Ť Exhibición comercial en México de la opera prima de Vincenzo Natali
El cubo, metáfora fílmica de la sociedad actual
Yanireth Israde Ť Un cubo siniestro atrapa a seis personas. No saben cómo llegaron allí. Tal vez sea un sueño, una trampa o una broma. Lo cierto es que el miedo los transformará y comenzarán a sufrir las experiencias más atroces de su vida, porque ese artefacto parece no tener salida.
Opera prima de Vincenzo Natali, El cubo -largometraje de ''suspenso claustrofóbico", dice su director y guionista- comenzó a exhibirse en cines del país, luego de presentarse en diversos festivales y muestras fílmicas.
Escrita en colaboración con Andre Bijelic y Graeme Manson, la cinta obtuvo en 1997 el reconocimiento como Mejor Filme Debut Canadiense en el Festival Internacional de Cine de Toronto y se le considera con amplias posibilidades de alcanzar éxito comercial.
El trabajo de Natali no deja indiferentes a los espectadores; hay quien encuentra en esta producción una ingeniosa crítica al autoritarismo, a la pasividad, a la tecnología o la sociedad en su conjunto, y Natali se sorprende por la cantidad de interpretaciones que despierta su película: lo mismo sociales que políticas, psicológicas, morales y, por supuesto, científicas, porque el mundo del cubo está basado en las matemáticas.
De visita en México para promocionar el filme, Natali y David Hewlett (quien encarna al personaje de Worth), hablan de la cinta producida por Feature Film Project y que se caracteriza de haberse realizado con escaso presupuesto, como ocurre con el cine independiente.
Con la ayuda de la traductora Leticia Marín, el joven Natali admite su predilección por los temas que exploran la angustia, el encierro, el miedo y el temor, y lo que esas situaciones límite son capaces de provocar en los seres humanos.
Antes Natalie (nació en Detroit, pero se mudó a Toronto con su familia a la edad de un año, así que se considera todo un canadiense), trabajó un tema similar en el aclamado cortometraje Elevated (1996).
''Las personas están atrapadas en el ambiente más hostil que nos podamos imaginar. Y sin embargo el principal enemigo a enfrentar es el que llevan dentro, que es un tema presente desde Shakespeare", dice Natali, mientras que Hewlett observa que el cubo es un artefacto cuya existencia nadie logra explicar y tampoco hay a quién reclamarle sobre él o a quien culpar.
En la película, los personajes (un policía, un ladrón profesional, una sobresaliente estudiante de matemáticas, un arquitecto, una psicóloga, un adulto autista) especulan sobre la razón del mismo. Un engendro del gobierno, opina la psicóloga. Un invento del sistema policiaco, piensa otro. La única certeza que tienen todos es que el cubo los oprime y asfixia.
-ƑTodos somos responsables de la existencia del cubo?, se pregunta al director.
-Lo que quise decir es que no importa de qué lado de la ecuación se esté, todos tenemos que responsabilizarnos en la búsqueda de la salida, porque si se le da el control total a una persona las consecuencias son peligrosísimas.
''Tenemos que centrar nuestra atención en ese espacio limitado que ocupamos dentro del enorme mundo y actuar dentro de la esfera donde sí tenemos control, porque es ahí donde existe la posibilidad de hacer las cosas bien. Hay un famoso ambientalista de Canadá, quien da un ejemplo muy útil para explicar esta situación. El dice que un carro está por despeñarse en el precipicio y todos estamos ahí dentro, muy ocupados en ver quién es el que va a manejar. Nos preocupa demasiado saber quién tiene el control, en lugar de que realmente hagamos los cambios que se requieren para salvar al mundo.''
-ƑSeguirás con este tema en tu siguiente película?
-Es diferente, porque se refiere a unos científicos en genética, que se enamoran de su propia creación, pero todavía estoy en el proceso de escritura.
-Parece que tienes predilección por la tecnología.
-Mi predilección es bastante superficial. No sé ni siquiera cómo funciona un foco, ni tengo un entendimiento profundo de la tecnología, pero el aspecto estético de ella es lo que me apasiona.
-La estética de la perfección.
-Sí, justamente eso.