PAUL AUSTER EN OAXACA<
Se puede decir, y no se miente, que lo primero que hizo el autor de Ciudad de cristal al pisar suelo oaxaqueño fue sonreírle a su hija. Extraña luz la de esta ciudad y cansada historia la de un historiador estadunidense que desde las 5 de la mañana inició la travesía fuera del Nueva York de sus novelas, para llegar cerca del mediodía a la ciudad de México, padecer Migración y casi perder el vuelo que lo traería a la Antigua Antequera. Porque el anterior vuelo se había suspendido y la lista de espera de quienes ųcomo fieles devotosų regresan de la migración laboral de Estados Unidos, era extensa. Casi a punto de ''armar toboganes" irrumpió con su esposa, con Alberto Ruy Sánchez y la escritora estadunidense Maureen Howard. Y el secreto sobre su hora de llegada que había solicitado, casi se cumplió. Ya en el hangar oaxaqueño, una familia de argentinos le hizo alboroto. ''Te digo que no es escritor de ciencia ficción", le dijo el padre a su hijo Julián, luego de que el joven le pidiera autografiar su ejemplar de Leviatán, ''aunque Mr. Vértigo trata de un joven que vuela", agregó. Auster en Oaxaca: dos magias que se sonrieron al reconocerse Ť Texto y foto de Renato Ravelo