediatización o el enfrentamiento, cuando sus exigencias habían sacudido ya a los administradores mundiales y sus burócratas, que buscaron una solución bajo el manto de la "constitucionalidad". El rebelde retorna a la resistencia desde las comunidades. Antonio Vargas, el dirigente amazónico que por un instante ocupó las pantallas mundiales de televisión con un breve discurso en quichua como parte de una triunfal rebelión indígena y social había dicho: "esta es una revolución sin sangre: es espiritual, humana".
El triunfo ocurrió. La brevedad de su despliegue no cancela la sacudida global que los indígenas dieron a los organismos financieros internacionales, a las agencias de ayuda técnica ųesas mismas zarandeadas por la desobediencia civil que desencadenaron la batalla de Seattleų, empeñadas desde hace décadas en hacer de Ecuador "un experimento del desarrollo". Deben haber estado furiosos también los militares estadunidenses, que de acuerdo con su geopolítica instalan bases en Ecuador, desde donde pueden adiestrar a sus hombres y lanzar eventuales ataques aéreos contra Colombia.
El significado de la rebelión indígena y popular era tan contundente que Peter Romero, encargado de Asistencia Técnica del Departamento de Estado estadunidense, y ex embajador en Ecuador, balbuceante y alterado, amenazaba desde horas antes de la toma del palacio de gobierno. En una entrevista que le hizo Francisco Herrera Araúz en Radio La Luna, de Quito, declaró: "Estados Unidos rechaza las acciones de aquellos que han ocupado el Congreso Nacional de Ecuador y que buscan establecer un régimen no constitucional. Sus acciones son ilegales y completamente contrarias a la profesión firme y unida de las naciones miembros de la OEA contra los cambios no constitucionales de gobierno. Rige una ruptura en el orden constitucional ecuatoriano. Los miembros de las fuerzas armadas y la policía del Ecuador, no obstante su rango personal, tienen la responsabilidad de preservar el orden público y defender la Constitución. El pueblo ecuatoriano y la comunidad internacional anticipan que las fuerzas públicas cumplan con su responsabilidad. Queremos recordarles a todas las partes que no atenten contra la viabilidad del gobierno constitucional de Ecuador, bajo cualquier pretexto, porque tendrán consecuencias desastrosas para todos los ecuatorianos. Cualquier régimen que surja de tal proceso no constitucional, se encarará con el aislamiento político y económico, así trayendo una miseria peor encima del pueblo de Ecuador. Es decir, que el primer paso es esta reunión de los donantes en París que está suspendida debido a los acontecimientos en Ecuador.
"La decisión de quedarse o renunciar es del presidente mismo, pero el orden constitucional puesto por toda la política nuestra así en el hemisferio no solamente en Ecuador pero en todos los países del hemisferio ųy no cuenta sólo Estados Unidos en eso, porque hablamos del protocolo de Washington y la declaración de Santiagoų procura este orden constitucional y requiere una reunión entre los cancilleres para tomar una decisión en contra de regímenes no constitucionales, es decir, que no es Estados Unidos sino todos los países del hemisferio.
"Nosotros respaldamos el orden constitucional, una política bastante sencilla pero no estamos solos en eso. Colombia, Brasil, Chile, México y Argentina, hasta el momento han denunciado la presión por parte de los manifestantes al gobierno para establecer una junta. Esto sería un desastre para el país.
"La salida tiene que ser constitucional. Es más, en ningún país del hemisferio las Fuerzas Armadas tienen el papel de determinar quién es el presidente o no. No en Paraguay, tampoco en Guatemala, México, Colombia o Argentina, ni tampoco en Ecuador. Al momento que este proceso pase fuera de los parámetros constitucionales, nosotros tendremos que volver a considerar un fin de la asistencia técnica y de los préstamos internacionales también."
En estas circunstancias, una de las enseñanzas de la rebelión indígena y social ecuatoriana es que las luchas nacionales de liberación logran repercusiones globales insospechadas, sobre todo si están tejidas tan desde la base, pero su solución no puede ser sólo nacional. Seattle se torna un referente inescapable.
La otra enseñanza que, cambiando de tono o expresada con frases diferentes repiten hoy los ecuatorianos, es aquella voceada alguna vez allá en los años 20 por una dirigente quichua de la Federación Ecuatoriana Indígena, la legendaria FEI, que sigue en la memoria de muchos por acá: "Somos como la paja del páramo, que cuando se quema vuelve a brotar".