* Paidós lanza proyecto acerca de los últimos 35 años de las letras de ese país
Tenía que ser la ''gran Alemania'' la que impusiera su voluntad del genocidio organizado: Grass
* Escribir después de Auschwitz, texto del Nobel que sirve de premisa para la colección Asterisco
* Por mucho tiempo que haya transcurrido, nuestra vergüenza no se podrá superar, dice
Miryam Audiffred * ''Tenemos todas las razones para sentir miedo de nosotros mismos", ha dicho una y mil veces el Nobel de Literatura 1999, Günter Grass. ''Ni Prusia, ni Baviera, ni siquiera Austria hubieran podido, por sí solas, desarrollar y aplicar los métodos y la voluntad del genocidio organizado; tenía que ser la gran Alemania".
No hay duda de que frases como éstas convirtieron al autor de Mi siglo y El tambor de hojalata en uno de los escritores más amados y odiados del planeta. Por un lado, sus compatriotas muestran total indiferencia ante sus logros y, por el otro, sus libros, artículos y discursos son traducidos a varios idiomas. Es el caso de México y de la editorial Paidós, que decidió lanzar la colección Asterisco tomando como punto de partida las reflexiones hechas por el alemán en el texto Escribir después de Auschwitz.
El propósito es poner a disposición del público una serie de textos y escritos que en pocas páginas y de manera accesible reflejen la opinión de reconocidos autores. Por ello, Paidós se aventuró a comenzar un nuevo proyecto con un balance crítico de los últimos 35 años vividos por las letras alemanas.
Abierta a la publicación de textos breves o fragmentos de obras de autores clásicos, Asterisco usa como carta de presentación las palabras de un hombre que no ha logrado ser profeta en su tierra por mantener con vida la memoria. ƑCómo fue posible escribir después Auschwitz siendo que, aunque se rodeé de explicaciones nunca se podrá entender el exterminio de 3 millones de personas?, se pregunta el escritor.
Documento inédito en español, las palabras que lo conforman recrean poco a poco y entre los renglones las estructuras de los cuatro campos para judíos y eslavos que fueron construidos en la inmediaciones de esa ciudad alemana.
''Por mucho tiempo que haya pasado desde entonces y a pesar de todo el empeño de algunos historiadores por citar casos comparables, nuestra vergüenza no se podrá reprimir ni superar", escribe Grass.
Escribir contra el tiempo
Escribir después de Auschwitz permite recordar que en los años cincuenta los narradores trataron de alejarse de las magnitudes absolutas para sobreponerse a la ''vergüenza" alemana. Había que ir más allá del ''blanco o negro ideológicos, decretar la expulsión de las creencias e instalarse sólo en la duda".
Y es que para el autor de El rodaballo, el escritor es ''alguien que escribe contra el tiempo que pasa", postura que -en sus palabras- presupone que el narrador no se considera despegado ni encapsulado en la intemporalidad, sino que se ve como contemporáneo y se expone a las vicisitudes del tiempo.
Por eso, reflexionar sobre Alemania es parte de su trabajo. ''Desde mediados de los años sesenta hasta la persistente inquietud actual (Auschwitz) ha dado motivo para discursos y artículos que a menudo han resultado demasiada intromisión".
Empero se trata de una vieja historia que quiere ser contada de una forma totalmente distinta. ''Mi discurso tiene que llegar a su punto final, pero al escribir después de Auschwitz no se le puede prometer fin, a no ser que el género humano quiera renunciar a sí mismo".
Siguiendo su línea crítica Asterisco publicará en breve el Discurso de la pérdida, en el que Grass hace una lacerante reflexión sobre los peligros del racismo para el futuro del país.