* Piden intervención de la procuraduría; se acogerán al programa de protección
Por amenazas, testigos clave del caso Stanley cambian testimonios
* "Debes modificar tu declaración si no quieres que te lleve la chingada", advirtieron a uno de ellos
Elia Baltazar * Los tres testigos que identificaron a Paola Durante Ochoa acompañada de Luis Ignacio Amezcua, en febrero de 1998, cambiaron su declaración luego de ser blanco de amenazas por parte de dos sujetos cuyos retratos hablados ya están en manos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
Uno de los testigos, Jaime López Cortés, admite lo anterior en una carta escrita de su puño y letra, y presentada ante la PGJDF como declaración, luego que decidieron cambiar la fecha de los sucesos sobre los que rindieron testimonio, pues corrigieron que no fue en febrero de 1998 sino en 1999, cuando vieron a Paola con Amezcua. De este modo, su declaración carecía de validez y verdad, pues el año pasado los Amezcua ya se encontraban en el Reclusorio Preventivo Sur.
La procuraduría llamó a declarar nuevamente a los testigos en varias ocasiones, pero no obtuvo respuesta. Entonces las autoridades decidieron abrir una averiguación previa en contra de los tres, por la posible comisión del delito de falsedad de declaraciones.
Tres ordenes de presentación se giraron antes que López Cortés se presentara para rendir su declaración por escrito y exponer su temor por las amenazas que recibió de dos sujetos que en diferentes ocasiones le advirtieron que debía cambiar su testimonio "si no quieres que te lleve la chingada".
"...Estaba paseando a mi perro, cuando una persona se me acercó y me dijo, con voz ruda, que cambiara la fecha de mi declaración porque si no me iba a llevar la chingada, y se fue caminando por el parque América".
Por los retratos hablados con que cuentan las autoridades ųa partir de la descripción que hiciera López Cortésų, se trata de un hombres de "un metro ochenta y tantos" de estatura, como de 40 años, delgado y moreno.
La segunda ocasión ocurrió en la explanada del Reclusorio Preventivo Oriente, donde otro hombre le cerró el paso y nuevamente le advirtió sobre su declaración. El mismo sujeto volvió a aparecer cuando había terminado de declarar y se dirigía al estacionamiento.
Se trataba, describió, de un hombre blanco, alto, también de uno ochenta y tantos de estatura, canoso, que "se me puso enfrente de mala manera y me dijo que cuánto me habían pagado por declarar y que si el traje era prestado".
Enojado, según refiere, López Cortés le contestó que "Paola sabía con quién llegó. Yo no miento". Y se retiró del lugar.
Estas situaciones las comentó con los otros dos testigos y juntos acordaron cambiar la fecha de los sucesos, por temor a lo que pudiera ocurrirles. Y así lo expone en su declaración, en la cual agrega: "por eso pido apoyo de ustedes (PGJDF), por mi bienestar, ya que no me voy a sentir seguro". Por eso, bajo el programa de protección de testigos, la Procuraduría capitalina le ha ofrecido seguridad para él y su familia más cercana.
Además, advierte que durante su declaración en el Reclusorio Preventivo Oriente, Paola Durante, desde la rejilla de prácticas, "me hacía señas de que iba a ver, cuando estaba frente a mi desde el vidrio, pero no se asentó en el acta".
El testigo también fue acosado por los abogados de Bezares y más tarde llamado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal para interrogarlo sobre su declaración, pero ya frente a las autoridades de la PGJDF el mismo López Cortés no reconoce la autoridad de la CDHDF para investigar el caso, según consta en su declaración del 18 de febrero pasado.
Estas amenazas se suman a las agresiones que sufrió Luis Gabriel Valencia en el penal de Perote, Veracruz, donde fue golpeado y amenazado, pues su cabeza ya tiene precio, según refirió el ex cocinero de los Amezcua que le dijo el mismo director del penal: cien mil pesos por su vida.
Pese a que el día que lo visitó la CDHDF Valencia aún mostraba las huellas del maltrato, nada expresó el visitador al respecto, según informan funcionarios cercanos al caso, quienes advierten, además, que dos representantes de la comisión estuvieron presentes durante el interrogatorio a que sometió la defensa de los inculpados a Valencia, lo grabaron y no hubo ninguna objeción entonces.
Valencia está dispuesto a sostener su testimonio aun frente a Luis Ignacio Amezcua, con quien se someterá a careo en próximas fechas, pese al temor y el respeto que por él siente, pues obtuvo algunos beneficios como su cocinero que era, y así lo asentó en su declaración de la diligencia que se llevó a cabo el pasado martes en el Reclusorio Preventivo Oriente.
* Insiste la comisión en descalificar la indagatoria
Las pruebas contra Paola Durante carecen de veracidad: CDHDF
Ricardo Olayo * Las irregularidades cometidas por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) en la acusación contra Paola Durante Ochoa son tales que invalidan las supuestas pruebas, algunas de las cuales incluso no fueron utilizadas por falta de veracidad, indicó el primer visitador de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), José Antonio Aguilar Valdez.
La procuraduría no las utilizó para consignar a Paola, y fue precisamente en la revisión del trabajo del Ministerio Público que la CDHDF detectó que son improcedentes para mantener en prisión a una persona. Ese es el origen de la recomendación que hace una semana rechazó la procuraduría, aunque en otras administraciones en el DF si se han aceptado dos exhortos del ombudsman en los que se pidió también el sobreseimiento; ambas fueron aceptadas y cumplidas para dejar en libertad a los inocentes.
La PGJDF, añadió, no ha entrado al fondo de la recomendación y lo que ha hecho es difundir información equivocada, pues Paola Durante nunca fue identificada en una diligencia legal, ya que se le presentó a Luis Gabriel Valencia como la única persona a reconocer, lo que viola la ley.
Aguilar Valdez planteó que tampoco fue el único caso en que el Ministerio Público infringió la norma penal, pues en lugar de remitir a declarantes al juzgado que lleva el caso cuando el proceso ya estaba en curso, los hizo declarar en sus oficinas de la procuraduría.
Tal procedimiento, sostuvo, violó dos principios básicos: "la jurisdicción del juez y el equilibrio de las partes", como lo indica el texto de la recomendación 2/2000 emitida por el ombudsman.
La obligación de la CDHDF es insistir en que se respete el estado de derecho y ello incluye la libertad de una persona contra la que no hay indicios sólidos, dijo Aguilar Valdez, razón por la que este organismo seguirá aludiendo al valor ético de la procuraduría y a la aceptación de la verdad legal.
En ninguna parte del expediente se indica que le fueron presentadas a Valencia una centena de fotografías para reconocer a Paola Durante. Es falso también que haya algún dictamen pericial que la señale, pues sólo se tiene una declaración, indicó el primer visitador en entrevista.
Las irregularidades en la investigación van desde frases "repetidas" en 170 palabras de cada una de declaraciones de los tres testigos que presuntamente vieron a Paola Durante en febrero o marzo de 1999 con los supuestos hermanos Amezcua, cuando éstos ya se encontraban en la cárcel.
Las fallas incluyen la solicitud de intervención de la Policía Judicial 19 horas antes de que Valencia hiciera una llamada telefónica avisando que a cambio de su traslado de penal, lo que finalmente logró, daría datos sobre el crimen de Francisco Stanley. Es decir, la PGJDF sabía con anticipación que Valencia los llamaría para aportar datos, lo cual carece de lógica en una investigación seria, dijo Aguilar Valdez.
Aun más ahora se pretende mostrar una evidencia falsa al indicar que hay un registro de visita a nombre de Paola Durante, cuando la verdad es que en el listado de visitas del reclusorio sólo aparece el nombre Paola sin apellidos y no visita a los Amezcua, sino a Alfredo Islas.