JUEVES 9 DE MARZO DE 2000
* Publica Dramaturgia terminal: cuatro obras
Leñero: del teatro me retiro con gusto porque ya dije todo
* Escribir, antes que nada, implica corregir, señala el dramaturgo
Carlos Paul * Con la publicación de Dramaturgia terminal: cuatro obras (Editorial Colibrí), el escritor Vicente Leñero refrenda, luego de 30 años de labor dramatúrgica, su despedida definitiva del teatro. ''Siento que terminé de decir todo lo que tenía que decir en ese género", comentó el dramaturgo luego de la lectura de una de sus obras ųincluida en el volumenų a cargo del actor Ignacio Retes y la actriz Raquel Seoane, acompañados por el propio autor, quien leyó las acotaciones.
En la cálida y breve presentación del libro, anteayer en la Casa del Teatro, el maestro Leñero tras agradecer a los actores su apoyo, con emoción contenida destacó que se cierra un ciclo teatral, que ''de alguna manera he concluido con mucha fortuna''.
Más allá del papel
''No me retiro decepcionado o amargado, sino al contrario'', puntualizó Leñero.
''Uno debe retirarse de alguna actividad cuando está gustoso de haberla seguido. Tengo muchos proyectos personales por seguir, tengo la escritura de guiones que me entretiene y que me interesan ahora mucho; tengo el trabajo con mis compañeros en talleres de dramaturgia, que me han enseñado casi todo lo que aprendí en el teatro. Gracias a ellos fui creciendo y crezco, porque juntos se descubren mundos importantes.
''Los talleres son parte fundamental de mi propia realización, en los que se comparte esa dificultad, esfuerzo y esa necesidad de siempre corregir, pues escribir es corregir antes que nada.
Entre otros proyectos personales está el que tiene con Estela, su mujer, ''en esta penúltima etapa que nos toca", así como el regreso a escribir novela ''en la que me siento muy a gusto y cuyo género ignoré durante mucho tiempo y al que de alguna manera ahora he regresado".
Respecto del teatro, Leñero dijo: ''Siento que terminé de decir todo lo que tenía que decir, salvo una obra que tengo por ahí para mis hijos Eugenia y Jesús".
Entre los agradecimientos a Ignacio Retes, recordó que con él empezó a escribir y a entender que el teatro ''no sólo se hace en el papel".
El ''me hizo entender, me forzó, me dio a conocer el mundo del teatro físicamente y me enseñó que éste se debe escribir para el escenario y que sólo allí se cumple cabalmente".
De Ignacio Retes, el mayor elogio
Sonriente, el maestro Leñero contó también, como anécdota, que siempre recibió de Retes una respuesta que desde el principio lo conmovió sobremanera: ''Le daba a leer mis obras y él no me decía 'está muy buena Vicente', 'está muy bien escrita o muy interesante', no me señalaba si estaba muy mala o regular; él, lo que me decía, es: šla montamos!". Lo que para Leñero fue ''el mayor elogio que he recibido a lo largo de mi carrera teatral".
Dramaturgia terminal se integra con cuatro obras de un acto. Don Juan en Chapultepec, en la que evoca el derrumbe del imperio de los Habsburgo, las relaciones afectivas entre el dramaturgo español José Zorrilla, la emperatriz Carlota y Maximiliano. Avaricia muestra el mundo ''esperpéntico de la política mexicana protagonizada por Venustiano Carranza y Alvaro Obregón, a través del lente del escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez".
Todos somos Marcos indaga en ''los anhelos y los temores de los mexicanos ante la insurrección zapatista de 1994". Y, en Hace ya tanto tiempo, Leñero explora cómo el envejecimiento ųen un juego de mentiras y verdades olvidadas y recordadas de manera selectivaų influye en los afectos.