* Coinciden legisladores perredistas y panistas
Rechazan senadores la idea de reducir los precios petroleros
* No se debe sacrificar la economía nacional por la de EU, dicen
Andrea Becerril * Senadores perredistas y panistas rechazaron la pretensión del secretario de Energía, Luis Téllez, de reducir los precios del petróleo y exigieron que la política en materia de energéticos no se defina por presiones de Estados Unidos.
Los panistas Juan Antonio García Villa y Francisco Xavier Salazar y el perredista Mario Saucedo coincidieron, en entrevistas por separado, en que México debe mantener su plataforma de exportación petrolera y no sacrificar la economía nacional para apuntalar la del vecino del norte.
Saucedo Pérez advirtió que pese a lo afirmado por Téllez, la visita próxima de Bill Richardson a México tiene que ver con el intento de que nuestro país incremente el volumen de sus exportaciones petroleras para que bajen los precios del crudo.
García Villa y Salazar, insistieron, a su vez, en que es inadmisible que el gobierno mexicano acepte las presiones de Washington, en lugar de obtener el mayor provecho posible de su principal recurso natural. Es claro, recalcaron, que de incrementarse las exportaciones de crudo y disminuir su precio, la economía nacional se verá seriamente lesionada.
El perredista Saucedo Pérez dijo que la política neoliberal que aplica la administración de Ernesto Zedillo ha sumido en la miseria a millones de mexicanos y ahora se pretende llevarla al extremo de seguir sacrificando a las mayorías, al dejar de percibir una cifra considerable de recursos, para quedar bien con Estados Unidos
En definitiva sería contraproducente para México el disminuir el precio del barril de petróleo, añadió García Villa e hizo notar que para el vecino del norte las alzas del energético representan un daño marginal, mientras que para nuestro país el daño sería severo, porque se trata de la principal fuente de recursos.
Los legisladores de ambos partidos coincidieron asimismo que decisiones de esa naturaleza deben ser consultadas con el Congreso de la Unión, ya que el ejecutivo federal no puede, por sí solo tomar acuerdos que significarían una merma significativa de ingresos, lo que obviamente se traduciría en la necesidad de recortes en el presupuesto.