Un frente libertario
* Luis González Souza *
PARA AVANZAR HACIA UN México digno, primero debemos reconocer dónde estamos. ƑDuele? Sí, pero mucho más doloroso sería despertar en el precipicio. Eso sí sería un "peligro social" y no los estudiantes presos. No somos nadie para tirar línea, ni nos gusta hacerlo. Simplemente queremos cumplir con el deber de hablar a calzón quitado. Si todos lo hiciéramos, México dejaría de ser el país de las simulaciones (algo mucho más sonrojante que un país de descalzonados).
ƑDónde estamos? En el mejor de los casos, o desde el mirador oficioso, México se ha modernizado un poco, pero a un costo tan alto que ya compromete su mismo futuro como nación. La modernización de la economía ciertamente puede notarse en algunos enclaves secto-riales y regionales. Pero su costo ha sido, por decirlo rápido, un empobrecimiento y una desnacionalización rayantes en el suicidio hasta del sacrosanto mercado interno, todavía el mercado crucial para cualquier país (con todo y globalifilias).
šAh! Pero, Ƒqué tal avanza nuestra modernización política? ƑQué otro país ha logrado la transición fantasmagórica: del autoritarismo a la "normalidad democrática", sin que nadie lo note? La verdad sí hay avances, aunque no tantos como se presume ni, desde luego, irreversibles. Básicamente podría decirse que en México las elecciones ya son menos sucias y más confiables. También puede decirse que hay más libertades (sin duda macro-empresariales), incluidos medios más abiertos de comunicación. Mas no sobra decir que todos esos avances han sido arrancados al viejo régimen por la sociedad, con luchas verdaderamente titánicas.
Pues bien, ahora resulta que hasta los avances en libertad individual (no digamos nacional) quiere cancelarlos el régimen cuanto más viejo, más belicoso. Y además busca hacerlo con el aplauso de los despistados. En términos electorales, al voto del miedo ahora busca agregarse el voto cacerolero: šMano dura contra todo revoltoso! Todo lo cual supone un reforzamiento del voto de la inconsciencia, sea o no justificada por el analfabetismo.
El manejo del conflicto en la UNAM podría constituir el caso límite en un triple sentido. Primero, porque la desfiguración de la UNAM ayudaría muchísimo a acrecentar el voto de la inconsciencia. Segundo, porque al hacerlo con métodos gorilescos ųcomo acaba de hacerse con la huelga estudiantilų vaya que se alienta el voto cacerolero. Y tercero, porque ya antes de la represión en la UNAM, la causa de la libertad venía sufriendo un cúmulo de descalabros: desde la guerra sin nombre en Chiapas y la (para) militarización de buena parte del país, hasta la ofensiva cada vez más virulenta ya no sólo contra la causa de los derechos humanos, sino contra promotores tan destacados como el Centro Miguel Agustín Pro.
Los mismísimos avances que con tanto esfuerzo se han logrado en los medios, casi han sido reducidos a ceniza tras el vergonzoso linchamiento (des)informativo que han sufrido los estudiantes de la UNAM y, lógicamente, la UNAM misma. ƑEs necesario decir que sin libertad no hay demo-cracia que valga, y que sin ésta, México jamás saldrá adelante? Aparte de que el neoliberalismo a la mexicana se ha llevado ya enormes tajadas de bienestar, de soberanía y de la nación misma, Ƒtambién permitiremos que se lleve nues-tros pocos avances en materia de libertad? En fin, Ƒqué li-bertad más primaria que la de luchar por un mundo mejor? Y Ƒa qué se han atrevido los estudiantes de la UNAM, si no a ejercer tan primaria libertad?
Por todo ello, insistimos: cada estudiante encarcelado es un grillete más para toda la nación. Por increíble que parezca (salvo en los discursos oficiosos), México está retrocediendo al punto de volver a colocar en el centro de la agenda nacional, como en el porfiriato, la lucha por la libertad.
La lucha estudiantil en la UNAM ya no sólo pone en juego la primera piedra de cualquier proyecto nacional, es decir, la educación. Ahora, con el encarcelamiento y hasta la desaparición de estudiantes (Ƒ1968 superado?), también pone en juego la causa, ya no digamos de la democracia, sino de la libertad más elemental.
Si algún frente amplio requiere México, pues, es por la defensa de la libertad. Y si hay tarea inmediata para ese frente, es la liberación de todos los estudiantes presos y el encuentro de los desaparecidos. Mientras eso no se logre, ni el país ni mucho menos la UNAM podrán funcionar con el mínimo de dignidad requerido. Ojalá lo comprendamos todos y a tiempo. *