La Jornada jueves 9 de marzo de 2000

* Pablo González Casanova *

La nueva izquierda

Marzo 8 de 2000. Subcomandante Insurgente Marcos. Montañas del sureste mexicano.

Estimado subcomandante: Debí haber contestado su carta hace tiempo, pero no sabía cómo, hasta que me acordé de ''una vez'', cuando venía usted con don Samuel y que por alguna circunstancia tuvo que detenerse la caravana, y yo me eché a andar en la vereda, y al verlo de frente, caminando, usted, casi sin detenerse, me dijo: "Tenemos pendiente un examen", y yo le contesté: "Sí, y ojalá no me repruebe".

El caso es que estoy escribiendo una historia del proyecto nacional desde sus orígenes hasta nuestros días. Se trata de un ensayo con "ventanas", a manera de "hipertexto". Una de las "ventanas" se refiere a la nueva izquierda, que habiendo nacido en los sesenta se enriqueció en los noventa, entre otras, con las contribuciones de usted y de los compañeros zapatistas. Pensé que mi mejor respuesta a su carta sería enviarle mi "ventana" (7.3.16), para ver si no la reprueba y si un día se anima a escribir su propia versión sobre la nueva izquierda, pues todos estamos urgidos de precisar por lo menos unas cuantas ideas que nos permitan construir el futuro.

Con mi agradecimiento, le mando un afectuoso saludo, seguro de que más pronto que tarde alcanzaremos la paz con justicia y dignidad.

Pablo González Casanova.

 

(Ventana 7.3.16)

Las características esenciales

de la nueva izquierda

 

Siete son las características esenciales de la Nueva Izquierda que apareció en los sesenta y que se enriqueció y consolidó en los albores del nuevo milenio.

Uno: Revalorizar lo interno de la dominación y la explotación y considerar al imperialismo como fenómeno también interno (y no sólo como externo) tanto en la periferia como en el centro del mundo. Redescubrir las viejas categorías del colonialismo y el imperialismo que se viven con las inmensas transferencias de excedente de la "Periferia" a "Los Siete Grandes" y que ocurren bajo nuevas formas del comercio inequitativo, del endeudamiento, la especulación y la discriminación, tanto a nivel global como local, con megaempresas y subsidiarias, o con oligarquías y etnias.

Dos: Destacar las contradicciones del capitalismo y también las de la socialdemocracia realmente existentes, las del socialismo o comunismo realmente existentes, y las de la liberación nacional realmente existente.

Tres: Revalorizar la lucha de clases, que se siente cuando los patrones le prohiben a los partidos cambiar la política neoliberal; cuando los trabajadores sufren los efectos de la informalización y la desregulación, y las poblaciones la de la privatización con estudiantes sin escuelas, enfermos sin medicinas, niños sin comida. Analizar esa que ni parece lucha de clases; pero de manera más sutil con sus articulaciones complejas en corporaciones multinacionales y transnacionales, con regímenes y sistemas de dominación y explotación vinculados a otros de mediación y represión, con sistemas de acumulación y exclusión, de distribución, y apropiación o depredación.

Cuatro: Revalorizar la democracia universal como participación y representación, como pluralismo ideológico y articulación de derechos individuales y sociales, y postular que sin democracia no habrá socialismo, pero que tampoco habrá democracia sin socialismo. Darle importancia a la democracia, si se es socialista, y también a la socialización si se es democrático.

Cinco: Combinar las luchas parciales de "las víctimas" en una gran lucha local, regional, nacional, mundial, plural, que incluya lo mejor de las distintas corrientes socialistas, democráticas y de liberación nacional.

Seis: Superar el antiguo dilema de "reforma o revolución" y, más que combinar una y otra, construir redes de organizaciones de resistencia que avancen de lo local a lo mundial y viceversa en la acumulación de fuerzas democráticas y sociales, y que combinen la política con el poder, y la defensa de lo público y colectivo con la construcción del poder de un sujeto histórico en la sociedad y a partir de ella, para que partidos y estados gobiernen obedeciendo.

Siete: Dar a la cultura ético-política y al conocimiento histórico, humanístico, científico y técnico, así como a las ciencias de la comunicación y de la organización, una importancia central en la educación general y de las especialidades, e impartir la educación media y superior en forma universal, pública y gratuita.

P.D. Esta lista es provisional: Tal vez se deba corregir y, desde luego, se tiene que completar con otras características y con muchísimas experiencias.