* Presenta en Monterrey su libro sobre Marcos


Zapatismo, símbolo del malestar global, dice Vázquez Montalbán

* Plantea respuestas a problemas concretos de los marginados, expresa

Jaime Avilés, enviado, Monterrey, NL, 16 de febrero * Para Manuel Vázquez Montalbán, ''el zapatismo no es la última revolución del siglo XX sino el primer conflicto de la globalización, es un síntoma muy importante de un malestar global que se percibe en muchos otros elementos como la revuelta de los indígenas en Ecuador; la lucha de los Sin Tierra, en Brasil; el descontento de los desocupados en Europa, etcétera, y es un malestar que seguirá avanzando en el planeta''.

Al comparecer ante un auditorio ávido de información sobre la guerra de Chiapas, el gran escritor catalán presentó esta noche su libro Marcos: el señor de los espejos, en la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Acompañado por dos intelectuales ampliamente reconocidos en esta ciudad ųel maestro José Roberto Medirichaga y el escritor José Garzaų, el padre del mítico Pepe Carvalho señaló que después de su visita a la selva Lacandona, hace un año, le quedó muy claro que ''para los indígenas de aquella región, la historia de México ha tenido dos grandes ocasiones en las cuales pensaron que alcanzarían condiciones de igualdad con todos los mexicanos: la guerra de Independencia y la Revolución, pero como ninguno de estos dos procesos les brindó lo que buscaban, tuvieron que hacer su propia revolución, con sus propios recursos simbólicos''.

 

Un día muy agitado

 

La presencia de Vázquez Montalbán provocó en Monterrey lo que de ningún otro modo habría sido posible: conmemorar, en un acto solemne, el cuarto aniversario de la firma de los acuerdos de San Andrés, posteriormente desconocidos por la administración del presidente Ernesto Zedillo.

Para el escritor catalán, el día comenzó con un vuelo desde la ciudad de México hasta estos desiertos del noreste mexicano, y luego fue una agotadora sucesión de entrevistas a periódicos y televisoras locales, lo que no le impidió a mediodía probar las delicias del borrego a la griega, una especialidad que sólo conocen los sibaritas de estas soledades al pie del Cerro de la Silla.

Aunque en ningún momento ųpor 33 razones evidentesų habló de los acuerdos de San Andrés, y a lo largo de su charla fue sumamente respetuoso de las limitaciones legales que la política interior impone a nuestros visitantes, Vázquez Montalbán citó a Carlos Fuentes para afirmar que la lucha de los indígenas chiapanecos no entraña en absoluto el peligro de la balcanización del país. Antes al contrario recordó, con el autor de La región más transparente, que ''ha sido el ecosistema social mexicano el que ha balcanizado a los indígenas desde siempre''.

Para deleite de los aficionados a la literatura que lo escucharon esta noche en el Centro Cultural Abasolo, el maestro Vázquez Montalbán se refirió con abundantes detalles al proceso creativo y artesanal que le permitió redondear su Señor de los espejos. Dijo que adoptó los preceptos del nuevo periodismo, ''que de nuevo no tiene nada porque es tan viejo como andar a pie'', y mencionó que éstos son tres: ''suministrar información, opinión y subjetividad''.

Me interesa, dijo, que el lector comparta mi subjetividad, que se nutre de lo que vi como testigo directo y de todo lo que leí y de todo lo que hablé después con personas muy enteradas de lo que pasa en Chiapas, para enriquecer de este modo mis conocimientos y transmitírselos a los destinatarios de este libro; pero además, desde el punto de vista de la clave literaria adecuada para este trabajo, comprendí que debía utilizar un nivel diferente de verdad; el lector debe recibir una impresión de verdad distinta de la que aprecia en una obra de ficción, pero al igual que en una obra de ficción en el periodismo ese nivel de verdad se debe crear mediante el artificio del lenguaje.

 

Turismo revolucionario, sí

 

A una pregunta de cierto espectador que parecía fanatizado por la insistente propaganda oficial en contra de los campamentistas extranjeros de Chiapas, Vázquez Montalbán reivindicó el derecho de todo ser humano a practicar lo que ahora se llama turismo revolucionario: ''Yo no lo exalto ni mucho menos, pero trato de comprenderlo en su justa dimensión. El turista revolucionario es una persona que se acerca a ver un fenómeno social que conmueve al mundo; durante algunos días o semanas comparte la experiencia con los verdaderos protagonistas del conflicto, vive emociones aceleradas y después regresa a su lugar de origen y reanuda su vida normal. Pero lo que yo me interrogo es esto: nosotros, los extranjeros, no provocamos esta revolución, tampoco la convocamos, pero tenemos el derecho a valorarla y entenderla. En el caso concreto del zapatismo, éste plantea respuestas a problemas concretos de los más marginados de la sociedad, que el país ha sido incapaz de resolver durante más de 500 años''.

Durante su estancia en la selva, añadió el escritor, ''vi la presencia del Estado en la huella que dejan los convoyes militares cuando patrullan las comunidades rebeldes; vi la huella de la civilización en los aviones militares que sobrevuelan constantemente las comunidades en resistencia, pero sobre todo vi la huella de la solidaridad humana en los jóvenes extranjeros que trabajan con los indígenas en el campo y en labores de carpintería o de ingeniería civil, y que comparten la dieta miserable de sus anfitriones''.

Otro asistente le preguntó si era verdad que los extranjeros causan muchos problemas en las comunidades. Vázquez Montalbán respondió directo: ''El único problema ocasionado por un extranjero en la comunidad donde permanecí esperando la entrevista con el subcomandante Marcos, fue un italiano que para cocinar algo un poco más nutritivo compró un pollo a los indígenas y lo mató cortándole la cabeza con un cuchillo. La gente de la comunidad se molestó mucho con él porque los pollos, le dijeron, no se matan así sino retorciéndoles el pescuezo, decapitarlos era como una falta de respeto''.

Vázquez Montalbán continuará este jueves la gira de Marcos: el señor de los espejos en San Cristóbal de las Casas, donde será acompañado por el periodista Hermann Bellinghausen. El sábado, poco antes de regresar a Barcelona, acudirá a una reunión en el Centro Cultural San Angel, de la ciudad de México, aunque esta última información será confirmada oficialmente en las próximas horas, de acuerdo con Laura Lara, la publirrelacionista del Grupo Santillana que acompaña a todas partes al maestro catalán.