* En EU creció el número de sindicalizados en 99 más que los últimos 20 años


Líderes obreros buscarían nueva amnistía para indocumentados

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 24 de enero * El número de sindicalizados en este país creció más rápido el año pasado que en cualquier otro periodo de los últimos 20 años en gran medida por la amplia participación en los gremios de inmigrantes y latinos, informaron líderes laborales esta semana. Como resultado, algunos dirigentes de la central obrera AFL-CIO están promoviendo que la confederación se declaren a favor de una nueva amnistía para los trabajadores indocumentados.

Según cifras del gobierno federal presentadas hace unos días, el número total de los trabajadores agremiados el año pasado llegó a 16.48 millones, un incremento de 265 mil sobre el año anterior. No obstante, el porcentaje de la fuerza laboral sindicalizada siguió en 13.9 millones, y es que la tasa de sindicalización se ha desplomado desde los años 50, cuando 35 por ciento de la fuerza laboral pertenecía a un sindicato, ahora los líderes señalan que los nuevos datos indican que han logrado detener esta caída por primera vez.

"Hemos dado vuelta a la esquina, pero aún no hemos llegado a nuestro destino", declaró el secretario general del AFL-CIO John Sweeney. El director del departamento de organización, Kirk Adams, dijo que más trabajadores del sector privado se agremiaron el año pasado que en cualquier momento durante los últimos 20 anos.

El crecimiento de agremiados del sector privado es significativo porque sólo 9.4 por ciento está sindicalizado, cifra que representa una cuarta parte de la tasa de sindicalización en el sector público.

Los incrementos más grandes en el sector privado el año pasado se lograron en campañas de sindicalización de trabajadores latinos, inmigrantes y de bajo ingreso en California, donde 75 mil trabajadoras, la mayoría de origen mexicano y negras que laboran como asistentes de salud de clientes en sus hogares, se agremiaron al Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU). La AFL-CIO también recordó la exitosa campaña de sindicalización de 65 mil trabajadores públicos en Puerto Rico el año pasado, así como de 5 mil trabajadores textiles en Carolina del Norte después de una lucha de 12 años.

Aunque las estadísticas del gobierno difundidas esta semana sugieren que los latinos son el segmento de la población menos probable de pertenecer a un sindicato, los dirigentes sindicales dicen que son precisamente el sector que expresa mayor simpatía a los gremios. "Esa es la parte más fuerte de la fuerza laboral para nosotros", dijo el secretario tesorero de la Federación Laboral de California Art Pulaski. "En particular, los trabajadores inmigrantes de México y Centroamérica".

Como resultado de estas tendencias, desde el año pasado se ha librado un debate dentro de la central obrera para considerar propuestas que cambien sus posturas respecto del tema de la inmigración, y en particular sobre los indocumentados. De hecho, el consejo ejecutivo del AFL-CIO espera votar sobre una propuesta que incluye la promoción de una amnistía general para los indocumentados y que afirma los derechos laborales de trabajadores inmigrantes sin importar su calidad legal.

La aprobación de esta propuesta, que inicialmente fue presentada en la convención anual de la central obrera el año pasado, marcaría una cambio fundamental en la política oficial de la organización. "Los trabajadores indocumentados que son explotados tienen menos voluntad de quejarse por los abusos, y por lo tanto todos sufrimos", explicó Jeff Fannell, asesor legal del AFL-CIO. "No sirve al interés de nadie tener una fuerza laboral sujeta a la explotación".

Voceros del AFL-CIO informaron a La Jornada que las propuestas para el cambio de política han sido redactadas para la consideración de diversos sectores del sindicalismo y se ha programado una serie de por lo menos cuatro audiencias con bases sindicales en varias partes del país para dialogar sobre estas iniciativas.

Si es aprobada la propuesta el próximo mes, el cambio de política sería notable para la cúpula laboral que hace sólo una década se opuso a legislación de amnistía que fue subsecuentemente aprobada por el Congreso. El debate interno también revela una división entre sectores sindicales de las industrias tradicionales que históricamente se han opuesto a la inmigración, alegando que los indocumentados "roban" empleos a los estadunidenses y reducen el nivel salarial, y como los del sector público y de servicios, que perciben a la nueva fuerza laboral inmigrante como clave para el futuro del movimiento sindical de este país.