VIERNES 25 DE FEBRERO DE 2000
* El público, desencantado, pasó de los piropos a la rusa a la rechifla
Kournikova, bien en el espectáculo; mal en la entrega
Abril del Río * Más evidente no pudo haber sido. A la rusa Anna Kournikova, catalogada como la belleza del tenis actual, le apremiaba poner fin al compromiso, pactado de última hora, de participar en la exhibición femenil del Abierto Mexicano de Tenis, así que, después de fallar en su intento de perder puntos, se declaró lesionada en la muñeca izquierda y se retiró cuando, en dupla con su compatriota Natasha Zvereva, ganaba el partido por 6-7 (5-7), 7-6 (7-4) y 4-1 en el tercer set, sobre la australiana Barbara Schett y la alemana Anke Huber.
Del concierto de chiflidos entonados como en table dance cuando Kournikova se desprendió la chamarra y lució su delicada figura, enfundada en un ceñido vestido azul, el estadio Federico Boehm del Club Alemán se convirtió en rechifla que deploraba la falta de entrega de la rusa, tercera jugadora en dobles y novena en singles en la lista de la Asociación Mundial de Tenis Femenil (WTA, por sus siglas en inglés).
Más que apreciar el tenis, el público varonil en las tribunas se distinguió por dirigirle un extenso repertorio de piropos, que iban desde los que los niños bien le gritaban: "I love you", hasta otros populares como: "Tanta carne y yo sin tortillas" o "tantas curvas y yo sin frenos", por no mencionar otros mucho más encendidos. Antes de declinar en el partido que la habría llevado a las semifinales, y tal vez hasta la final del sábado, Kournikova cumplió con la misión de dar espectáculo tenístico, al fin y al cabo se lo tomó como un entrenamiento bien realizado, e incluso, siempre respaldada por la excelencia de su pareja Zvereva, una de las mejores doblistas de la historia, se dieron el lujo de perder el primer set, levantarse y hasta ofrecer jugadas de fantasía que despertaban ovaciones. Si de eso se trataba. Incluso les costó más trabajo perder que ganar, porque el público se percató de claras fallas intencionadas de la rusa, y al fracasar esa estrategia, optó por la "lesión".
La breve visita de Kournikova, quien se convirtió en la estrella del Abierto Mexicano ante las ausencias de la alemana Steffi Graf --el torneo era en su honor-- y la suiza Martina Hingis, se limitó a una conferencia el martes pasado en la que los patrocinadores controlaron sus respuestas, a grabar un comercial en el Club Alemán así como al partido en que se impuso a las mexicanas Melissa Torres y María José López. Tras el juego concedió una entrevista a una televisora, y antes de retirarse habló a la prensa, para rechazar que la molestia en la muñeca haya sido fingida, y aseguró que, "aunque a veces parezca que estoy aburrida, siempre trato de dar lo máximo de mi tenis".