VIERNES 18 DE FEBRERO DE 2000

* Pedirán al Presidente que se publique el reglamento de la ley cinematográfica


Prepara la fracción del PRD en la Cámara de Diputados una ''excitativa'' para Ernesto Zedillo

* El retraso impide formalizar el contrato para administrar los fondos del Fidecine

* María Rojo envió ponencia a Roma y advirtió que se deben proteger las industrias culturales

Raquel Peguero * La fracción perredista de la Cámara de Diputados prepara una excitativa dirigida al presidente Ernesto Zedillo para solicitarle que se publique el Reglamento de la Ley Federal de Cinematografía que, de acuerdo con su artículo tercero transitorio, debió ser expedido en el término de 90 días a partir de la publicación de esa ley, en el Diario Oficial de la Federación.

Crear el reglamento y ordenar su publicación es una facultad del Ejecutivo Federal, después de que los diputados efectuaron el trabajo legislativo, ya que permite ejecutar y hacer cumplir la ley, hecho que no ha sido posible, y que ha impedido, incluso, que se realice el contrato de fideicomiso con el que cual se administrarán los recursos del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) previsto en el artículo 33 de la ley. Este retraso ųque se remonta a la ley del 92, que nunca tuvo reglamentoų propició, además, que dos de las tres grandes distribuidoras estadunidenses ųlas majorsų ganaran el juicio de amparo que interpusieron por separado, en 1997, en contra del artículo octavo, referente al doblaje.

 

Las majors presionan

 

De acuerdo con distintas fuentes consultadas, hasta ahora ningún sector de la industria conoce en su totalidad el articulado del reglamento, ya que sólo se les ha mostrado por partes ųel que compete a su ámbitoų lo que hace temer que su resultado final pueda significar un retroceso.

El retraso obedece a que las ''majors, por medio de sus aliados, los distribuidores nacionales, han ejercido todo tipo de presiones puesto que no logran reconciliarse con la idea de que deberán ceder štan sólo 10 por ciento! del tiempo de pantalla para la protección de las películas mexicanas", consideró la presidenta de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, María Rojo, en una ponencia que envió a La otra mitad del cine, foro realizado el pasado enero en Roma y al que acudieron legisladores latinoamericanos y europeos, miembros de las comisiones de cultura parlamentarias de distintos países, así como directores, autores y productores.

En su ponencia, Rojo habló de la necesidad de legislar en relación con las industrias culturales ''para evitar que al firmar futuros tratados comerciales" seamos sorprendidos ''y nuestra cultura sea vendida al mejor postor, como si se tratara de peras o manzanas, como nos sucedió con el Tratado de Libre Comercio" y que puede suceder con el recientemente suscrito con la Unión Europea.

Respecto de los amparos mencionados, llama la atención que dos de las películas, de las tres para las que fueron solicitados ya habían interpuesto una demanda similar en febrero de 1997 (La Jornada, 4/IV/97), pero les fue negado en abril de ese año. Estas son Locos a bordo, de la Twentieth Century Fox Film de México, y Jurasic Park, de la United International Pictures. La Fox ųque reinició juicio el 16 de diciembre del 97ų lo ganó, no así la UIP, que lo venía peleando desde mayo del mismo año. La otra cinta que logró ampararse es Prohibido querer, que representa Buenavista Columbia Tristar Films de México.

Los amparos fueron otorgados por los juzgados sexto y noveno en materia administrativa del DF e impugnados por considerar que se concedieron sin conocimiento de causa, algo inadmisible desde el punto de vista jurídico, y porque se considera que se colocó el afán de lucro por encima del interés público de los derechos autorales, conexos y de los consumidores, además de que se viola la garantía de igualdad.