El resistible ascenso de Joerg Haider
* Ugo Pipitone *
ƑPor qué es peligroso este jovenazo saludable y deportista, ese buen mozo que quiere cerrar las fronteras de su país a la inmigración extracomunitaria, ese líder carismático proveniente de una familia de fervientes nazis? Las razones son muchas. Mencionemos algunas.
En primer lugar, porque es la primera vez en medio siglo de historia europea que la extrema derecha llega al gobierno de un país de la región. En segundo lugar, porque la cercanía histórica y cultural con Alemania crea posibilidades (tal vez débiles, pero reales) de contagio. En tercer lugar, porque Haider es la voz más políticamente exitosa de una miríada de pequeños nacionalismos y regionalismos agresivos que andan sueltos como minas flotantes en la construcción de Europa.
Haider y su partido de la libertad (maldita ironía de la historia) son los mejores símbolos de antiguas intolerancias europeas que ayer se dirigieron contra los judíos y hoy se dirigen con toda su carga de frustraciones localistas y de paranoicas imbecilidades clasemedieras contra miles de desesperados extracomunitarios en busca de una vida mejor.
No estamos frente a un episodio de folklor reaccionario, disgustoso y fundamentalmente inocuo, sino frente a un acontecimiento que podría producir, si no fuera atajado con toda la energía necesaria, a un serio empobrecimiento de la calidad moral y política de la unificación europea. Una cosa es segura: al final, Haider y su mezcla de cerrazón montanara y de demagogia étnica, serán derrotados. El problema es prevenir los daños que podrían acarrear en el interin.
Por lo pronto, en el nordeste de Italia, la región de Friuli, acaba de emitir una comunicación oficial en contra de la declaración de la Unión Europea que amenaza el aislamiento político de Austria en el contexto de la unión. Incluso el alcalde de Trieste, hombre de centroizquierda e importante empresario del café, se asoció con la derecha en vista del peligro de un retroceso de las relaciones económicas con Austria. Reacciones típicas de bodegueros temerosos por sus negocios y que no tienen el menor embarazo en tener relaciones con un gobierno austríaco convertido en la mayor verguenza europea en medio siglo de historia.
Haider es mucho más peligroso por las ligas culturales subterráneas con la xenofobia difundida que por sí mismo y por el pequeño país del que amenaza convertirse en los próximos años en líder carismático. Un solo ejemplo: hace pocos días, el alcalde de Treviso, siempre en el Nordeste italiano, explicaba en una hostaría, entre las risas divertidas de los parroquianos, que, para que los cazadores locales se ejercitaran, deberían disfrazar a los extracomunitarios de liebres para poderles disparar. A confirmación de que barbarie e imbecilidad son siempre hermanos siameses.
El pogrom contra los extracomunitarios en el sur de España de hace un par de días indica con toda elocuencia sobre qué volcán de agresividad contra los extranjeros se está construyendo una Europa que, sin embargo, o será cosmopolita y solidaria o no será.
Una confesión personal. Europa es una de mis dos patrias y hoy me siento avergonzado. *