La Jornada miércoles 23 de febrero de 2000

Guillermo Sheridan
Adorno vs. Marcuse: policía y universidad

En abril de 1969, Herbert Marcuse y Theodor W. Adorno sostuvieron una discusión epistolar durante las protestas de la SDS (Unión de Estudiantes Socialistas Alemanes) contra la guerra imperialista, los medios de comunicación derechistas y las reformas universitarias que aspiraban a "tecnocratizar la educación".

El Instituto de Estudios Sociales (la Escuela de Francfort), sede del establishment de la vieja izquierda, fue "tomado" como represalia a su "liberalismo". No de todos: el SDS citaba Tolerancia represiva, ensayo en que Marcuse ųcofundador de la escuela emigrado a Californiaų sostenía que "ante la rebelión de los oprimidos ningún tercero, y mucho menos el educador o el intelectual, tienen el derecho de predicar la abstención". Adorno, que creía que la ciencia y la cultura eran independientes de la política y la acción, llama a la policía. Estaba convencido de que el instituto era más útil como productor de ideas que como rehén de los estudiantes, en cuyos métodos detectaba un fascismo de izquierda.

Marcuse alega que "nuestra causa está mejor en manos de los estudiantes rebeldes que en las de la policía" y "no podemos prescindir del hecho que estos estudiantes están influidos por nosotros; me siento conforme y estoy dispuesto a resignarme al parricidio, aunque duela". Considera que el "fascismo de izquierda" es una contradictio in adjecto y que, si bien comparte con Adorno un "rechazo una inmediata conversión de la teoría en praxis", piensa que "hay situaciones en que la teoría es empujada por la praxis, en que la teoría alejada de la praxis se traiciona a sí misma".

Adorno lamenta que su amigo se haya formado un juicio sin saber lo que acontece en Francfort. Cree que "la policía no debe ser demonizada en abstracto... Cohn-Bendit1 me dijo que tendría derecho a llamar a la policía sólo cuando me quisiesen golpear con un tubo; le respondí que entonces ya sería demasiado tarde". Acepta que, en efecto, hay casos en que la teoría es empujada por la praxis, pero agrega: "hoy objetivamente no impera una situación semejante y la más pura y brutal puesta en práctica, que es a lo que aquí nos enfrentamos, no tiene absolutamente nada que ver con la teoría". Finalmente, le recuerda que la expresión "fascismo de izquierda" es de Habermas, y que reducirla a una contradictio in adjecto ignora que hay una dialéctica en ciertas circunstancias que, debido a su antinomia inmanente, pueden transformarse en su opuesto. Así, concluye: "Me parece fuera de toda duda que el movimiento estudiantil en su forma actual, y por tanto inmediata, lleva a la tecnocratización que, supuestamente, quiere evitar".

Marcuse insiste en que la única situación que justifica la presencia de la policía en una universidad es: "si existe amenaza real de daño físico a personas y destrucción de materiales y medios para el desempeño de su función educativa". Y aún así, le parece que "en determinadas ocasiones la ocupación de edificios y la interrupción de las clases son actos legítimos de protesta política".

Adorno responde que tal fue el caso del instituto y que la razón por la que los estudiantes lo tomaron fue para lograr el ingreso de la policía: "ante el menguante interés de los estudiantes en la protesta, era el único medio de alcanzar alguna solidaridad". Tampoco cree que el movimiento estudiantil sea social en tanto que "no tiene siquiera la mínima posibilidad de actuar de manera socialmente relevante". Por lo mismo, su actuar le parece sospechoso, pues "instiga en Alemania el no disminuido potencial fascista" que se expresa en tácticas como "la de invocar el derecho a la discusión precisamente para hacerla imposible; la bárbara inhumanidad de los modos de comportamiento que, además de ser regresiva, confunde regresión con revolución; la ciega preponderancia de la acción; el formalismo indiferente al contenido y a la configuración de aquello contra lo que se rebela".

Concluye que el movimiento estudiantil es un "síndrome": si dialéctica significa "que los fines no sean diferentes a los medios", el movimiento estudiantil expone "las características de esa tecnocratización que sin embargo dice querer combatir", y termina: "me tomo mucho más en serio que tú el riesgo de que el movimiento estudiantil se transforme en fascismo".

Marcuse se sostiene en su postura. Un mes después, víctima de una profunda depresión, Adorno muere en Suiza. Poco después, aparece su Teoría estética (1970). De la SDS surgirán la Banda Baader-Meinhof, la Facción Roja y Tupamaros West Berlin, que aterrorizan Alemania durante la década de los setenta.

1 Daniel Cohn-Bendit, ex líder del 68 francés (y hoy eurodiputado "verde") está exiliado en Francfort.