* Homenaje en la Rotonda de los Hombres Ilustres
A 35 años de muerto, la música de Carrillo tiene escasa difusión
* Creer en su arte es el mayor tributo al compositor, dijo Aura
* Para cobrar vida, sus obras deben estar sobre el foro: Alcaraz
Mónica Mateos * El compositor potosino Julián Carrillo, descubridor del Sonido 13, soñó con que su hallazgo fuera ''el principio del fin y punto de partida de una nueva generación musical que llegara a transformarlo todo". A 35 años de su muerte, la difusión de su obra es aún escasa y cuesta trabajo, entre quienes no están familiarizados con la teoría de ese arte, comprender la importancia de su aportación.
''Con el sistema clásico de 12 tonos hemos crecido, por ello, en la ruptura de este código es donde radica la complejidad del sistema musical en el que incursionó Carrillo. Explicarlo resulta demasiado complejo, tanto como entenderlo", señaló Alejandro Aura, director del Instituto de Cultura del Distrito Federal, durante el homenaje al creador que se realizó el pasado jueves en la Rotonda de los Hombres Ilustres, donde descansan sus restos.
No obstante, agregó Aura, ''todos hemos entonado en nuestra niñez el Canto a la bandera, de Carrillo, oficial en la primaria por decreto presidencial. Nos llena de orgullo saber que su obra ha trascendido. Su sistema musical es una aportación a la humanidad que merece ser conocida, propiciando la difusión de sus composiciones en los diversos foros con los que contamos para conocerlo más y entenderlo. El mayor homenaje que se le puede hacer es creer en su obra".
El genial Sonido 13
Aura leyó el poema de Gabriel Oros Castillo, alumno de la escuela primaria que lleva el nombre del músico: ''Tan sólo tú lograste el privilegio/ de embrujarnos las fibras del oído,/ con pequeñas fracciones de sonido/ gran acto, que parece sortilegio/ desde niño jugando en el colegio/ quedaste plenamente convencido/ que el sonido quedaba dividido/ al reducir del tono el modo regio/ si el intervalo Pitágoras señala/ y Bach nos da la temperada escala/ más colosal tu obra me parece/ porque en música tienes el abono/ que con la liga al dividir el tono/ encontraste el genial Sonido 13".
En su intervención, el investigador José Antonio Alcaraz, recordó que ''hace un buen tiempo que ninguna de las principales orquestas sinfónicas ha interpretado en público o hecho una grabación de alguna de las obras de Julián Carrillo. En la mayoría de los casos, por desgracia, los directores están afanados en promover su divismo, venido de una egolatría devastadora, a diferencia de la conducta que observó Carrillo en su momento".
Señaló que en el terreno de los discos las cosas son ''menos graves", pues existen varias grabaciones recientes, pero ''los cantantes e instrumentistas están empeñados en reiterar de manera inclemente, una vez y otra, las mismas obras, de los mismos compositores, y los maestros en las instituciones musicales de enseñanza superior están anquilosados en lo que ellos suponen una tradición cada vez más hueca, más anacrónica.
''Las recias sinfonías, monumentales y doradas, los insólitos racimos sonoros, la lozanía de las suites, esos melismas sinuosos, esmaltados en claroscuro que caracterizan al Preludio Colón, para mí la obra maestra de Julián Carrillo, merecen por completo una frase de Salvador Novo: šoh! fruto perfecto y delicioso. Todas estas obras necesitan y deben ser escuchadas en México, porque forman parte del patrimonio que en música de concierto representa el mejor periodo, el más adulto, aquel que ocurre en el siglo XX.
''Llegó el momento en el que necesitamos deshacernos de los grandes fantasmones de repertorio, pues las óperas de Julián Carrillo para cobrar vida necesitan estar sobre el foro.
''También es necesario referirse al Carrillo teórico, al inventor, al explorador, al científico y, de manera apremiante, al pedagogo, autor de tratados ceñidos fuertemente a la praxis que el compositor dispuso a manera de base y fundamento para la actividad de futuros músicos profesionales."
En 1875 Julián Carrillo, experimentando con su violín, descubrió 16 sonidos nítidamente diferenciables entre las notas Sol y La de la cuarta cuerda del violín. Ello lo llevaría a proponer un cambio radical en el sistema de 12 tonos.
Reformó la teoría musical y creó una escritura numérica, sencilla y capaz de representar cualquier intervalo sonoro; además, inventó, adaptó y construyó nuevos instrumentos para producir esos microintervalos.
El 15 de febrero de 1925, en el Teatro Principal de la Ciudad de México, se efectuó el primer concierto utilizando el Sonido 13.
Se grabará nuevo disco
El compositor consagró el resto de su vida a consolidar su propuesta microtonal, que bautizó con el nombre de Sonido 13, y creó cerca de cien obras, entre ellas la Sonata casi fantasía para violín, violonchelo y guitarra en cuartos de tono, octavina en octavos de tono, arpa y corno en dieciseisavos de tono; Horizontes, poema sinfónico en cuartos, octavos y dieciseisavos de tono; Concierto para violín y orquesta en cuartos de tono; Concierto para violonchelo y orquesta en cuartos y octavos de tono; Misa de la Restauración para voces masculinas a capella en cuartos de tono.
Asimismo, impartió diversas conferencias acerca de música y acústica. En 1913 fue designado director del Conservatorio Nacional y en Estados Unidos escribió la partitura para la proyección de la película Intolerancia, de David W. Griffith.
Durante el homenaje a Julián Carrillo, en el Panteón de Dolores, David Espejo explicó en qué consiste el Sonido 13 e intrepretó tres cromometrofonías en una de las arpas especiales para ejecutar dicha música, demostrando con ello que ''los límites de las posibilidades del Sonido 13 se encuentran sólo en las limitantes auditivas del ser humano".
A nombre de la familia, María del Carmen Carrillo agradeció el reconocimiento a su abuelo e informó que se encuentra en preparación un catálogo con la obra completa de Julián Carrillo y que próximamente se grabará un nuevo disco con las composiciones de quien fue distinguido, en Francia, con la orden de Caballero de la Legión de Honor.