VIERNES 25 DE FEBRERO DE 2000

 


* José Cueli *

El tercero invisible, Ƒla UNAM?

Situados entre ambos polos del conflicto universitario, puntos extremos de la circunstancia actual, uno se pregunta entre la zozobra y el asombro, Ƒqué será de nosotros?, Ƒqué destino nos espera?, Ƒqué pasará con nuestra universidad? Como universitarios (y ciudadanos) nos invade una sensación angustiante y opresiva lo mismo que un estado anímico de desesperanza e incertidumbre, como peligrosa amenaza, que se cierne sobre mente y cuerpo con el riesgo de perpetuarse.

Se escuchan una y mil versiones distintas sobre el conflicto universitario, deslizándose éstas entre rumores y temores. Las múltiples y contradictorias opiniones se repiten en voz baja entre unos y otros generando altas dosis de miedo y desazón que los universitarios intentan, infructuosamente, disimular o negar.

Lo esencial se ha perdido de vista, la culpa expresada en castigo no hace sino lastimar y minar aún más a la UNAM, al margen de unos u otros. Los rumores de pronto toman consistencia y día a día se tornan más probables y después reales. Y vuelta a nuevos rumores sobre los cuales nadie tiene una clara explicación. Como una nebulosa que todo lo cubre y enmascara, que distorsiona y altera la percepción real, el fantasma de la violencia pone en alarma a la universidad toda y adquiere carta de ciudadanía.

Los estudiantes presos se aterrorizan y sus temores se transmiten a la comunidad educativa, las fantasías que de esto emergen ahondan aún más las diferencias. Atrás quedaron los extravíos de la juventud, las locas arengas, la necesidad de diferenciarse y afirmar una nueva identidad. Solos, desconfiados y sin recursos lo mismo los de afuera que los de adentro se inmovilizan. El rencor y la rabia hacen eco en los otros, los que querían clases y los que apostaban por el paro de actividades, mientras los de afuera (políticos, empresarios, medios televisivos y radiofónicos, clero) atizan y echan más leña al fuego.

Los universitarios todos, paristas y no paristas, aburridos y desesperados, no acertamos con la determinación que deba tomarse para concluir el desastre en que estamos todos inmersos. Mientras nos echamos y llenamos de culpa unos a otros, el castigo apunta al tercero invisible, al tercero excluido: la UNAM, a la que día con día minamos aún más.

Aislados los grupos y regidos por unas supuestas reglas propias parecieran operan como un binomio que se vincula entre sí desde la hostilidad y la culpa sin comprender la necesidad de un tercero organizador y estructurante, que en el caso particular de este conflicto sería la UNAM misma.

Como proveedora y portadora de tradición, academia, valores, ideario e historia, la UNAM debiera ocupar el lugar del ''tercero" estructurante de la comunidad universitaria sin importar diferencias de pensamiento. Colocada en el lugar del ''tercero" podría representar la posibilidad para los diferentes grupos de simbolizar heridas y diferencias y ser el espacio contenedor donde pueda gestarse el diálogo y la emergencia del lenguaje y, por ende, del pensamiento creador que parece ser la única vía posible de conciliación. El ''tercero" (la UNAM) pensado como la posibilidad de triangulación entre grupos encontrados que no pudiendo simbolizar sus pérdidas se sumen en la actuación de la hostilidad mutua y del rencor que se actúa vía la fuerza y como respuesta la represión, que no hace sino generar aún más violencia y desencuentro. El ''tercero" como representante de un espacio potencial de creatividad donde ambos partícipes aporten de sí mismos generando un espacio nuevo.

ƑPodrá la comunidad universitaria reunir sus fragmentos?, Ƒserá posible dejar de echarnos culpas unos a otros y tener como destino común el retorno a la UNAM, antes de que esto sea un imposible?

La libertad de los estudiantes presos y el levantamiento del pliego petitorio serían las bases para pensar en la UNAM, en un congreso y dejar de castigarnos mutuamente, descolocando a la institución del lugar del tercero excluido. Lugar de exclusión que conlleva el peligro de la destrucción total de nuestra máxima casa de estudios.