LUNES 6 DE MARZO DE 2000

* La tolerancia sólo se dio en el campo de juego; retiran policías a manifestantes


La pasión futbolera opacó protesta de paristas en el estadio de CU

* Una veintena de jóvenes desplegaron mantas pidiendo la libertad de los estudiantes presos

Roberto Garduño * El Consejo General de Huelga (CGH) exigió la libertad ''inmediata e incondicional'' de todos los integrantes del movimiento estudiantil detenidos en el Reclusorio Norte. De nueva cuenta ųcomo ha sucedido en las últimas cuatro semanasų la representación de los huelguistas advirtió a las autoridades que no hay normalidad porque no se ha resuelto el conflicto en la máxima casa de estudios:

''Al gobierno federal le volvemos a exigir que libere inmediata e incondicionalmente a todos nuestros compañeros detenidos; la maniobra de ir soltando poco a poco a los presos para dejar a unos cuantos adentro y así amortiguar la presión de la sociedad, no les va a resultar. Nosotros exigimos la libertad de todos; todos son inocentes de todos los cargos, no hay ningún motivo por el cual ellos deban estar en la cárcel''.

También, el CGH abrió la convocatoria al primer Encuentro Internacional de Estudiantes, que se realizará del 20 al 24 de abril próximo en la ciudad de México. Los foros donde se llevará a cabo dicha reunión serán los de la UNAM, según expone el comunicado de prensa del movimiento estudiantil.

Por otra parte, lo que más llamó la atención ayer de los universitarios fue el regreso del equipo de futbol Pumas al estadio olímpico. Desde temprana hora, el graderío se fue poblando de estudiantes, profesores, investigadores y trabajadores que, vestidos de azul y oro, acudieron a ese sitio para volver a observar en acción a futbolistas como Hugo Sánchez, Cabinho, Juan José Muñante, Héctor Sanabria, Manuel Manzo, Arturo Vázquez Ayala y otros, que realizaron un partido de veteranos previo al cotejo de lo que queda del conjunto de primera división, pues sus directivos se han dado a la tarea de vender todo el talento para obtener jugosas ganancias.

De pronto, entre los asistentes al estadio comenzó a circular el rumor de que integrantes del CGH armarían un pancho, un ''numerito'' o una ''acción contundente''.

Pasó el tiempo y una vez que los veteranos regalaron pinceladas de su buen futbol, y concluyeron su cascarita, el estadio se encontraba casi lleno al mediodía.

Y sí. Al inicio del encuentro estelar entre los Pumas y los Tecos de la UAG, varios estudiantes del CGH colgaron en la división de preferente y parte baja algunas mantas con las leyendas: ''šPresos políticos libertad!''. Esos jóvenes ųque no provocaron a nadieų comenzaron a entonar a ritmo de goya el ''šhuelga, huelga, cachún cachún, ra ra, huelga, universidad!'', pero, contrario a lo que se esperaba, entre los demás universitarios la respuesta fue de linchamiento y peticiones a la policía para que los echaran del estadio.

Eran apenas unos 20 estudiantes que se encontraban en la cabecera norte. El repudio de todo tipo de espectadores fue creciendo: ''Pinches huevones, váyanse; ya le hicieron mucho daño a la universidad; ustedes hicieron del diálogo una fiesta de negros; no son universitarios; sólo desean mantener la universidad cerrada para satisfacer sus intereses''. Acompañando a ese rosario de descalificaciones se sumó la intervención de policías de Seguridad Pública, quienes en grupo avanzaron hasta los huelguistas, les arrebataron la manta más grande y a rastras se llevaron a dos de ellos hasta la puerta de acceso. Al llegar a ésta los empujaron, no sin antes aderezar su acción con un ''va, va, fuera pinches mugrosos, ustedes no son estudiantes''.

Pero en las tribunas ya comenzaban a darse intercambios verbales por esa situación. Un médico se enfrentó a un hombre que desde su lugar gritaba: ''Fuera, fuera, yo sólo vengo a ver el futbol y no quiero que me estén chingando''. El galeno preguntaba a esa persona: ''ƑCómo es posible que este sea el diálogo entre universitarios? ƑCómo es posible que no respetemos la libre manifestación de sus ideas? Esos muchachos no estaban provocando absolutamente nada''.

Casi al medio tiempo del encuentro, un estudiante de la Facultad de Química se manifestaba en la tribuna baja por la libertad de sus compañeros, y ahí cientos, miles de personas le criticaban y rechazaban su petición con gritos de ''fuera, fuera''. Como en pocas ocasiones se había visto, la presencia de la policía en el estadio fue numerosa. Gendarmes ųhombres y mujeresų vigilaban en coordinación con el personal de Protección Universitaria las incidencias en la tribuna.

En la zona del ''palomar'' la porra Ultra ųque en los últimos años ha despertado temor entre los estudiantesų recibía órdenes desde el campo de juego de parte de presuntos integrantes del cuerpo de Protección Universitaria. Y es que alumnos detenidos denunciaron la intervención de elementos de ese grupo de animación ųa petición ''clara'' de empleados de seguridad de la UNAMų en el operativo de desalojo de los huelguistas: ''Alcanzamos a ver cómo miembros de la seguridad de campo hicieron señas a la Ultra para que impidieran desplegar las mantas de apoyo a estudiantes detenidos'', dijeron.

''Fuimos sacados a empujones y a patadas, pero en el estacionamiento nos alcanzaron y nos regresaron en dos vehículos a una de las oficinas del estadio. Nos presentaron ante una abogada quien nos dijo que iba a levantarnos un acta por los hechos ocurridos. Pero llegó otro funcionario de Protección Universitaria que en forma amable nos informó que la denuncia no procedía y nos permitió retornar al estadio. Pero cuando ascendíamos por la escalinata vimos que dos compas más eran sacados a empujones y mejor decidimos irnos al campamento de los padres de familia'', narraron.

Ayer, en el estadio de Ciudad Universitaria no hubo tiempo ni espacio para la tolerancia... pero ganaron los Pumas. (Con información de José González)