Ť En sólo dos meses ha ganado importantes "combates", salvo el impuestazo
Destacan analistas los "logros gubernamentales" en Argentina
Ť Menem se queja de los medios y su "estrategia deliberada" de olvido total de sus avances
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 14 de febrero Ť Enfrentando la realidad de una virtual "tierra arrasada" dejada por el anterior gobierno argentino, el presidente Fernando de la Rúa logró más avances de los esperados en sus dos meses de gestión, pero también hay fuertes críticas contra algunas medidas, como el impuestazo.
La restructuración en los Servicios de Informaciones del Estado (SIDE), con el despido de agentes, muchos de ellos con un historial ligado al pasado represivo; el adiós al famoso Batallón 601 de inteligencia del ejército, clave durante las acciones de la pasada dictadura militar, así como la reacción de la cancillería al llamar al embajador en Austria, Juan Carlos Kreckler, quien en un cable reservado consideró que el líder ultraderechista Joerg Haider es "un demócrata", son algunos de los hechos destacables de los últimos días.
En tanto, las cifras del desorden administrativo heredado elevaron el rojo del déficit a más de 7 mil millones de dólares, con una proyección real de alrededor de 13 mil millones, según cálculos del ministro de Economía, José Luis Machinea, que incluyen los déficits provinciales, el de la oficina de pensionados y jubilados PAMI, pero restando los ingresos extraordinarios por ventas de acciones de privatizaciones.
Por esta razón lo de "tierra arrasada" parece un término ajustado a la realidad. A poco más de dos meses de comenzar su gestión, "el gobierno se percibe ejerciendo el poder, imponiendo la agenda, proponiendo combates que consigue ganar. En estos días volvió a ser el dueño de la iniciativa achicando la SIDE", señala en el diario Página 12 el analista Mario Wanfield.
Estilo de vida austero, otro éxito de la administración
La percepción sobre este primer tiempo de la Alianza gobernante (formada por la centrista Unión Cívica Radical, a la que pertenece De la Rúa, y por el centroizquierdista Frente País Solidario) es similar entre los principales analistas. Otro hecho destacable en este periodo es el ascenso entre la opinión pública de algunos políticos con un "estilo austero de conducción del gobierno", como el vicepresidente Carlos Chacho Alvarez, quien sigue viajando a menudo en Metro y continúa su cruzada para castigar la corrupción del pasado gobierno.
Asimismo, el gobierno aliancista ha logrado alcanzar consenso con importantes sectores del peronismo, la mayor fuerza de oposición, que continúa dividida por las ambiciones personales de Carlos Menem y su entorno. Los gobernadores peronistas de las provincias más importantes, como Carlos Ruckauf en la de Buenos Aires, Carlos Reutemann en Santa Fe, y José Manuel de la Sota en Córdoba, tienen grandes chances hacia el futuro y las próximas presidenciales que no quieren perder a manos del desprestigiado menemismo, condenado en las últimas encuestas por más de 60 por ciento de la población.
Nadie quiere quedar asociado con la formidable corrupción que se revela a medida que culminan los balances en los ministerios, y por esta razón un sector peronista rechazó el llamado "gabinete de las luces" que intentó imponer Menem. El ex mandatario, por su lado, hoy afirmó en un artículo de prensa que los medios de comunicación realizan una estrategia "deliberada de olvido total" de sus logros.
Consenso sobre el proyecto de Reforma Laboral
El gobierno, por otro lado, logró finalmente consenso con la propia bancada justicialista (peronista) en torno al polémico proyecto de Reforma Laboral, que provoca ya disidencias entre los propios legisladores aliancistas y enfrenta a los distintos grupos sindicales.
Sin embargo, en el caso de la mayoritaria Confederación General del Trabajo (CGT), cuyos líderes apoyaron a Menem y sus políticas neoliberales de ajuste que acabaron con importantes conquistas sociales, la opinión pública no le reconoce "ninguna autoridad moral" para oponerse al proyecto. Además, en el enojo de la CGT podría haber influido más la decisión del gobierno de derogar un decreto de Menem de último momento en el que destinaba unos 360 millones de dólares a obras sociales manejadas por los cegetistas.
El Movimiento de los Trabajadores Argentinos, que cuenta con gremios decisivos como camioneros y transporte, también se opone a la Reforma Laboral, pero sus actuales negociaciones y alianza con la CGT luego de haberse opuesto al menemismo han debilitado su imagen. Aun cuando se opone a la reforma, la progresista Central de Trabajadores Argentinos trabaja por su parte para encontrar un equilibrio, más allá de su oposición a la reforma. Así, el dirigente de la línea Clasista y Combativa, Carlos Perro Santillán, condenó la "hipocresía" de la directiva cegestista, que llamó a una movilización y cese de tareas el próximo jueves.
Algunas de las medidas de la Reforma laboral ųla cual sigue a una reforma fiscal que golpea a la ya maltrecha clase mediaų que más polémica provocan son las que buscan extender de un mes a seis el llamado "periodo de prueba", lo que podría ser utilizado por los voraces empresarios para acentuar la precariedad de los trabajadores, muchos de los cuales laboran ya horas extras sin percibir pago por ellas, ante el miedo de ser despedidos y engrosar las filas de los excluidos.
Un estudio de la CTA revela que si se trabajaran las 48 horas que marca la ley se generarían 998 mil nuevos puestos de trabajo, reduciendo la desocupación (calculada oficialmente en cerca de 14 por ciento) a la mitad, mientras recuerda que la flexibilización menemista trajo el mayor desempleo en la historia del país con un pico de más de 18 por ciento en 1995.
Sin embargo, algunos funcionarios aliancistas oponen el apoyo a las Pequeñas y Medianas Empresas, los créditos para la producción nacional, la decisión de frenar los remates de propiedades de pequeños productores rurales endeudados, y una austeridad en la gestión pública, al impacto de esta Reforma en el ya flexibilizado mercado de trabajo argentino.