EL MEXE: INSENSIBILIDAD Y TORPEZA

Los sucesos ocurridos el pasado fin de semana en torno a la Escuela Normal Rural Luis Villarreal, El Mexe, son una clara muestra de los peligros que conllevan la torpeza, la insensibilidad política y la carencia de visión de país del grupo gobernante.

Inicialmente, el Ejecutivo hidalguense -particularmente su oficina de Educación Pública- respondió a las inconformidades estudiantiles que se desarrollaban en esa normal de Tepatepec con una torpeza pocas veces vista. La decisión de cerrar el plantel no hizo más que reavivar y agigantar el movimiento de protesta, y ante ello, las autoridades locales pasaron a orquestar una persecución política injustificada contra el descontento estudiantil. Para el viernes de la semana pasada, las acciones gubernamentales equívocas y tramposas habían logrado congregar un plantón de centenares de alumnos y padres de familia frente al palacio de gobierno de Pachuca, y la autoridad local no tuvo ocurrencia mejor que reprimirlos violentamente, tomando presos a decenas de ellos.

El sábado en la madrugada, el Ejecutivo estatal envió a Tepatepec cuatro centenares de policías estatales -quienes en contra de lo afirmado por las autoridades de Pachuca no iban desarmados--, los cuales desalojaron con violencia el plantel, capturaron a decenas de alumnos que se encontraban allí y procedieron a agredir a la población del lugar. Se provocó, con ello, una justificada sublevación popular que culminó con el apresamiento de más de sesenta efectivos policiales por la gente de Tepatepec y con un virtual intercambio de prisioneros entre los lugareños y el gobierno hidalguense, el cual tuvo que liberar a la gran mayoría de los estudiantes presos.

Los hechos llevan a pensar que las autoridades de Hidalgo pretendieron, para poner fin al conflicto de El Mexe, imitar las extraviadas actitudes del gobierno federal ante el problema universitario en la UNAM. Peor aún, el desdén del gobierno estatal ante la suerte de una escuela normal histórica, como es la de Tepatepec, parece formar parte de la indiferencia destructiva del equipo gobernante ante la crisis de la educación pública en el país.

Tal indolencia muestra la incapacidad del régimen para reconocer la importancia estratégica de la enseñanza en un rumbo de desarrollo que beneficie a los sectores mayoritarios de la población, y, sumada a la torpeza represiva como recurso de gobierno cada vez más utilizado, pone de manifiesto los peligros a la estabilidad que entraña la permanencia en el poder de un grupo gobernante que se empeña en actuar de espaldas al país y sus realidades.