* José Luis Manzo *
Zedillo y Eufemia
S egún Ernesto Zedillo y otros funcionarios federales, los consumidores serían los principales beneficiarios si la Comisión Federal de Electricidad y Luz y Fuerza del Centro se convierten en negocios privados. Según este enfoque, el solo hecho de que haya varios productores privados en la industria eléctrica, los obligaría a competir entre sí, lo que conduciría a incrementar la eficiencia y la calidad del servicio por el mismo precio, en beneficio de los consumidores. Y ponen el caso inglés, como ejemplo de que esto sería así, sin lugar a dudas.
Pero resulta que la experiencia inglesa demuestra exactamente lo contrario. En manos privadas, las empresas eléctricas inglesas han cometido toda clase abusos contra los consumidores, como lo demostró un estudio reciente de la Oficina de Mercados de Gas y Electricidad de ese país (Office of Gas and Electricity Markets). Quedó al descubierto que, al no tener ningún control, los grandes productores de electricidad se comportan como cualquier especulador, que escasea el producto y reduce la oferta para incrementar artificialmente los precios, en perjuicio de los consumidores.
Cualquier economista que se precie de serlo, es decir, que estudió y aprendió teoría económica, sabe que las empresas más fuertes, las que tienen "poder de mercado", lo utilizan para obtener ganancias indebidas a costa de los consumidores. Saben que en la vida cotidiana "el libre mercado" no es tan libre, ni garantiza que haya una verdadera competencia, mucho menos que beneficie siempre a los consumidores.
Por lo visto, el pueblo inglés fue engañado por sus gobernantes-economistas neoliberales, partidarios de la globalización y la privatización a ultranza. Ahora, una vez que la industria eléctrica está en manos privadas, al nuevo gobierno inglés le resulta muy difícil dar marcha atrás, a pesar de que los resultados sean contrarios a los prometidos. En estas condiciones, lo más que puede hacer el gobierno inglés es ponerle parches al problema. Dicho gobierno ha manifestado su decisión de no permitir estos abusos, para lo cual impondrá cláusulas de "buena conducta de mercado" a las empresas eléctricas privadas, algo parecido a la propuesta que se formuló en los años setenta para establecer un "código de conducta" para las empresas transnacionales.
En los hechos, estas cláusulas de buena conducta son como las llamadas a misa: va el que quiere y las cumple el que quiere; no hay mecanismos que garanticen su eficaz cumplimiento. Además, es una ingenuidad o verdadero cinismo promover primero "el libre mercado", para después quejarse y rasgarse las vestiduras porque los competidores más fuertes se aprovechan o abusan de las ventajas que les da operar en condiciones de "libre mercado".
ƑPor qué el empecinamiento oficial y la falta de respeto hacia la sociedad al repetir machaconamente las bondades de aplicar la privatización conforme al evangelio neoliberal, cuando los hechos y los estudios realizados por instituciones de prestigio demuestran que esas bondades no existen?
Sería deseable que el presidente Zedillo se diese un espacio en sus múltiples ocupaciones como jefe de la campaña de Labastida para consultar el estudio mencionado, cuyo resumen está disponible en internet (www.ofgem.gov.uk). Tal vez su lectura atenta podría inducirlo a reflexionar y modificar su propuesta, dados los graves inconvenientes que le representaría a la población modificar la Constitución para transformar en negocios privados la Comisión Federal de Electricidad y Luz y Fuerza del Centro. Muchas sugerencias, muchas cartas se le han enviado al presidente Zedillo sobre el asunto. Pero como Eufemia, la de la canción, no responde ni una.