COLOMBIA: LAS PARADOJAS
Desde anteayer, el territorio colombiano quedó fracturado por bloqueos carreteros que interrumpen las comunicaciones terrestres entre Santafé de Bogotá y Medellín, entre ésta y Caldas y la Costa Atlántica, y entre Bucaramanga y Barrancabermeja. Los cortes más importantes son mantenidos por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), organización que exige el establecimiento, en su área de influencia, de una zona desmilitarizada semejante a la que el gobierno creó para realizar las negociaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Grupos paramilitares opuestos a tal exigencia, y al parecer no exentos de base social, bloquearon otras vías en demanda de que las autoridades rechacen el pedido del ELN. En el departamento de Nariño, maestros estatales cortaron la circulación en una vía que conduce al Pacífico, en demanda del pago de salarios atrasados.
A este panorama debe agregarse la incesante violencia cuyos episodios cruentos ya ni siquiera son noticia, la crisis económica y la corrupción ascendente, cuyo capítulo más reciente es el desvanecimiento de 300 mil millones de pesos colombianos en fondos de inversiones de cooperativas, que involucra a empresarios, funcionarios y militares, y que afecta, a decir del fiscal Luis Eduardo Salazar Reyes, a más de 5 millones de colombianos.
En este contexto nacional de dificultades extremas no deja de resultar sorprendente la continuidad del proceso de paz iniciado entre el gobierno de Andrés Pastrana y la directiva de las FARC el año pasado. En el marco de ese proceso, negociadores de las dos partes realizan una gira por diversas naciones europeas para analizar el modelo económico y social que ha de construirse en Colombia, y para reunirse en Ginebra con el Comité Internacional de la Cruz Roja, a fin de discutir el tema de los derechos humanos.
Una muestra más de esta voluntad de terminar la guerra, hasta ahora infatigable, fue la propuesta del procurador, Jaime Bernal, en el sentido de que el gobierno designe a la brevedad un comisionado de paz ante el ELN, en respuesta a los bloqueos carreteros realizados por esa organización guerrillera.
En suma, en medio de la guerra, la inestabilidad, la crisis y la descomposición, Colombia sigue pugnando por la paz, y eso constituye un ejemplo digno de tomarse en cuenta.
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