* Con inflación o devaluación se pagarán los ajustes, advierte Bendesky
Muy frágil, la base del crecimiento
* Debilidad fiscal, sobrevaluación y deuda del IPAB, dolores de cabeza para el próximo presidente
David Zúñiga * El riesgo de crisis económica sigue latente, y no sólo por factores externos. La estabilidad y el crecimiento de que se ufanan las autoridades tienen bases ''sumamente frágiles'', situación que se agrava por la debilidad del sistema fiscal, la sobrevaluación del tipo de cambio (entre 15 y 20 por ciento) y la deuda del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), que serán ''el dolor de cabeza'' del próximo presidente de la República.
En entrevista, León Bendesky considera imposible que la economía mexicana crezca a tasas elevadas con una inflación tan baja como la de Estados Unidos. Forzar la economía en aras de lograr este objetivo, asevera, provocará una situación ''insostenible'' y graves desequilibrios.
Sobre las perspectivas para este año, el economista y colaborador de La Jornada comenta que el gobierno tiene suficiente margen de maniobra para sostener la estabilidad cambiaria y el crecimiento hasta julio y ganar las elecciones. Lo ''interesante'' vendrá en el segundo semestre, pues ''alguien'' va a tener que empezar a pagar los costos de los ajustes que se han hecho y sólo hay dos formas de hacerlo: devaluación o inflación.
--ƑExisten razones para creer que este fin de sexenio no habrá crisis?
--Digamos que las condiciones en las que se suscitó la crisis de 1994 no existen hoy ni en esa forma ni en esa magnitud; hablo fundamentalmente del desequilibrio externo y el endeudamiento en Tesobonos.
''Sin embargo, hay otros factores que requieren atención. Uno es la sobrevaluación del tipo de cambio (entre 15 y 20 por ciento); dos, un endeudamiento, no visible todavía, que está en el IPAB, y tres, una confusión muy grave entre tener un bajo déficit fiscal y tener finanzas públicas sanas''.
Crecer o bajar la inflación
''El control de la inflación está anclado básicamente en tres factores: el tipo de cambio, los salarios y un déficit fiscal muy bajo, que representa una enorme fragilidad para la estabilidad económica de mediano plazo''.
Interrogado sobre cómo hacer compatible un crecimiento más alto con niveles de inflación sostenibles, Bendesky comenta que en 1999 el Banco de México registró una inflación de 12.3 por ciento, por debajo de su meta, y ''se da el lujo de criticarse y decir que este nivel sigue siendo muy alto y por eso plantea un programa monetario muy estricto en términos de control de la cantidad de dinero y del crédito: impone un nuevo corto al sistema financiero, se fija una meta de menos de 10 por ciento para el 2000 y se propone llegar al 2003 con el mismo nivel de inflación de Estados Unidos, que es de alrededor de 2.5 por ciento''.
La pregunta es si la economía mexicana puede sostener elevados ritmos de crecimiento para recuperar los niveles de bienestar perdidos durante más de 20 años y al mismo tiempo operar con bajos niveles de inflación. Bendesky lo duda.
''Forzar un ajuste de la inflación por vías puramente monetarias es insuficiente en un país como éste, donde no se ha corregido la grave ineficiencia del sistema económico. No se puede pretender tener bajos niveles de inflación con crecimiento si no hay eficiencia en el sistema económico, y México no ha avanzado en ello'', asevera.
--ƑEstá agotado el método de reducir la inflación a costa del consumo y el crecimiento?
--No hay un agotamiento técnico sino político: Ƒcuánto tiempo más se puede mantener? Creo que nadie tiene la respuesta.
Forzar la economía, agrega, significa que tarde o temprano habrá que pagar por los desequilibrios que se están creando. ''No hay ningún problema para bajar la inflación; el Banco de México sabe perfectamente cómo hacerlo''. El error, considera, es usar medidas puramente monetarias. ''Yo le preguntaría al Banco de México: Ƒpor qué la inflación sigue siendo alta? Es más: Ƒpor qué tuvo que recurrir al corto cuando en las dos primeras semanas del año ya venían aumentos de precios?''.
En cuanto al déficit fiscal, explica que el gobierno acepta que tiene ingresos muy reducidos, sobre todo los tributarios, y que depende demasiado de los ingresos petroleros, pero en lugar de restructurar su política de ingresos recorta su gasto.
''Si el déficit fiscal de uno por ciento fuera resultado de altos ingresos públicos y de una asignación eficiente del gasto, entonces podríamos hablar de salud fiscal'', pero de entrada se acepta la restricción de los ingresos y con base en ello se asigna el gasto. Es decir, el déficit bajo se logra ''por decreto''.
Si se sigue posponiendo la reforma fiscal, advierte, será muy difícil crear las condiciones que permitan tener un déficit bajo y suficientes ingresos para aumentar el gasto público.
En resumen, se han subvertido las prioridades: el entorno macroeconómico estable y las políticas monetarias que ayuden a bajar la inflación sólo deben ser el complemento de políticas de oferta generalizada que son las que al final pueden mantener la inflación baja, lo que ahora se está logrando mediante la restricción de la demanda.
Según Bendesky, es posible mantener inflación baja con mayor volumen de oferta, produciendo más, sustituyendo importaciones, exportando más. De esa forma las políticas industrial, de oferta y las monetarias serían complementarias, no contradictorias.
--ƑHay alternativas?
--Siempre hay alternativas, y ya hemos mencionado varias: arreglar la política fiscal, vincular la política monetaria con medidas estructurales de crecimiento y de desarrollo, generar mayor oferta en el país y no asentar la estabilidad en la restricción permanente de la demanda, políticas que tiendan a distribuir mejor el ingreso y a reducir su concentración.
--En los últimos años las mayores tasas de crecimiento se han logrado con niveles de inflación relativamente elevados, de entre 15 y 30 por ciento. ƑEs preferible crecer aunque se tenga una inflación relativamente elevada?
--Hay dos problemas ahí: uno, el crecimiento es básicamente del sector exportador. Si realmente vamos a jalar al resto de la economía, allí es donde se genera más inflación. El sector exportador no es necesariamente inflacionario; el otro sí, porque hay cuellos de botella, hay dificultades en la capacitación de mano de obra, hay necesidades de importación, etcétera.
''Si seguimos dependiendo de un sector muy pequeño de la economía que está dejando atrás a otros sectores económicos y de la población podemos darnos el lujo de crecer con relativamente baja inflación... Ƒy qué hacemos con el resto del país?''.
Comparando propuestas
--El candidato del PRI, Francisco Labastida, dice que es posible crecer a una tasa de 5 por ciento con una inflación similar a la de los principales socios comerciales...
--Eso es lo que dice el gobierno desde 1996 en su programa de financiamiento. No hay nada nuevo, son las mismas políticas fiscales y monetarias.
--Vicente Fox asegura que el PIB puede crecer 7 por ciento al año.
--No nos ha dicho cómo. Uno puede preguntarle: Ƒsiete por ciento? ƑCuándo? ƑEn 2001 o en 2006? Y si es en 2006, Ƒqué hacer entre un año y otro para alcanzar esa tasa sin inflación ni desequilibrio externo?
--ƑQué piensa de la propuesta de Cárdenas?
--Hasta donde sé ha dicho que se puede sostener una tasa de crecimiento similar a la actual, crear un periodo de transición para el ordenamiento de las finanzas públicas y luego empezar a acelerar el crecimiento económico en condiciones de estabilidad. Es una propuesta diferente a las otras dos.
Sin embargo, señala, en los equipos de los tres principales candidatos a la Presidencia persisten muchas dudas sobre cómo lograr las metas económicas que los aspirantes han planteado.