* Teresa del Conde *
En el Museo de la Ciudad de México
(Segunda y última parte)
Al comentar sobre la selección mexicana, hecha por Cuauhtémoc Medina e incluida en la exposición Cinco continentes y una ciudad, pensé que si hubiese sido realizada como ejemplo de la globalización y con la clara intención de efectuar una propuesta antipictórica (excluido el participante Yishai Jusidman, cuya sala es otra cosa), muchos ''pictoricistas" la hubiesemos aplaudido porque siempre es bueno contrastar opciones diferentes, si bien no es que lo sean tanto, ni en este rubro ni en otros, en todas las ferias internacionales habidas y por haber encontramos productos de índole similar. Siempre resultan divertidos e ingeniosos y puede pescárseles por muchos lados: el de la ilustración, del comic contemporáneo, del cartel, del cartoon (son ejemplares en este sentido las obras de Daniel Guzmán, a quien siempre lo ha acompañado el rock, para bien y para mal, como asevera).
Las piezas de Rubén Ortiz Torres, quien ha incursionado en la pintura, el cine, el video, la fotografía, las instalaciones y la escritura, son esmaltes sobre madera. El transcribe patterns de la Bauhaus y funcionan bien, excepción hecha de que los esmaltes sobre madera se maltratan en demasía, cosa que ya sucedió con una de las piezas presentadas. No importa el ligero deterioro, pues así corresponden mejor con el título, ofrecido en inglés: Serie Untitled Impure Beauty. Son esmaltes automotivos, los de pequeño formato resultan no sólo gratos sino hasta decorativos debido a acertadas propuestas colorísticas.
Recordemos que en 1974 Manuel Felguérez (bajo sus propias ''constantes") también utilizó lacas locomotivas para la serie ''El espacio múltiple" y, por cierto, se conservan bastante bien. Las obras de Ortiz pueden asociarse a la pieza en esmalte de Melanie Smith, Painting for tianguis. Mexico City. Es como un sarape de Saltillo, muy nítidamente pintado en gratificantes bandas coloridas en sentido vertical, que me recuerda al Francisco Moyao de los años setenta. Aunque esto se vio mucho en esos tiempos y en los otros anteriores, resulta bien encontrarse con esa pieza museografiada cerca de la impresión que reproduce fotográficamente un tianguis, no muy bien elegido, la verdad sea dicha, los hay mejores (sean o no de fayuca).
Dentro de otros rubros de la exposición resultan atractivos los finos dibujos de Frideric Burly Bomabré, de Costa de Marfil, realizados con lápices de colores que dejan espacio libre a manera de marialuisa en la que el autor se refiere con frases al dibujo, integrando los caracteres a la composición. Así, ''un tout petit fruit en partie noir et rouge qui signifie mal chance" puede leerse desde cualquier vocablo. El sentido general va así: ''Vea ese pequeñísimo punto en parte negro, en parte rojo que significa mala suerte)''. Son 20 dibujos que se exhiben e integran un conjunto de inquietante extrañeza siempre y cuando el espectador no esté familiarizado con los trabajos de los trastornados mentales que suelen tornarse en dibujantes consumados si se les alienta para dedicarse a esta actividad, como lo ejemplifica la historia del suizo Wölfi, cuya obra se exhibe de manera permanente en el Museo de Arte de Berna, o como la magnífica colección de varios autores que posee la Menil Collection de Houston. Este conjunto proviene de dos galerías de bastante prestigio. El comisario para la sección es Clive Kellner, a quien se debe la siguiente consideración: ''Lo coloquial se encuentra hoy día de manera más rápida y accesible que nunca antes; dados los intensos procesos de establecimientos de redes, de la tecnología y de la comunicación, el mundo es un lugar más pequeño".
Otro de los artistas que él eligió, Fernando Alvim, abre su participación con el enunciado Post Traumatic Amnesia Disorder. Dos de las palabras que allí se leen en mayúsculas romanas están resaltadas en verde: ''Here" y ''Everywhere", los demás términos, en negro, corresponden a regiones de Africa.
En ese rubro están las obras de Owusu Ankomah, quien trabaja en Alemania. Su dibujo pintado Emaus (los tres personajes de la famosa cena posresurreccional de Cristo) está entre lo mejor de la muestra, pero la ''modesta proposición abstracta" del comisario canadiense Bruce W. Ferguson arma probablemente el conjunto de mayor coherencia. Incluye a Graham Gillmore, escritor que pinta palabras sobre tela armando una especie de rompecabezas psíquico, legible en varias direcciones (como las neuronas del cerebro que establecen conexiones insólitas ante algún bloqueo). Según este artista, parece que padecemos una depresión planetaria misma que, salvo contadas excepciones, queda bien ejemplificada en la muestra.