Ť El presidente Klestil tomó juramento con pesar a la coalición oficial
Violentas protestas contra el nuevo gobierno ultraderechista austriaco
Ť "Una oportunidad", pide el mandatario a la UE Ť Policías acordonaron el palacio presidencial
Afp, Ap, Dpa y Reuters, Viena, 4 de febrero Ť El presidente austriaco, Thomas Klestil, tomó hoy "con pesar" juramento a la nueva coalición de gobierno formada por los conservadores del Partido Popular, del canciller federal Wolfgang Schuessel, y del ultraderechista Partido Liberal, de Joerg Haider, hecho que provocó violentas protestas frente al palacio presidencial.
Klestil pidió a la Unión Europea y a la comunidad internacional "dar una oportunidad a Austria" antes de juzgar al país por haber adoptado un gobierno de derecha, en el que uno de sus miembros ha defendido abiertamente las prácticas de la Alemania nazi y logró un acuerdo con los conservadores para reducir a cero el nivel de inmigración extranjera al país.
Klestil, quien antes manifestó que lamentaba tener que juramentar al nuevo gobierno, tomó parte en la ceremonia con semblante serio, mientras que afuera del pala- cio presidencial unas 3 mil personas protestaron contra el nuevo gobierno lanzando huevos, tomates podridos y bolsas de pintura contra las rejas del recinto.
Tanto el palacio presidencial como la cancillería fueron acordonados desde temprano para evitar actos de vandalismo en protesta por la inclusión de los liberales en el gobierno; testigos dijeron que la policía atacó con escudos y cachiporras a los manifestantes más enardecidos, por lo que no se excluye que haya heridos y detenidos.
Para evitar la multitud de manifestantes, los participantes en la ceremonia de juramentación debieron ingresar al palacio presidencial a través de un túnel subterráneo.
Schuessel fue el primero en jurar como nuevo canciller federal austriaco, y en segundo lugar juró como viceprimera canciller la número dos del Partido Liberal, Susanne Riess-Passer, lideresa ultraderechista de 39 años apodada Cobra Real, después de que la política, a pedido de Haider, metió orden en el partido y zanjó riñas internas, lo que logró fortalecer la formación.
Riess-Passer ha dicho que no le molesta su apodo, pero prefiere que la llamen gentil.
En un mensaje a la nación pronunciado por la noche, Klestil declaró: "Solicito a todas las fuerzas políticas y también a nuestros aliados en la Unión Europea y en el mundo que den una oportunidad al nuevo gobierno y lo juzguen por su trabajo".
Sostuvo que lo ha llenado de "preocupación y consternación" la reacción internacional contra la inclusión de los extremistas en el gobierno, y admitió que "fracasa- ron todos sus esfuerzos" para lograr una gran coalición con los socialdemócratas.
Durante años Austria fue considerada como un ejemplo de estabilidad política en Europa, pues durante más de dos lustros gobernó una coalición de los dos más grandes partidos del país.
"Austria es una democracia estable, un Estado de derecho que funciona, que durante décadas tuvo el reconocimiento de la comunidad internacional", afirmó Klestil rememorando el pasado político austriaco.
Enfatizó que no hubo otra opción mas que permitir el ingreso de los ultraderechistas al gobierno, pues de haber repetido las elecciones se corría el riesgo de lograr aún más votos para "el señor Haider".
Agregó que "Austria es un buen país, con personas positivas y una generación futura abierta al mundo", y prometió que él mismo, como jefe de Estado, vigilará que en el país "no se produzca un desarrollo que contradiga los valores de la Unión Europea y de la comunidad internacional.
Haider dijo que su partido "es una buena fuerza democrática" que realizará un buen trabajo en su papel de socio del gobierno austriaco, y "se demostrará que todos los prejuicios hacia nosotros son falsos".
El líder ultraderechista consideró que cometen "un error táctico" los países de la Unión Europea que ayer decidieron suspender sus contactos bilaterales con Austria como sanción al nuevo gobierno, y afirmó que después de todo los miembros de la Unión Europea se tendrán que sentar "alrededor de una mesa con nosotros, pues de lo contrario no habrá decisiones en Europa".
También acusó a estos países comunitarios de "intentar, por la presión, sabotear la nueva democracia en Austria".
En entrevistas publicadas hoy en la prensa austriaca y en el resto de Europa, Haider volvió a negar que su partido sea neonazi, pese a que su carrera y la de sus correligionarios se fundó en opiniones xenófobas y elogios al régimen de Adolfo Hitler.
Aseguró que existen personajes "mucho más neonazis y antisemitas" en todos los partidos austriacos representados en el Parlamento, pero que ellos no expresan abiertamente sus ideas, y aseveró que él y su partido están en el centro político, y se com- paró, por separado, con el actual primer ministro británico, Tony Blair.
Sostuvo, además, que su partido comparte las ideas de los primeros ministros francés y alemán, Charles de Gaulle y Konrad Adenauer, quienes combatieron a Hitler.
En el pasado Haider admiraba la "política de empleo de Hitler" y llegó a afirmar que las SS nazis estaban formadas por "hombres de honor", aunque después se retractó tibiamente de estas aseveraciones.