BALANCE INTERNACIONAL Ť Gerardo Fujii
Comercio exterior de México
El comercio exterior del país está extremadamente concentrado hacia los Estados Unidos. En 1999, 90 por ciento de las exportaciones se dirigieron a ese país, mientras que 76 por ciento de las importaciones mexicanas fueron de productos estadunidenses. Otras zonas de importancia económica mundial son absolutamente irrelevantes en el comercio exterior del país. Las ventas a Europa constituyeron sólo 4 por ciento del total de exportaciones, mientras que las importaciones provenientes de esta región representaron 10 por ciento del total. Lo mismo ocurre con Asia, cuyo mercado representa 2 por ciento de las ventas de productos mexicanos al resto del mundo, mientras que allí se compra 11 por ciento del total de importaciones del país. América Latina tiene en el comercio exterior de México una posición aún menos importante: sólo 3 por ciento de las exportaciones y 2 por ciento de las importaciones se efectúa con esta región.
Aún más, en los últimos años el comercio exterior del país no sólo no ha tendido a diversificarse geográficamente, sino que se ha concentrado aún más hacia Estados Unidos. En 1994, hacia este mercado se dirigía 85 por ciento de las exportaciones del país, en el cual se adquiría 69 por ciento de las importaciones, a la vez que tanto América Latina como Europa y Asia perdían peso dentro de las exportaciones e importaciones del país.
Este rasgo del comercio exterior mexicano determina que el comportamiento del ciclo económico de Estados Unidos sea decisivo para la economía nacional. Las exportaciones del país se han beneficiado por la prolongada expansión económica de Estados Unidos, pero si este país comenzara a entrar en una fase recesiva, esto inevitablemente reducirá tanto el crecimiento de las exportaciones como del producto de México. Por esta razón es tan relevante para el país la preocupación de la Reserva Federal de Estados Unidos, que preocupada por las presiones inflacionarias que podrían estarse gestando en virtud de la escasez de fuerza de trabajo y por la elevación del precio de las acciones que no está en consonancia con la evolución probable de las ganancias de las empresas, ha ido gradualmente elevando la tasa de interés, lo que reducirá la velocidad a la que crece la economía, por lo cual las importaciones crecerán más lentamente, afectando a las exportaciones mexicanas.
Dado que el ciclo económico de los países no es perfectamente sincrónico, lo más conveniente para cualquier nación es contar con un mercado regionalmente diversificado para sus exportaciones. Aunque México se haya beneficiado durante los últimos años por la concentración de sus exportaciones hacia el mercado de Estados Unidos y Chile se haya visto perjudicado por la importancia que tiene el mercado asiático y el del Mercosur en su comercio exterior, es evidente que los riesgos de enfrentar coyunturas económicas desfavorables ocasionadas por factores externos se minimizan al no concentrar las exportaciones en un solo mercado. Por otra parte, la dependencia extrema del comercio exterior del país con respecto a Estados Unidos lo hace más débil ante presiones políticas y económicas. Creo que esto ha quedado recientemente manifestado al subir el precio del petróleo. Estados Unidos, preocupados ante esta situación, está tratando que los grandes productores de crudo aumenten sus exportaciones, a lo que rápidamente ha respondido en forma afirmativa la Secretaría de Energía del país. Creo que efectivamente un precio muy elevado del petróleo no es conveniente para los exportadores, pero en cualquier caso es importante que persista el acuerdo entre los grandes exportadores para fijar los nuevos límites a la producción. La experiencia reciente ha mostrado que las decisiones unilaterales de un solo gran exportador de petróleo han terminado perjudicando a todos los exportadores, pues han deprimido drásticamente los precios.