Ť Cierran fuerzas rusas todos los accesos a Grozny
En un mes habrá terminado la operación en Chechenia: Moscú
Ť Hay mujeres y niños prisioneros, denuncian sobrevivientes
Afp, Dpa y Reuters, Moscú, 14 de febrero Ť El ministro ruso de Defensa, Igor Sergueiev, aseguró este lunes que la operación militar en Chechenia habrá terminado en un mes, y antes de que se celebren las elecciones presidenciales. El ejército ruso cerró todos los accesos a la capital chechena de Grozny por temor a que reingresen a la ciudad rebeldes fingiendo ser civiles y así retomar sus posiciones.
Mandos militares en el sur de Chechenia dijeron que en los últimos días han muerto más de 600 guerrilleros islámicos, y que se han realizado más de 100 misiones aéreas de bombardeo en las últimas 24 horas, en las que se destruyó una veintena de fortificaciones rebeldes. Sin embargo, el jefe de la Fuerza Aérea rusa reconoció que los pilotos "no pueden alcanzar a cada rebelde escondido en las cuevas".
Por otro lado, el diario francés Le Monde publicó hoy testimonios de ex prisioneros chechenos de un campo "filtrado" en el que los rusos mantienen a unos mil 500 hombres, mujeres y niños, para tratar de determinar si son rebeldes o simples civiles. Para ello están contratados 48 torturadores conocidos como los "cosacos de Rostov", quienes ganan hasta mil 200 rublos diarios por arrancar confesiones de los prisioneros.
Sergueiev afirmó que el ejército ruso ha infligido importantes pérdidas en las filas guerrilleras, y previó que la fase militar terminará antes de las elecciones de marzo próximo. Oficiales chechenos en Duba-Yurt, al norte del valle de Argun, afirmaron que en este momento los rebeldes utilizan tácticas de guerra de guerrillas, y que si bien las tropas federales no encuentran resistencia directa, están siempre bajo peligro de ser emboscados.
Sergueiev, sin embargo, rechazó que por el momento haya planes para lanzar una acción de envergadura que pudiera ser la estrategia final para terminar con los varios miles de guerrilleros en las montañas de Argun y Vedeno. Fuentes del Estado Mayor ruso dijeron que si se opta por una acción así, ésta podría incluir el uso de bombas que liberan una mezcla de elementos inflamables volátiles que destruyen a todo ser vivo. Moscú, hasta ahora, ha desmentido acusaciones de haber empleado este tipo de armas en Grozny.
Así, el comandante de las tropas del Cáucaso, Viktor Kasanzev, afirmó que también existe el peligro de que los rebeldes penetren nuevamente Grozny, por lo que se ha prohibido la entrada a todos los civiles que intentan volver a la destruida ciudad. A su vez, el representante de Moscú en Chechenia, Nikolai Kochman, afirmó que se podría dar a Grozny el estatuto de "ciudad cerrada", no sólo por el riesgo de que vuelva a ser tomada por los rebeldes, sino por las minas, contaminación y cadáveres que quedaron en la ciudad, y que el gobierno ruso no puede retirar ahora por falta de recursos.
Ayer el presidente checheno, Aslan Masjadov, afirmó que ya hay miles de combatientes de vuelta en la ciudad, que utilizaron rutas secretas y pasadizos subterráneos para regresar a la capital.
Denuncias de un campo "filtrado"
El diario Le Monde entrevistó a sobrevivientes de un campo "filtrado" en el que el ejército de Moscú mantiene a miles de prisioneros, tratando de averiguar si son rebeldes o civiles. Uno de los testigos, quien salió del campo paralítico, confirmó denuncias que ya hicieron organizaciones humanitarias, al afirmar que los prisioneros padecen hambre, hacinamiento y malos tratos. Afirmó que en el lugar hay contratados 48 torturadores profesionales, y que muchos de los reclusos han quedado inválidos, como él, tras los interrogatorios a los que son sometidos por los "cosacos de Rostov".
Por otra parte, la periodista francesa Anne Nivat, quien desapareció varios días en Chechenia, regresó hoy a Moscú y denunció que fue detenida por los servicios de seguridad rusos (sucesores de la KGB), que le confiscaron todos sus cuadernos de notas y originales de artículos que había escrito.
Por último, el vocero ruso para asuntos de Chechenia, Sergei Yastrzhembsky, advirtió que extremistas chechenos podrían estar planeando el secuestro de aviones rusos de pasajeros, inspirados por el reciente secuestro de un avión afgano, y en vista de que son apoyados por el régimen talibán de Afganistán.