* El ex dictador se burló de la opinión pública mundial: líder socialista


Sonriente y en buen estado físico retornó Augusto Pinochet a Chile

* Molestia del gobierno por el recibimiento festivo * Su mal, una farsa, acusan familiares de víctimas

CHILE-PAG 55-1 Enrique Gutiérrez, corresponsal, y agencias, Santiago, 3 de marzo * Muy sonriente y en aparente buen estado físico arribó esta mañana al aeropuerto de esta capital Augusto Pinochet, quien fue recibido por los militares en un marco de tensión ya que el gobierno de Eduardo Frei protestó por el recibimiento festivo que se le brindó.

En medio de un gran despliegue militar y policial, que recordó los tiempos de la dictadura, el senador vitalicio apareció en una silla de ruedas, pero sorpresivamente se incorporó y caminó apoyado en su bastón, para recibir un abrazo del comandante en jefe del ejército, general Ricardo Izurieta, quien lo sucedió en el cargo.

Un saludo similar le tributaron los jefes máximos de la fuerza aérea, marina y carabineros, en tanto que su buena imagen física sorprendió a todos, a tal grado que la oposición política y familiares de las víctimas de la dictadura calificaron como "burla" su liberación para escapar de la justicia.

Aparte de los militares, que lo recibieron con una banda musical que interpretó su marcha favorita, Los viejos estandartes, dedicada al triunfo del ejército contra Perú y Bolivia en el siglo XIX, unos 300 seguidores se congregaron en el aeropuerto de Santiago, donde arribó el avión de la fuerza aérea que lo trajo de Gran Bretaña.

La llegada se produjo a las 10:27 horas, y tras la breve ceremonia el ex militar fue llevado en helicóptero al Hospital Militar, enclavado en el barrio Providencia, donde unos 3 mil seguidores aplaudieron al ver el arribo del aparato militar, en medio de gran algarabía, portando pancartas y bajo una lluvia de papel picado.

Sin embargo, en el Hospital Militar el ex gobernante de facto estuvo sólo 10 horas para ser examinado, ya que antes del anochecer fue sacado de allí en un vehículo blindado, cuya caravana lo llevó a una de sus mansiones en La Dehesa, una exclusiva zona ubicada al oriente de Santiago.

Este hecho también sorprendió, pues sus seguidores y familiares habían insistido en que permanecería en el hospital un largo tiempo, quizá hasta un mes, lo que hizo crecer las suspicacias sobre su supuesto mal. Pero el líder de la Fundación Pinochet, Hernán Guillof, se concretó a señalar que estaba feliz de verlo llegar en "condiciones relativamente normales".

No obstante, la llegada al aeropuerto provocó un serio roce entre el gobierno y el ejército, ya que Izurieta tenía planeado pronunciar un discurso durante la recepción, pero tuvo que cancelarlo y ello derivó en un rechazo de los militares a la presencia de la prensa local e internacional.

"Aquí hay un problema de mesura y dignidad para enfrentar esta situación", señaló el ministro del Interior, Raúl Troncoso, al expresar la molestia gubernamental por los festejos que los militares y seguidores pretendían brindarle a su caudillo, y dijo que si bien reconocía los sentimientos, se tenía que actuar con "calma".

CHILE-PAG 55-2 "El gobierno le hizo presente al comandante en jefe del ejército su molestia por las características que estaba teniendo este recibimiento", añadió el ministro, quien incluso pidió que Pinochet se retire completamente de la política y se abstenga de reasumir su cargo de senador vitalicio.

Tras negar que el gobierno haya obstaculizado el trabajo de la prensa, como le quiso atribuir el ejército en este incidente, subrayó que "todos los sectores políticos han expresado con motivo de la elección presidencial la conveniencia de que el general Pinochet se margine de toda actividad política, incluyendo el cambio de mando".

En cuanto al festejo militar, Troncoso dijo que "la molestia es por una razón muy simple: porque el general Pinochet ha salido de Londres bajo condiciones de una persona enferma que ha sido liberada por razones de salud. Bajo estas condiciones aquí, por razones obvias, no se puede dar una recepción. Es una cuestión de criterios".

No obstante, el ejército emitió una declaración para señalar que esta rama de las fuerzas armadas realizó todos los esfuerzos y gestiones necesarios para concretar el regreso del ex comandante en jefe, y agradeció las gestiones del presidente de la república y demás autoridades y organizaciones nacionales y extranjeras.

Por su parte, manifestantes contrarios al ex dictador marcharon por las calles céntricas de Santiago para repudiar su regreso al país y protestar ante el palacio de La Moneda. Indignados familiares de las víctimas del régimen militar calificaron como "una farsa" el diagnóstico de daño físico y mental londinense para liberarlo.

"El criminal vuelve al lugar del crimen", afirmó la dirigente del Partido Comunista, Gladys Marín, quien perdió a su esposo durante la dictadura. "Hemos visto la cosa más grotesca, un Pinochet que llega y se mueve por sus propios pies", señaló en alusión a las imágenes de la televisión que lo mostraron con buen aspecto físico.

"Estamos realmente estupefactos. Nos indigna ver a un Pinochet que está muy bien de salud", expresó la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Viviana Díaz, "pues el parte médico de daños físicos y cerebrales, rayando en la demencia senil, prácticamente era de desahucio y por eso Londres lo liberó".

Los activistas de derechos humanos insistían en que se trató de un engaño, que siempre pensaron que era una farsa. "Lo dijimos muchas veces: jamás creímos las con- diciones de salud que pretendían hacernos creer a nosotros y al mundo", dijo Patricia Silva, de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos.

Por la noche alrededor de unos mil manifestantes gritaban consignas de "asesino, asesino", y destacaban la sonrisa con que llegó el anciano ex militar, y señalaron que el pinochetismo estaba en las calles "con su insolencia característica y actuando en las sombras para tomar venganza contra quienes han denunciado sus crímenes".

El congresista socialista Sergio Aguiló subrayó que Pinochet se ha "burlando de la opinión pública nacional e internacional porque el gobierno chileno exigió y fundamentó --su petición de liberarlo-- en razones humanitarias basadas en el deterioro de su salud, y ese deterioro por lo menos no se comprueba, no resulta evidente al mirar en la televisión cómo ha caminado por sus propias fuerzas".

El juez Juan Guzmán Tapia, quien atiende unas 60 querellas criminales en contra de Pinochet, ordenó este viernes que se le practiquen exámenes médicos y siquiátricos, aunque no precisó cuándo se le harán.

El magistrado, de 41 años, reiteró su convencimiento de que los delitos "deben ser juzgados en el país donde se cometieron", y los exámenes médicos buscarán determinar si el acusado está en capacidad mental de enfrentar un juicio en Chile.

Ha llegado la hora de mostrar que Pinochet puede ser juzgado en Chile, declaró el presidente electo Ricardo Lagos, en entrevista con el diario italiano La Repubblica, e insistió en que su papel será de garantizar la independencia de los jueces, y que la inmunidad parlamentaria sólo la puede levantar el tribunal jurídico.

Mientras, la Iglesia católica chilena abogó porque el regreso de Pinochet no provoque "agitación y conflictos" que alteren la reconciliación, y exhortó a partidarios y detractores a la calma para preservar la serenidad y la paz social.