Luis Javier Garrido
Los presos políticos
os estudiantes de la UNAM, presos políticos en el Reclusorio Norte de la ciudad de México desde hace un mes, son hoy la mejor expresión de una sociedad que resiste ante el poder, y que al hacerlo pone en evidencia el autoritarismo del sistema político mexicano.
1. La pretensión del gobierno "de Ernesto Zedillo" de que con la detención de los miembros del CGH que sesionaban en el auditorio Che Guevara de Ciudad Universitaria, el 6 de febrero, se terminaba con la resistencia estudiantil a sus políticas, la universidad retornaba a "la normalidad" y se creaban las condiciones para que los cuadros perredistas retomaran el control del movimiento estudiantil y, aliados en los hechos a "la derecha universitaria", impulsaran a un congreso universitario que favoreciese la reconversión neoliberal de la UNAM, se está saldando por un rotundo fracaso.
2. La universidad no es la que imaginan los burócratas que están al frente de ella y esto es evidente ante el repudio de las comunidades, tanto a la vieja derecha como a los estudiantes y profesores perredistas o "moderados" (que ahora pretenden hacerse llamar "democráticos"), la cual no ha dejado de crecer. Si en la Facultad de Derecho, los profesores Burgoa y Carrancá, incapaces para dialogar debieron salir huyendo por una coladera (29 de febrero), en Políticas o en Ciencias, que son el objetivo de los perredistas, el repudio a éstos no deja también de crecer. La "estrategia" del gobierno (y de la Rectoría) que suponía que tras la ocupación de las instalaciones universitarias por la PFP tendría el control de la Universidad Nacional, se está saldando por un fracaso porque pretende ignorar la realidad.
3. La Rectoría suscribió el 10 de diciembre los Acuerdos de Minería, en los que se comprometió a dialogar con el Consejo General de Huelga sobre los seis puntos del pliego petitorio, en una serie de encuentros en los que aceptó la personalidad jurídica del CGH y la legitimidad de su lucha, y lo reconoció además como "único interlocutor" para "solucionar el conflicto". Los padres de familia de los presos políticos del Reclusorio Norte tienen por ello razón cuando denuncian que el doctor De la Fuente no sólo incumplió su compromiso al erigirse como el principal acusador de los estudiantes detenidos, sino al pretender de manera demagógica, el mismo 6 de febrero, que se desistiría de todas las querellas que se persiguen a petición de parte, cosa que no ha hecho un mes después.
4. ƑQué autoridad moral puede tener la Rectoría cuando aquellos a los que reconoció como legítimos interlocutores en diciembre, en febrero los acusa de despojo y acepta se les formulen otros cargos y se les inculpe por peligrosidad social? ƑO cuando simula que está retirándoles acusaciones, cuando lo que hace es impedir que salgan libres?
5. El conflicto en la UNAM no ha dejado de enturbiarse por la oscura intervención del PRD al lado de la Rectoría desde los inicios del problema, y ahora dentro del esquema aprobado en la Secretaría de Gobernación, y que los perredistas trabajaron conjuntamente con De la Fuente desde septiembre pasado, con el fin único de combatir al CGH (La Crisis 215), el cual lejos de darle la imagen de un partido "institucional", ni mucho menos de conferirle fuerza alguna al interior de la UNAM, no está haciendo más que mostrar a sus dirigentes como individuos carentes de principios.
6. La complicidad del PRD con las autoridades universitarias no ha dejado de acentuarse, y aun cuando en algunos aspectos el partido mantiene un doble discurso que es consecuencia de sus desavenencias internas, en los hechos está actuando más que nunca como una pinza junto con la derecha universitaria, con la pretensión absurda de destruir al CGH y de aparecer como "la leal oposición" a la Rectoría. En la Facultad de Ciencias Políticas, las asambleas han sido saboteadas por dirigentes del PRD y funcionarios capitalinos, como Arturo Santillana (ex subdelegado en Iztacalco), quien dio el "madruguete" a una asamblea junto con sus huestes (Milenio, 19 de febrero), y en la Facultad de Ciencias, los miembros de "la izquierda partidaria" y los antiparistas, actuando al unísono, abrieron por la fuerza las aulas, en tanto que un grupo de profesores del PRD, encabezados por la señora Rosaura Ruiz (esposa del delegado de Tlalpan) le exigía al rector que se mantuviera detenida a Leticia Contreras, miembro del CGH (El Universal, 29 de febrero).
7. El CGH sigue siendo, sin embargo, a pesar de ellos, la expresión del movimiento estudiantil, y esta situación se ha consolidado después de la ocupación policiaco militar de la UNAM, para la cual los miembros del PRD, incluyendo a los de "la izquierda partidaria", trabajaron afanosamente: negociando el futuro de la UNAM a espaldas de los universitarios, denostando al CGH, y suscribiendo desplegados vergonzosos que convalidaron las políticas oficiales. Y por lo mismo, no sorprende que ahora sigan al lado de las autoridades negociando el futuro de la UNAM y pretendiendo sustituir al movimiento estudiantil.
8. La miopía de las autoridades universitarias y de los perredistas al pensar que podrán seguir sobre esa vía no parece tener límites, pues ya anuncian sus proyectos ignorando que haya más de doscientos estudiantes y profesores detenidos. José Narro (coordinador general de Reforma Universitaria), al anunciar a Reforma (28 de febrero) que las demandas de los huelguistas "ya fueron resueltas" y que habrá congreso "con o sin el CGH", no hace más que evidenciar que las autoridades no buscan resolver la situación y que, aunque tengan el aval del PRD, lo único que están haciendo es agravarla.
9. El gobierno (y la Rectoría) no parecen haber entendido que no puede haber "normalización" en la UNAM ni congreso democrático, si no enfrentan esa realidad.
10. Los estudiantes presos políticos en el Reclusorio Norte, y los padres de familia, movilizándose por la ciudad o crucificándose ante la Torre de rectoría, hacen más por México que los partidos políticos o las instituciones del Estado.