* León Bendesky *
Las cuentas
Están ya disponibles las cuentas económicas de 1999 y oficialmente los resultados se consideran muy favorables. Así, se indica que, en términos generales, la producción siguió creciendo en un entorno de menores aumentos de los precios, con un tipo de cambio apreciado, mayores reservas internacionales, y un bajo déficit fiscal y sin grandes presiones financieras de corto plazo, de modo que ha prevalecido el objetivo de mantener los principales equilibrios macroeconómicos. El gobierno señala que los resultados económicos del año pasado fueron mejores de lo que había estimado ya que se sobrepasaron las metas establecidas en todos los renglones. Veamos los hechos acerca del desempeño reciente de la economía.
El producto nacional creció en 1999 a una tasa de 3.7 por ciento, lo que significó una reducción de 1.1 puntos porcentuales, o bien 23 por ciento menos del ritmo de crecimiento con respecto a 1998. El sector industrial redujo su expansión de 6.6 por ciento a 3.8 por ciento, mientras que el sector servicios, que representa dos terceras partes de toda la actividad económica, pasó de un crecimiento de 4.5 por ciento a 3.7 por ciento. Fue la agricultura, que ya sólo da cuenta de apenas poco más de 5 por ciento del producto, la que creció más, 3.5 por ciento frente a una tasa de sólo 0.5 por ciento el año anterior.
El ritmo de crecimiento económico se desacelera y se distancia de las metas fijadas de 5 por ciento anual, y esto ocurre especialmente en las actividades más dinámicas como son las manufacturas. Los datos confirman que las ramas industriales que más crecen son las que concentran la exportación: industrias automotriz y electrónica. Las ramas más rezagadas son las tradicionales como productos de hule, hilados y fibras blandas, productos de madera y de vidrio. La desarticulación productiva se ha acentuado durante el periodo posterior a la crisis de 1995 y no tiende a revertirse. Es notorio el lento crecimiento que todavía registra la construcción, sobre todo después de la fuerte caída de 1995 y, también, la declinación de la minería.
En 1999 se crearon 706 mil nuevos empleos y 488 mil personas fueron aseguradas de modo permanente en el IMSS. Esta cifra indica que se está muy por debajo de la meta de crear un millón de nuevas plazas de trabajo al año por lo que no se absorbe a los nuevos entrantes al mercado laboral y mucho menos se reponen los empleos que se han perdido en los últimos cinco años. Hoy, en México, 40 millones de personas tienen menos de 20 años de edad, lo que indica la presión económica y social en términos de empleos. La escasez de empleo se vincula, además, con la muy lenta recuperación de los salarios reales y con el hecho que 95 por ciento de los trabajadores asalariados recibe como máximo un ingreso equivalente a cinco salarios mínimos. Los salarios reales en la industria maquiladora aumentaron en promedio 2.6 por ciento, en la manufactura 0.8 por ciento, en la construcción 1.4 por ciento en el comercio 1.3 por ciento.
En cuanto a las finanzas públicas, Hacienda anunció que el déficit fiscal en 1999 fue de 1.15 por ciento del producto, cifra menor al 1.25 por ciento que se había proyectado. El menor déficit se asoció esencialmente con la elevación de los precios del petróleo y se mantuvo la elevada proporción (32.5 por ciento) que representa ese ingreso en las cuentas del gobierno. Se registró, también, un aumento de la recaudación de impuestos del orden de 10 por ciento, lo que llevó los ingresos tributarios del gobierno a 11.4 por ciento del producto. Este es, todavía, un aumento marginal en la recaudación e insuficiente para apuntalar el gasto programable fijado anualmente en el presupuesto y que es hoy el menor en casi dos décadas. Según las cifras anunciadas, 62 por ciento de ese rubro se destinó al gasto social y, en especial, al combate a la pobreza, lo que pone de manifiesto una de las principales consecuencias sociales de los mismos programas de contención fiscal aplicados durante más de 15 años. En México el objetivo de déficit fiscal se establece por decreto y el gasto público es la variable de ajuste de las finanzas del gobierno. Finalmente, la deuda pública se ubicó en 28 por ciento del producto lo que no incluye la deuda del IPAB, que por mínima racionalidad financiera ya no debería quedar fuera de la contabilidad pública.
Producto interno bruto: tasas
anuales de crecimiento (%)
1998 1999
PIB total | 4.8 | 3.7 |
Sector primario | 0.5 | 3.5 |
Sector industrial | 6.6 | 3.8 |
Construcción | 4.6 | 4.5 |
Electricidad,
gas y agua | 4.7 | 4.4 | |
Manufacturas | 7.4 | 4.1 | |
Minería | 3.4 | -3.2 | |
Sector servicios | 4.5 | 3.7 |
Fuente: SHCP. Boletín de prensa 023/00 del 16 de febrero del 2000