* Posible conflicto de competencias por Pinochet


Incumple Madrid las normas judiciales, acusa Baltasar Garzón

Afp, Ap, Dpa y Reuters, Madrid, 10 de febrero * El juez Baltasar Garzón acusó este jueves al gobierno español de "incumplimiento" de las normas judiciales en el caso de Augusto Pinochet, y el canciller Abel Matutes dijo no descartar el planteamiento de un conflicto de competencias para dilucidar la situación.

Ante la negativa de Matutes de tramitar un recurso de apelación a Londres con el que la justicia busca evitar una eventual liberación del ex dictador chileno, el juez de la causa envió una carta en la que señala al canciller que "en nuestro país no se puede interferir el curso del procedimiento judicial de extradición".

De hecho, el canciller ya le había manifestado a Garzón desde el miércoles pasado que el mismo juez de la Audiencia Nacional podía acudir al Tribunal Supremo para plantear un conflicto de competencias si lo estimaba oportuno, en torno a las discrepancias surgidas desde que el gobierno decidió ya no tramitar los recursos judiciales alegando "razones políticas".

Es decir, de acuerdo con Matutes, el gobierno español considera que el caso Pinochet se encuentra en una fase "política" y no en la esfera "judicial", por lo que se niega a seguir los trámites judiciales instruidos por Garzón.

En cambio, en opinión de Garzón se ha producido "un incumplimiento por omisión por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores, al no permitir ahora la defensa de las primeras alegaciones sobre el informe médico en la revisión judicial del caso", en relación a la salud de Pinochet y en que se basa el gobierno británico para su posible liberación.

Así, el juez solicita a la cancillería "no que dé las instrucciones que considere, sino que dé curso al escrito" en el que personalmente dio instrucciones para que la fiscalía británica y los abogados que en Londres defienden la extradición actúen "sin interferencias administrativas que dificulten o imposibiliten su labor".

Pero Matutes, no obstante calificar como "correcta" la misiva del juez, reafirmó que seguirá sin dar trámite al recurso judicial, y que si hay alguien que tenga queja "lo que tiene que hacer es plantear un conflicto de competencias". Más aún, estimó que quizá él mismo podría plantearlo.

En una conferencia de prensa brindada junto con su homólogo belga Louis Michel, Matutes aseveró que si el juez Baltasar Garzón cree que el gobierno de José María Aznar está interfiriendo en su investigación, "la Constitución española le ofrece la posibilidad de plantear un conflicto de intereses contra el Ejecutivo".

Reiteró que el gobierno español ha mantenido una posición muy clara y coherente sobre este asunto, al insistir en que España no recurrirá la eventual decisión del ministro británico del Interior, Jack Straw, de liberar a Pinochet por razones de salud, y "ni siquiera si el recurso belga prospera".

Asimismo, la cancillería envió otra carta a Garzón de respuesta para insistir en el mismo tema, y recalca que el recurso que pide el magistrado es "un intento de impugnar la legalidad" de la "decisión discrecional de Straw".

En esa carta, la cancillería finalmente decidió enviarle una copia a Garzón del informe del fiscal británico Alun Jones, que era una respuesta a interrogantes de la misma cancillería, en la que éste aseguraba que España tenía base para recurrir una posible repatriación del ex militar, así como otro en el que el mismo abogado negaba que se pudiera retener a Pinochet si Straw decidía liberarlo.

En la conferencia, el canciller de Bélgica, Louis Michel, reafirmó que su país irá "hasta el fin" en el proceso en curso contra la eventual liberación del ex dictador, aun cuando estos trámites no hagan muy feliz al gobierno chileno de Eduardo Frei.

Ambos cancilleres dijeron que respetaban la posición del otro, uno de no recurrir, y el otro de seguir adelante.

Mientras, la hija del ex dictador, Lucía Pinochet, dijo que su padre ha sufrido un gran daño y que el reforzamiento de su vigilancia quizá se explique porque la policía británica tema algún atentado en su contra ya que él no podría escaparse pues apenas puede caminar.

En otro asunto, la derecha chilena anunció que saboteará una eventual visita a Santiago del presidente cubano, Fidel Castro, con motivo de la asunción del socialdemócrata Ricardo Lagos, el 11 de marzo, tras ser invitado oficialmente.

Según el vespertino La Hora, junto con la invitación se le envió un "mensaje" para que se abstenga de viajar, y que la razón sería evitar un encuentro entre Castro y Lagos que, de producirse, traería a la memoria las polémicas imágenes de 1971 del líder cubano y el derrocado presidente so- cialista Salvador Allende.