Proteger, a tiempo, el nopal

* Iván Restrepo *

A fines de los años ochenta, miles de palmeras de cocotero fueron víctimas de una plaga; popularmente se le llamó "amarillamiento letal". Poco a poco, las palmeras adquirían un color amarillento hasta secarse. El aspecto de miles de troncos sin una rama y podridos fue impresionante lo mismo en Quintana Roo que en Yucatán y Campeche, donde la plaga hizo de las suyas.

Aunque las autoridades no informaron nunca de dónde provino la plaga, se supo que ésta había llegado en un pasto importado de Florida para un campo de golf ubicado en Cancún. Ahora también de Florida nos puede llegar otra plaga que causaría un desastre mayor.

Según reconocidos especialistas, miles de hectá-reas sembradas en México con nopal pueden desaparecer si resultan infestadas con un insecto cuyo nombre científico es cactoblastis cactorum. La voz de alerta ha sido dada por la investigadora Mayra Pérez Sandy, quien señala que se trata de un cactófago utilizado en algunos países como control biológico del nopal, mismo que es considerado planta invasora y, por lo tanto, es combatido biológicamente. El insecto es nativo de Sudamérica y en 1950 se introdujo al Caribe para controlar dos tipos de nopal invasor. Luego, en 1989, llegó a Florida a través de un embarque de cactus infestados en viveros de República Dominicana.

De llegar a México, el cactoblastis cactorum causaría considerables daños a la floreciente industria de la tuna y el nopal, así como a la gran variedad de cactáceas endémicas que poseemos. En efecto, el cactoblastis en estado larvario consume ávidamente los tejidos internos del nopal. Una sola colonia puede consumir de dos a cuatro pencas y favorecer su putrefacción y decaimiento.

Las infestaciones de cactoblastis se confunden a veces con otras plagas que forman colonias más pequeñas y causan menor daño. Además, es un excelente volador y puede emigrar en forma natural desde Florida hacia México. Las autoridades sanitarias del vecino país hacen esfuerzos para detener el avance del insecto y para salvar las especies nativas de nopal amenazadas. Hasta ahora no han logrado erradicarlo lo cual acrecienta el peligro de que pase a México.

Además, como la región caribeña tiene fuertes infestaciones del insecto, cualquier embarque de plantas es de alto riesgo porque puede traerlo, así llegó a Estados Unidos. Es menos probable, mas no imposible, que el insecto se desplace por aire desde el Caribe. La tuna y sus muchas variedades, que comúnmente se cultivan en México, serían las primeras afectadas. No está por demás señalar los usos múltiples del nopal y su papel sobresaliente en la cultura, el ambiente y las costumbres de nuestro país.

Ante este peligro, es urgente alertar y entrenar al personal de aduanas y de sanidad vegetal y fitosanitario, a fin de prevenir y evitar que entre tan temida plaga. Urge un control más estricto en la introducción de plantas de la familia de las cactáceas y cooperar con los entomólogos estadunidenses para aislar al cactoblastis en Florida y así prevenir o retrasar su llegada a México.

Todos los involucrados en la producción de nopal y tuna deberían conocer ya los peligros de la plaga, saber identificar la larva y el daño que causa.

Hasta hoy no ocurre tal cosa. Un programa de erradicación es efectivo sólo si la infestación es pequeña y se controla a tiempo; de lo contrario, será fatal. Los productores de tuna y nopal difícilmente tendrían los recursos para controlar una plaga de esta naturaleza, si apareciera en diversas partes de México.

Por lo pronto, Mayra Pérez nos ha informado sobre los peligros que existen, pero no basta: urgen medidas para evitar lo peor, pues en México el nopal cubre cerca de 3 millones de hectáreas ubicadas especialmente en zonas muy pobres, desérticas y semidesérticas. Allí cumple una función clave dentro de la ecología y la vida campesina, mientras en otras 50 mil hectáreas se cultiva comercialmente.

Con humor negro, un experto de fama internacional por sus conocimientos de la plaga citada, el doctor Helmut Zimerman del Instituto de Investigación y Protección de Plantas de Sudáfrica, dice que si la plaga llega a México y hace de las suyas, el único nopal que quedaría sería el del escudo nacional. *