* Líderes de fracciones minoritarias boicotean sesiones


La disputa por cargos públicos

mantiene paralizada la Duma

* Han muerto 3 mil militares rusos en Chechenia: familiares

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 24 de enero * Las intensas consultas de los últimos días entre legisladores no han reportado avances para romper el círculo vicioso en que ha entrado, por cuestiones de procedimiento, la Cámara baja del Parlamento ruso (Duma). Con sus 139 diputados de un total de 439, los líderes de las fracciones minoritarias siguen boicoteando las sesiones de la Cámara en tanto no se revise el reparto de cargos ejecutivos, que benefició a las dos fracciones mayoritarias, el Partido Comunista y la pro gubernamental Unidad, que suman 286 legisladores y, en este caso, cuentan con el respaldo de los 14 "independientes".

El receso de seis días en busca de una solución negociada está por concluir y sólo se ha conseguido que el grupo Regiones de Rusia, nombre que adoptó Toda Rusia tras divorciarse de Patria, la fracasada alianza encabezada por Evgueni Primakov, haya aceptado la titularidad del único Comité que se le asignó, así como una de las vicepresidencias de la Duma.

Patria-Toda Rusia, que conserva el nombre con que fue votada su lista de partido y con tan sólo 45 diputados, la Unión de Fuerzas de Derecha con 33 y la coalición liberal Yabloko con 21, se resisten a admitir las reglas del juego impuestas por una mayoría circunstancial y amenazan con no volver a la Duma en señal de protesta.

Más pronto que tarde, tendrán que hacerlo porque su ausencia no paraliza el funcionamiento de la Duma que tiene suficiente quórum para sesionar, además de que estas fracciones minoritarias, a pesar de haber creado un consejo coordinador, no pueden constituirse en oposición parlamentaria, por diferencias en materia legislativa.

A la hora de aprobar leyes, la Unión de Fuerzas de Derecha o Yabloko tendrían más afinidades con Unidad que con Patria-Toda Rusia, la cual en algunos temas podría coincidir con el Partido Comunista.

La irritación por sentirse excluidos del reparto del botín --en términos de infraestructura, logística y prebendas no es desdeñable la titularidad de un Comité de la Duma-- no ofrece una base sólida para una alianza opositora. Tampoco puede hablarse de una alianza entre el Partido Comunista y Unidad; pues lo suyo fue más bien un entendimiento desde posiciones de fuerza en torno a la obtención de 23 Comités de un total de 27.

Con electorados propios y candidatos presidenciales del Partido Comunista, la presidencia de la Cámara y 11 Comités, y de Unidad, la titularidad de 12 Comités, el Kremlin enterrará las aspiraciones presidenciales de Primakov y dejó a su candidato, Vladimir Putin, frente a un rival más cómodo: el líder comunista Guennadi Ziuganov. Primakov, en un desesperado intento por añadir votos de última hora a su alianza con el alcalde de Moscú Yuri Luzhkov, anunció dos días antes de las legislativas de diciembre pasado su intención de ser candidato presidencial, luego de que fracasó su intento de ser elegido presidente de la Duma.

No se explica de otra manera que Primakov se limite ahora a responder que "no excluyo nada" sobre sus aspiraciones presidenciales. Primakov, en su larga trayectoria política, se ha distinguido por no dar paso en falso, y ahora que ha fracasado su alianza con Luzhkov, ya tiene claro que no será el candidato de un amplio consenso opositor, como hubiera ocurrido de haber tenido mayor presencia en la Duma y si las elecciones no se hubieran adelantado tres meses. La imposición del comunista Guennadi Selezniov como presidente de la Duma, confirma que la Familia sigue moviendo hilos aún sin Yeltsin.

El arreglo entre comunistas y oficialistas, promovido por la Oficina de la Presidencia, parece mucho más que un capricho de Boris Berezovsky y el otro oligarca de la Familia, Roman Abramovich, compañeros de legislatura de Primakov. Ninguno le perdona a Primakov cuestionar su opulencia de dudoso origen y no escatimarán recursos hasta ver destruir su carrera política.

Por otra parte, la televisión privada rusa, NTV, difundió la noche del domingo una investigación del Comité de Madres de Soldados según la cual son al menos 3 mil los militares rusos que han muerto desde que comenzó la operación de Moscú en Chechenia.

La agencia Interfax habló hoy de encarnizados combates de los rusos en su avance hacia el centro de Grozny, e hizo un balance propio de las bajas según las cuales habría no menos de mil 152 soldados muertos y 2 mil 400 heridos como resultado de la campaña, según fuentes militares extra oficiales. Las autoridades rusas afirmaron el pasado jueves que hasta ahora su bajas son de 196 muertos y 584 heridos.

En tanto, independentistas chechenos reiteraron que mantienen prisionero al general ruso Mijail Malofeyev, pese a que el domingo Putin aseveró que rescatistas rusos habrían encontrado su cadáver en Grozny, de donde desapareció el pasado martes en combate.