* Tener preferencias, derecho del mandatario, dice
El respaldo de Zedillo, acto de madurez política: Labastida
* Asegura que no palomeará lista de candidatos a legisladores
José Gil Olmos, enviado, Monterrey, NL, 28 de enero * A la distancia, Francisco Labastida intentó matizar las expresiones vertidas a su favor por el presidente Ernesto Zedillo desde Suiza y defendió los derechos políticos del mandatario: "El dijo que compartía la coordinación del partido, no del gobierno, en actos del gobierno el candidato no participa, pero sí es lógico que en los actos del partido pues el candidato tenga la coordinación".
Insistió en darle su propia interpretación al respaldo público que recibió desde Davos de su compañero priísta Ernesto Zedillo: "Las palabras del Presidente expresan un acto de madurez política que habla de un hombre que sabe muy claramente que como buen militante del partido tiene que apoyar el desarrollo del partido y el desempeño de las campañas que realizamos los candidatos".
-ƑPero se podría interpretar que está haciendo campaña a su favor desde el extranjero?
--Todos los ciudadanos, los presidentes municipales, los gobernadores y, desde luego, el Presidente de la República, tienen derechos políticos reales y no los puede anular ninguna ley, y dentro de los derechos políticos que tienen los mandatarios, los presidentes municipales, los gobernadores y, desde luego, el Presidente de la República, está el tener preferencias por algún candidato.
"Lo que no se hace es utilizar los recursos del gobierno para apoyar a ningún candidato, pero sí se puede y se debe tener opinión y preferencias políticas", precisó Labastida, luego de afirmar que se vale compartir liderazgos entre el Presidente y el candidato cuando son de un solo partido.
"Se puede, se vale, y eso refleja algo que lo quiero expresar de nuevo. Va a haber una buena relación, va a haber un cambio de gobierno establecido en un clima de coordinación, en un clima favorable para el país".
Minutos antes de hacer la defensa al apoyo zedillista, Labastida recibió nuevo respaldo de cientos de simpatizantes con quienes bailó la versión del alemán Lou Bega al Mambo número 5 del cubano Dámaso Pérez Prado, con letra dedicada a su campaña: "Francisco Labastida ya está aquí, aquí estamos las porristas del nuevo PRI, Francisco Labastida es mi candidato, lo haremos presidente en un poco rato...".
Sonriente llegó a la descuidada sede estatal priísta, donde estaba nuevamente la clase política local, encabezada por el viejo ex gobernador Alfonso Martínez Domínguez, y ante la cual se comprometió a no "palomear" la lista de candidatos a diputados y senadores.
Una reportera lo sacó de sus casillas
Ferrocarrileros, maestras, colonos y la clase política aplaudieron su entrada y le cambiaron el gesto de molestia que mostró minutos antes en la cabina de radio, donde las preguntas de la reportera Mar-tha Zamarripa (de Multimedios) lo sacó de sus casillas a él y a su equipo, hasta que abruptamente terminaron el panel con varios entrevistadores.
La molestia empezó porque para la periodista no fue de convencimiento la impresión que dieron los tres precandidatos de PRI, PAN y PRD en el ITAM hace unas semanas. Continuó con las cifras de pobres que el candidato del tricolor ha utilizado en distintos momentos y que tampoco convencen, y enseguida con las acusaciones de que integrantes de su equipo son salinistas y concluyó con las posiciones sobre el conflicto en la UNAM.
"Usted más que hacerme preguntas Martha, está planteando tesis", le protestó el candidato priísta, a lo cual la entrevistadora reviró:
-No, le estoy planteando cuestionamientos con base en sus respuestas.
-No, dijo el aspirante, lo que yo noto es que usted está defendiendo a otro partido, más que hacer preguntas como periodista, pero no, yo respeto...
-No, yo no tengo partido.
-Lo debe tener, tiene una posición diferente, pero vamos a discutir, entonces, no como una entrevista entre un periodista y una persona, sino como dos personas que hablan con diferentes posiciones políticas, recalcó Labastida.
Luego de hablar de temas demográficos y de economía, una nueva pregunta recaló en el sinaloense.
-Se ha dicho por parte de varios analistas que al gobierno le ha pesado mucho el fantasma del 68 y el fantasma de Díaz Ordaz y que por eso permitieron que el paro de la UNAM se fuera hasta más de nueve meses. Quisiera preguntarle su punto de vista acerca de este tema: Ƒde pronto le entró el apuro al gobierno mexicano para resolver el conflicto y no entorpecer la elección del 2 de julio?
-No, en primer lugar, si quiere saber el punto de vista del gobierno, pues le tiene que preguntar al gobierno. Yo le puedo dar el punto de vista de Labastida, no el punto de vista del gobierno, eso no es asunto mío.
"Yo le he dicho lo que creo acerca de la universidad, creo que la solución a la huelga en la máxima casa de estudios debe pasar por la vía de la ley y el derecho. Me lo preguntaba Jorge y se lo decía, entonces pregúnteme mi punto de vista a mí, a Labastida, y al gobierno pregúntele el suyo".
-Le pregunto su punto de vista, dijo la entrevistadora.
-Ya se lo dije.
Para entonces, Labastida golpeaba impaciente la mesa con la punta de la pluma y algunos de su equipo hacían señas en la cabina para dar por terminada la entrevista. Pero continuó.
-Licenciado Labastida, se ha mencionado que dentro de su equipo hay personas allegadas a Carlos Salinas de Gortari. ƑEsto le afecta en su imagen ante la opinión pública?
-Se dice sobre todo de Carlos Rojas que es un servidor público que ha trabajado en varios gobiernos, que es un funcionario institucional, que tiene fama de ser un hombre con sensibilidad social y yo lo considero como un hombre institucional, no creo que me afecte.
"Me parece que sería absurdo e ilógico pensar que porque Carlos Rojas trabajó en ese gobierno no puede estar realizando otra actividad, si tiene fama de ser hombre honesto, además".
-ƑQué opina sobre el caso Raúl Salinas de Gortari? El presidente Ernesto Zedillo acaba de decir, en una entrevista fuera del país, que no existe una cacería de brujas.
-Pues que en ese caso, como en todos los demás, se debe aplicar la ley y nada más la ley.
Un par más de preguntas contestadas apuradamente terminaron la entrevista. Labastida se despidió de todos, menos de la periodista que le incomodó, se dio la media vuelta y se dirigió a la sede estatal de su partido, donde las porras y coros a su favor le cambiaron el gesto de contrariedad.