Ť El jueves se presenta en la Casa del Lago un libro con parte de su obra
Cavafis, el poeta más importante de Grecia por su tradición helénica
Ť Cayetano Cantú: mi traducción tiene el sentimiento de las palabras y el ambiente
Mónica Mateos Ť Muchos pensaron que el poeta griego Constantino Cavafis (1863-1933) perdió la voz cuando fue sometido a una traqueotomía, en 1932, para salvarlo de cáncer en la laringe. Pero ni la muerte hizo enmudecer las palabras que heredó al mundo:
''No encontrarás otro país ni otras playas,/ llevarás por doquier y a cuestas tu ciudad;/ caminarás las mismas calles,/ envejecerás en los mismos suburbios,/ encanecerás en las mismas casas./ Siempre llegarás a esta ciudad;/ no esperes otra,/ no hay barco ni camino para ti./ Al arruinar tu vida en esta parte de la tierra,/ la has destrozado en todo el universo''.
Son palabras ígneas que, aun pronunciadas tenuemente, cambian el curso de las emociones y los deseos, porque se refieren al amor por el otro, por las raíces, por el alma. En México, la obra de Cafavis se conoce gracias a las traducciones al español que ha realizado Cayetano Cantú (Tamaulipas, 1935), quien lo considera "el poeta más importante de Grecia, porque es el más helénico de todos".
El jueves 17 de febrero, el traductor dará a conocer en la Casa del Lago una redición del libro que contiene 154 poemas que Cavafis escribió entre 1911 y 1933, y que el mismo autor tuvo tiempo de ordenar de forma cronológica para su publicación en Grecia. Además, Cantú prepara una antología de la "poesía perdida" del poeta griego, integrada por material "que se quedó guardado en algún cajón".
Cavafis era muy escrupuloso: corregía obsesivamente sus versos. Pero a veces los dejaba reposar hasta diez años. ''En esos textos 'perdidos' prevalece la poesía homosexual, por eso los llamo poemas olvidados y ocultos. La diferencia entre éstos y los poemas que publicó en vida, es que ahora leeremos a un Cavafis que habla en primera persona y no en tercera, por eso los guardó. Son un poquito más efectivos. En Grecia les ha gustado más a los jóvenes. Los temas que tratan no sólo son amorosos, nuevamente hablan de la historia, de la filosofía. Fueron escritos al mismo tiempo que los otros. Lo interesante será compararlos, ver la evolución del poeta y entender por qué nos los mostró en su momento'', explicó Cantú.
Algunos lectores han "malentendido" la poesía de Cavafis, quien por su preferencia sexual se piensa que escribió "poesía gay". Nada más alejado de la verdad. Al respecto, el traductor opina: ''šQué flojera que quieran convertir a Cavafis en estandarte gay! Se devalúa el sentido de su obra. Nunca lo traduje para que fuera símbolo de los homosexuales ni él escribió para defender sus preferencias amorosas. Su poesía va más allá de un sentimiento de sexualidad de género. Es el sentimiento amoroso en sí. Además, aborda otros temas, como el histórico y el filosófico, claro que lo que más pega es lo que más suena. Pero Cavafis es importante en Grecia porque habla del helenismo''.
Por la renovación de Grecia
Constantino Cavafis dejó una obra comprometida con la independencia y la soberanía de su patria, mediante la renovación de la imagen de la Grecia clásica. Sus poemas hacen tangible lo ausente. Son una especie de saudade griega con toda la carga del mito.
Alejandrino de origen, viajero como Ulises, fue el noveno hijo de una familia de ricos comerciantes griegos, originarios de Estambul. Cuando tenía 9 años se mudó a Londres, por lo que llegó a considerar el inglés como su segunda lengua. Se sabe que también hablaba y leía con la misma perfección francés, italiano y árabe.
Entre 1882 y 1885 Cavafis vivió en Estambul. Ahí conoció el amor y se descubrió a sí mismo poeta. Muchos de los admiradores de su obra lo consideran más hijo de esa tierra que de Alejandría, ciudad que siempre consideró griega y a donde regresó luego de la muerte de su hermano, quien fue su mecenas y consejero. En 1901, llegó por primera vez a Grecia, donde publicó su obra en la revista Phanatheneum. Luego regresó a su ciudad natal donde vivió hasta su muerte.
En su poesía, que fue publicada completa (como él dejó ordenada) en 1935, Cavafis entretejió imágenes clásicas para expresar arquetipos universales. Un ejemplo es Itaca, uno de los más populares (se le recuerda porque fue leído en el sepelio de Jackeline Onassis):
''Siempre ten a Itaca en tu mente;/ llegar ahí es tu meta, pero no apresures el viaje./ Es mejor anclar cuando estés viejo./ Pleno con la experiencia del viaje,/ no esperes la riqueza de Itaca./ Itaca te ha dado un bello viaje./ Sin ella nunca lo hubieras emprendido;/ pero no tiene más que ofrecerte,/ y si la encuentras pobre, no fue Itaca quien te defraudó./ Con la sabiduría ganada, con tanta experiencia,/ habrá comprendido lo que las ítacas significan''.
Cantú señala que en Cavafis es muy aceptado en Grecia, pues "rebasa los límites de la homosexualidad; incluso, les gusta más a las mujeres que a los hombres. Por otra parte, no veo por qué Cavafis tiene que ser estandarte de la homosexualidad, pues tuvo una vida muy frustrada: sus encuentros amorosos eran casuales.
"El periodo victoriano, en el que vivió, fue una infamia en el mundo. En ese momento Egipto estaba dominado por los ingleses y su moralina. Esa situación afectó mucho a Cavafis. Su mejor poesía casi no habla de contactos físicos, más bien son elucubraciones mentales. Creo que debió haber sido muy mal vista su preferencia sexual en Alejandría, donde pasó su juventud, por eso decidió salirse de ese mundo. Se escapó para hacer una vida más privada. Luego se quedó pobre y se dedicó a hacer poesía en lugar de andar en fiestas. Cuando empezó a escribir fue cuando verdaderamente lo respetaron, aunque siempre se le vio de soslayo porque el prurito de la homosexualidad no se quita facilmente''.
El traductor agregó que la primera parte de la poesía de Cavafis tiene mucha influencia del siglo XIX, "es romanticona, tiene algo de los italianos, franceses e ingleses, era lo que se usaba. Además, él tenía 17 años. A partir de 1911 empezó a usar griego demótico (moderno), lo demás fue griego katharevousa (clásico)".
Los "poemas perdidos" son 74, algunos "muy de época, muy de siglo XIX, otros no están terminados. Considero que 60 por ciento de esos textos tienen una gran calidad, fueron escritos al mismo tiempo que los ya conocidos. La cronología es la misma. Creo que en 1964 se publicaron algunos en Grecia. Conseguí otros con mis amistades en aquel país, porque Cavafis regalaba muchos poemas, por eso se trabajó mucho para conseguir la obra completa''.
ųTus traducciones de Cavafis difieren mucho de las realizadas en España.
ųMi traducción tiene todo ese sentimiento que no sólo está en las palabras, sino en el ambiente. Estoy empapado del ambiente griego y helénico. Mis poemas al español de Cavafis están muy trabajados, muy revisados. Me importa mucho el sonido de las palabras y Cavafis está lleno de vocales. Las otras traducciones las encuentro un poco duras. Lo importante al traducirlo es poner bien los finales, porque sus poemas son todo en el final. Sus últimas líneas siempre te dejan desbaratado. Tienen una fuerza tremenda y si eso no lo capta el traductor, se fastidió la cosa. No basta conocer el idioma, hay que conocer la mentalidad griega. Lo maravilloso de Cavafis es que con cinco palabras ya te expresó un ambiente, un sentimiento, una mentalidad. Eso es lo que uno tiene que traducir.
"Los traductores españoles le temen a interpretar y expresar la emoción. Al ser literales piensan que pueden traducir poesía homosexual y no se les notará mucho, es decir, no se leerá que se emocionaron porque 'no vayan a pensar que son...'. Eso no debe ser, hay que entrale con todo o no hacerlo".
Poemas (1911-1933), de Constantino Cavafis, traducción de Cayetano Cantú, ilustrado por Elvira Gascón, se presenta el jueves 17 de febrero, a las 20 horas, en el teatro Rosario Castellanos de la Casa del Lago, en el bosque de Chapultepec. Participan Vicente Quirarte e Ignacio Solares).