* Denunciaron que sufren todo tipo de acusaciones


El CGH dejó morir el espíritu de la lucha: estudiantes del CUEC

* Muchas asambleas estuvieron marcadas por la intimidación, dicen

Durante nueve meses sostuvieron al comité de huelga de su escuela, el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC). El pasado jueves 27 de enero, y luego de una consulta a la comunidad ųuna de las más pequeñas de la UNAM y la que por consenso determinó poner fin al paroų, Mario Alfredo Viveros Barragán, Daniel Arteaga y Luis Fernando Gallardo entregaron las instalaciones al director del centro, el cineasta Mitl Valdez. Enseguida, fueron objeto de todo tipo de acusaciones.

Estos estudiantes del CUEC ųsu postura crítica les ganó la animadversión de un importante sector del CGHų hacen un análisis de lo sucedido durante los nueve meses y siete días que mantuvieron la suspensión de labores y a la pregunta de por qué tomaron la decisión de levantar la huelga después de la resistencia que se prolongó todo ese tiempo, ellos mismos responden. "Porque el CGH dejó morir el espíritu de nuestra lucha, porque las guardias en la escuela eran cada vez menos concurridas, porque las versiones de que el CGH nos castigaría ocupando el CUEC fueron cada vez más insistentes y, sobre todo, porque la comunidad del CUEC lo demandó por consenso. ƑAcaso el voto de los estudiantes de nuestro centro sólo contó cuando se trataba de iniciar la huelga?"

Viveros ųquien encabezó la defensa de una joven de la Preparatoria 6 a la que el pleno de una asamblea del CGH, realizada en la Preparatoria 2, consideró "peligrosa" y bajo ese argumento la pretendió expulsarų, Arteaga y Gallardo quieren dejar bien claro que fue después de que ellos entregaron las instalaciones cuando la Policía Federal Preventiva (PFP) ocupó el plantel y manifiestaron su desacuerdo con este hecho. "Reprobamos que la PFP haya pisado suelo universitario con la complacencia de las autoridades".

Hacen un recuento de lo que su decisión desató. "El director del CUEC, tras recibir las instalaciones en perfecto estado, aseguró públicamente que habíamos 'convenido' dicha entrega con 'altas' autoridades, Tv Azteca editó las imágenes del saqueo en la Dirección General de Preparatorias como si se tratara de nuestro centro, y el articulista Luis Javier Garrido endosó al PRD nuestra decisión. Días antes, en el semanario Proceso se nos señaló como involucrados en un plan orquestado por la Secretaría de Gobernación".

Para los estudiantes, todo ello no es más que "una avalancha de mentiras que lamentamos", pues "tal vez pudimos habernos equivocado, pero la única voz que escuchamos para actuar fue la de nuestra conciencia. Creemos que en estos momentos debemos hacer lo posible por garantizar la realización del congreso universitario, que verdaderamente sea un intercambio de ideas y argumentos que construyan una nueva universidad".

En un documento hecho llegar a esta redacción explican en unas líneas lo que constituyó la experiencia de los alumnos del CUEC que se involucraron activamente en la huelga. "El CUEC ųdicen de entradaų tiene una población estudiantil aproximada de 60 alumnos. Las cámaras y demás equipo con que contamos para desarrollar nuestra vida académica no son nuevos, pero es lo único en lo que nos podemos apoyar para hacer nuestros ejercicios fílmicos. El CUEC es la tierra prometida para quienes queremos aprender a realizar cine.

"Ningún alumno de este centro tenía, al inicio de la huelga, ni tiene hoy, filiación política. Antes del movimiento nuestra preocupación por los temas políticos y por la vida de la UNAM era casi nula. Sin embargo, la agitación en torno al tema de la gratuidad de la universidad, y la crítica a la burocracia nos aludieron. Poco tiempo después, reunidos en asambleas, se votó apoyar los dos paros que se llevaron a cabo ųprevios al estallamiento de la huelgaų y el 19 de abril se votó mayoritariamente a sí realizar el paro. 25 votos a favor por 23 en contra y tres abstenciones, comenzamos pues el aprendizaje de la huelga".

Agregan, "nuestras intervenciones en el CGH fueron cada vez más frecuentes y controvertidas, mientras el movimiento estudiantil tuvo la opción del triunfo y la simpatía de considerables sectores de la sociedad. Poco a poco el CGH se fue encerrando en sí mismo y, a nuestro juicio, se fue alejando la posibilidad de una solución exitosa del conflicto.

"Siempre hemos sostenido que los seis puntos son justos y necesarios para propiciar una reforma profunda de la universidad. Sin embargo, el ambiente que prevaleció en decenas de asambleas del CGH, marcadas por la intimidación, los golpes, los insultos, el alambre de púas y el autoritarismo, nos alejó sin regreso".

Aclaran además que no obstante todo ello, el CUEC fue la única escuela sin clases extramuros y con una amplia ųaunque con el tiempo decrecienteų participación de la comunidad en asambleas internas. De hecho, en los primeros meses de la huelga "llevamos a cabo mesas de discusión con los profesores del centro sobre tres temas: academia, financiamiento y reglamentación interna, mesas en las que llegamos a importantes coincidencias".

Viveros, Gallardo y Arteaga convienen en que a pesar de todo ese esfuerzo "para un sector del CGH eso no significó nada y al grito de 'mientras son peras o son manzanas que chingue a su madre el CUEC', el tiempo de la huelga avanzó".

Hoy, sólo pretenden dejar en claro su punto de vista y salir al paso de lo que ellos consideran "la avalancha de mentiras" que desató su decisión de regresar las instalaciones el pasado jueves 27 de enero. (Elena Gallegos)