Ť La incidencia se redujo en 40%: Gómez Maganda en foro sobre el tema


Faltan más acciones para abatir el embarazo en adolescentes

Alonso Urrutia Ť Pese a que en los últimos años la incidencia de embarazos en mujeres adolescentes se ha reducido en casi 40 por ciento, aún se requiere poner en marcha nuevas acciones para abatir este fenómeno, que genera entre las jóvenes muertes y procreación de hijos con mayores índices de mortalidad, además de rechazo social, señaló la responsable de la Comisión Nacional de la Mujer, Guadalupe Gómez Maganda.

Al encabezar el foro Embarazo en adolescentes, avances y retos, Gómez Maganda dijo que es un fenómeno que aún se presenta de manera recurrente, con diversas consecuencias en materia social y sanitaria.

Dio a conocer que en 1980 se estimaba que por cada mil adolescentes había 116 nacimientos, cifra que se ha modificado en la actualidad.

Gómez Maganda señaló que una de las consecuencias más graves del embarazo precoz es que genera patologías "vinculadas al embarazo, parto y puerperio asociadas con la edad de la madre, ya que muchas veces las adolescentes no están en condiciones biológicas de enfrentar la maternidad, o bien no lo están desde el punto de vista sicológico o social".

Destacó que en muchos casos estas madres tienen hijos prematuros con muy bajo peso al nacer, y por lo tanto tienen un mayor riesgo de morir durante los primeros añoss de su vida.

El peligro se acrecienta, agregó, cuando se relaciona con pobreza, nutrición deficiente y mala salud de la madre, aunados estos aspectos a una escasa supervisión médica en la gestación.

Dio a conocer que en 1998 la mortalidad materna en adolescentes representó el 13.83 por ciento del total, aunque en 7 por ciento de los casis la causa de muerte estaba asociada a las complicaciones de aborto.

La funcionaria agregó que la mortalidad en menores de 19 años fue de 46 por cada mil nacimientos, índice considerablemente diferente al de las mujeres de 19 a 32 años, cuyo indicador es de 23 muertes por mil.

Gómez Maganda mencionó otras complicaciones derivadas de la maternidad en esa edad, como son las dificultades para la reincoporación al estudio o bien para la inserción en el mercado laboral. Asimismo, en muchos casos se dificulta la reactivación de la vida sexual.

Finalmente, la responsable de la comisión comentó que la gravedad del problema obliga a buscar nuevas medidas para inhibirlo, pues en la gran mayoría de las casos no es producto de una maternidad deseada, sino consecuencia natural de una sexualidad no planificada.