Ť Descarta rectoría llamar de nuevo a la policía


Acuerdan en Ciencias cerrar el plantel y reiniciar la huelga

Ť Amenazan autoridades de la UNAM con levantar actas a paristas

Roberto Garduño Ť Por ocho votos de diferencia a favor de reiniciar la huelga, la asamblea estudiantil de la Facultad de Ciencias -en la que participaron integrantes del CGH, simpatizantes de éste y alumnos opositores al mismo- determinó cerrar el plantel en los primeros minutos de este martes. A medianoche se informó a este diario, desde rectoría, que no habrá solicitud para que intervenga la fuerza pública en esa escuela. Sin embargo, horas después, autoridades universitarias amenazaron con levantar actas si se impedía el acceso al plantel.

Ayer, una vez finalizada la marcha convocada por el CGH, el contingente de Ciencias se encaminó a ese plantel. Por la mañana, profesores, investigadores y alumnos que regresaron bajo protesta sus actividades acordaron realizar un foro alterno a la asamblea del CGH para establecer los lineamientos de protesta por la liberación de 262 huelguistas que permanecen en el Reclusorio Norte.

El inicio de las labores en el plantel comenzó entre dudas, pues tanto alumnos como profesores cuestionaron la forma en que entró la Policía Federal Preventiva y desalojó a los huelguistas.

A las 13 horas, el contingente del CGH entró a Ciencias y desde entonces comenzó una larga asamblea en la cual se discutió como único punto del día el reinicio de la huelga, y por consiguiente la toma de las instalaciones. El auditorio de la escuela permaneció repleto y ya entrada la noche el pleno votó respecto al punto citado.

Por volver a colocar las banderas rojinegras en el plantel se pronunciaron 238 estudiantes, 18 se abstuvieron y 230 se manifestaron en contra. De los más de 4 mil estudiantes inscritos en la matrícula de esta facultad, casi medio millar participó en la asamblea plenaria. La pírrica diferencia de votos fue cuestionada por algunos de los asistentes a la asamblea. Incluso algunos profesores, irritados, advirtieron que presentarían denuncias en contra de aquellos alumnos que volvieran a cerrar el plantel. La inconformidad permeó entre profesores y alumnos, que incluso, propondrán en los próximos tres días la realización de una consulta de donde resulte el apoyo o el rechazo a la asamblea del CGH.

"Esto busca la desarticulación de los consensos y la confrontación entre la facultad, esto es un boicot de los acuerdos y es producto de la manipulación. El movimiento no va a tener fuerza si no busca nuevos espacios, y sobre todo nuevos vínculos con los sectores universitarios. šUn gran error fue el aislamiento y la falta de respeto a la discrepancia! šEs un gran error!", argumentó uno de los estudiantes que intervino en la asamblea.

Por su parte, un huelguista aseguró que esa decisión propiciará "darle vida de nuevo al CGH. Por mayoría, con el auditorio repleto logramos reinstalar nuestro movimiento. Esto es un gran triunfo y esperamos que se multiplique en las demás escuelas".

Las primeras acciones que realizaría el comité de huelga de esa escuela sería tomar la cafetería, los cubículos y la imprenta -ahí, durante casi diez meses el consejo estudiantil ubicó su comité de prensa y propaganda-, y a la medianoche se cerraría el plantel e izarían la manta rojinegra. Más tarde, al cierre de esta edición, se confirmó que así fue.

Incluso también trascendió que en la Facultad de Economía podría ocurrir hoy un caso similar al de Ciencias.

El foro, la discusión y las diferencias...

En la Facultad de Ciencias la nueva etapa de la universidad empezó con claras muestras de la enorme brecha que divide a la comunidad y de la falta de puentes para cruzar de una orilla a otra. El primer incidente se produjo cuando el contingente de cegehacheros de esta escuela se desprendió de la marcha que rondaba por el circuito escolar y se dirigió al auditorio para instalar su asamblea. Al entrar toparon con un grupo de maestros e investigadores congregado en el patio central: paristas y antiparistas cara a cara.

El intercambio verbal comenzó. Los jóvenes del CGH con su acostumbrado lenguaje de carretoneros y los maestros con no menos carga de desprecio y rechazo.

Entonces se instalaron dos asambleas, una dentro y otra fuera; ambas simultáneas pero "sin punto de encuentro alguno", según se lamentó el biólogo Antonio Lazcano Araujo, una de las pocas voces conciliadoras de la reunión de académicos.

Estos plantearon, por turnos, su preocupación y enojo por la posibilidad de que los paristas "reinstalen" la huelga en los planteles. De inmediato surgió la iniciativa de firmar un documento para oponerse a ello.

Sin embargo, la propuesta de no aceptar "el retorno a la normalidad" mientras esté un solo estudiante preso no alcanzó el consenso. Varios profesores objetaron que no podían pedir la libertad "de alguien que discute a garrotazos". La desesperada conminación de Lazcano de "que las partes demos un paso para acercarnos" cayó en el vacío.

Peor fue la respuesta a la invitación de una estudiante para que el grupo de académicos participara en la asamblea estudiantil. Fue abucheada. Le recordaron que en muchas ocasiones, en los 10 meses de huelga, intentaron participar en esos debates y fueron insultados, agredidos y expulsados. "Son autistas", expresó un matemático. Agregó: "Esta universidad no aguanta ni un minuto más cerrada. Me parece repugnante y despreciable que alguien que dice querer a su universidad pida que se vuelva a cerrar".

Una maestra propuso hacer "un recuento de los hechos". Resultó peor, salieron a relucir viejos agravios -el alambre de púas, el retiro de votos al posgrado de Ciencias, la presencia de extraños en la toma de decisiones del CGH- y hasta ofensas: "Los paristas son muy valientes cuando vienen 10 contra uno, pero cuando es al revés son cobardes".

Otra voz conciliadora, ahora un biólogo, pidió dejar los reproches a un lado y "rehacer la comunidad". Algunas maestras le respondieron con grandes carcajadas. El catedrático cortó su intervención. "No voy a ser payaso de nadie; los felicito por su espíritu de reconciliación".

Otra intervención, esta de un estudiante, corrió con la misma suerte: "En 10 meses no sé a quién irle. En los dos lados me hablan de democracia y no la encuentro en ningún lado. Ya perdimos 10 meses de clases. ƑPor qué no perder uno más y darle una salida real a este problema?". Más carcajadas por respuesta.

Dentro del auditorio, los paristas se enfrascaron en idear cómo continuar la huelga,. En uno de los pasillos, un cartel rezaba: "La ciencia no sería la misma si a Newton le hubiera caído un garrote en la cabeza".

Bloqueo en Trabajo Social y en Políticas

También en Economía se realizó una asamblea en el auditorio Ho Chi Min, convertido en bodega. Ahí alumnos huelguistas y antiparistas acordaron efectuar una asamblea general mañana a las 12 horas, donde discutirán las medidas y acciones a realizar. Incluso se propuso plantear la formación de un frente universitario por la liberación de los presos.

En Filosofía, al aire libre, porque el auditorio de esta facultad se encuentra en remodelación, la asamblea determinó protestar por los presos y estableció que su lucha sigue.

Mientras, en Trabajo Social los alumnos integrantes del CGH ganaron la asamblea y determinaron, en conjunto, bloquear las oficinas administrativa para evitar cualquier trámite. Advirtieron que ex la directora Nelly Tello debe retirarse ya del plantel. Acordaron reunirse hoy a las 11 de la mañana.

En Políticas la asamblea acordó que el lunes próximo cerrarán las instalaciones administrativas del plantel.

Por otra parte, las autoridades de la UNAM amenazaron con levantar un acta que sería turnada "para los efectos jurídicos que correspondan" en contra de los 20 estudiantes que ayer tomaron las instalaciones de la Facultad de Ciencias si llegan a impedir el acceso al personal docente y alumnos, informó el director general de Información de esa institución, Alberto Pérez Blas.

Dijo que el grupo está encabezado por Guadalupe Carrasco, sobre quien existe una orden de aprehensión por el delito de despojo.

La acción de los estudiantes, relató el vocero, se basó en un supuesto acuerdo de asamblea para tomar las instalaciones del área editorial y el auditorio de la Facultad para desarrollar sus actividades proselitistas.

Pérez Blas mencionó que ese acuerdo de asamblea fue adoptado por un grupo minoritario, pues no participaron más de 500 de los 4 mil 500 estudiantes matriculados ahí.

Por ese motivo manifestó su confianza de que el grupo de universitarios "respete la decisión de la mayoría de los estudiantes, quienes hoy por la mañana mostraron su deseo de reiniciar actividades académicas en esta facultad". De lo contrario, indicó, se procederá al levantamiento de actas para turnarla a las autoridades correspondientes y proceder jurídicamente en contra de quienes conforman el grupo. (Con información de Yssel Hernández)


Ť Norma Ortega, acusada de despojo, amparada


Barnés impulsó la campaña que dividió a los miembros del CGH

Ť Ultras y moderados descuidamos el trabajo de un frente común

Elena Gallegos /I Ť El ex rector Francisco Barnés de Castro impulsó la campaña de desprestigio contra los integrantes de un sector del movimiento estudiantil -que terminó caracterizándose como moderado- y éste, al ver en riesgo su capital político, se limitó a hacer la defensa de su corriente y descuidó el trabajo con los estudiantes que no pertenecían a ella, conviene la dirigente Norma Ortega, quien señala que un error recurrente de la izquierda ha sido que "en lugar de privilegiar la organización de un frente común para dar la batalla, nos desgastamos en peleas internas".

Norma cursa su posgrado en la Facultad de Química. Su participación en los movimientos estudiantiles comenzó en el 87, cuando apenas iniciaba sus estudios como bachiller. Entonces se sumó a la protesta que generó el plan Carpizo y que encauzó el Consejo Estudiantil Universitario (CEU).

Hoy, acusada de "despojo", carga en su mochila el documento que acredita que se le otorgó la suspensión provisional de la orden de aprehensión girada en su contra.

-ƑCómo definirías tu experiencia en la huelga?

-Fue muy poco estimulante -acepta-. A los quince días de iniciada comenzaron a expandirse los rumores de que la corriente a la que pertenezco había resuelto movimientos anteriores luego de negociaciones a espaldas de los chavos y con acuerdos políticamente incorrectos. A mí se me acusó, entre otras cosas, de haber obtenido una promesa de beca para Estados Unidos, cosa absolutamente falsa.

"En fin, no contaban mis doce años como activista -llegó a ser consejera universitaria estudiantil por su facultad-, contaba sólo que habíamos formado parte de la corriente histórica del CEU. A mi juicio, esa campaña la orquestó el rector Barnés y su equipo, aprovechando que era una discusión que teníamos con los compañeros de En Lucha".

-ƑPara ti, entonces, el movimiento cayó en la lógica de Barnés?

-ƑEn este aspecto? Sí, sin duda. Yo responsabilizo a Barnés de las infames campañas de desprestigio contra quienes participamos activamente en anteriores protestas estudiantiles.

Antes, yo tenía una relación cordial con Higinio (Muñoz, líder del Consejo Estudiantil Metropolitano, CEM, ahora preso) y su gente. Nunca tuve enfrentamientos ni con los compañeros de En Lucha ni con los activistas de Economía. No había tanto resquemor entre nosotros hasta que comenzaron esas campañas.

-ƑPor qué esta división fue tan definitiva en este movimiento?

-En Lucha siempre nos cuestionó. Se dijo que en el 87 la huelga se levantó por un acuerdo en lo oscurito. Yo pienso que si la salida pudo haber surgido de una plática en corto, eso no implicó que las asambleas no fueran, a fin de cuentas, las instancias que la discutieran y la aprobaran. Más de 90 por ciento estuvo a favor de esa salida.

"Eran asambleas muy concurridas y con debates largos, agrios. ƑQuién puede sostener que toda esa masa estaba vendida? No acepto que se diga que los estudiantes no tenían entonces capacidad para resolver y que los manipularon. No, las cosas no son así.

"Los compañeros de En Lucha tampoco figuraron en las protestas que se organizaron contra el intento de Sarukhán de incrementar las cuotas, ni cuando el movimiento de los rechazados o la huelga en los CCH... Creo que vieron en esta huelga la composición y las circunstancias para saldar aquello que consideraban les debían los históricos. Pero la campaña de desprestigio la impulsó Barnés".

Los errores

-ƑY cuáles consideras tú que fueron los errores de ustedes, los llamados moderados?

--Haber seguido trabajando como corriente -evalúa ahora-. No quiero decir que no debimos habernos reunido para hacer nuestras propias valoraciones. No. El error fue que fuimos atacados como corriente y lo que hicimos fue defender a la corriente. No trabajamos ni nos desplegamos hacia la gente que no pertenecía a nuestro colectivo.

"O sea, de pronto vimos en riesgo nuestro capital político dentro del movimiento estudiantil y nos defendimos. Debimos haber hecho, relativamente šclaro!, oídos sordos a tanto cuestionamiento e involucrarnos más en la huelga y en las asambleas para exponer nuestras valoraciones, pero no como miembros de una corriente sino como alumnos de un plantel".

-ƑFue o no un error haber abandonado las asambleas de las escuelas primero y los plenos del CGH, después?

-Mmm -medita un instante-, šno se podía hacer otra cosa! ƑEs un error dejar que a uno lo agarren a golpes? Yo creo que no. El error fue la política de expulsión adoptada por algunos grupos.

"Recuerdo una asamblea en Ciencias donde compañeros de Acatlán se fueron encima de los miembros del Comité de Huelga de Ingeniería. La Comisión de Seguridad, en lugar de separarlos, también los tundió. Luego expulsaron a los de Ingeniería.

"Muchos decidimos salirnos. Higinio fue tras nosotros muy preocupado: 'no se vayan compañeros', nos pidió, pero Ƒcómo nos quedábamos si parte de nuestros compañeros habían sido golpeados y expulsados? El error no fue ese. No abandonamos las asambleas, nos sacaron. El error fue..."

-ƑNo haber hecho un trabajo que respaldara sus posiciones en el CGH?

-El error fue que como corriente debimos haber convocado a la gente a participar de distintas maneras. En Química sí lo hicimos. Organizamos foros, pero no fue algo que se generalizara en las escuelas en las que teníamos presencia.

"También quisiera decirte que nunca atacamos al CGH en los medios. Esa sí fue una posición. Revisa y verás. Nosotros nos cuidamos de no darle armas a la autoridad y también discutimos mucho cómo llamábamos a la comunidad sin que pareciera que lo hacíamos fuera del CGH".

-ƑQué costo le acarreó al movimiento esa fractura?

-El costo que han tenido que pagar todos los movimientos de izquierda a lo largo del siglo XX. Nos desgastamos en peleas internas, en lugar de privilegiar la necesidad de hacer un frente común para luchar contra el Estado.

"El movimiento está golpeado -aquí aclara: no vencido-, tenemos compañeros en la cárcel y la huelga la levantó la policía. De ahora en adelante será muy difícil reorganizar, rearticular a la gente, pero lo conseguiremos. Creemos que sí es posible cambiar las cosas a través de la lucha política civil.

"La otra opción es no hacer nada, pero caer en esa dinámica es perderlo todo, es darle la razón al Estado de que la salida de fuerza es la forma de resolver los conflictos sociales. Si no respondemos, si no nos organizamos, entonces las autoridades se convencerán que la vía es la represión. Eso no podemos permitirlo".