JUEVES 9 DE MARZO DE 2000
* Los huelguistas decidieron devolver el edificio a las autoridades universitarias
Un agente de la PFP, detenido en rectoría
* El policía y dos sujetos más intentaron detener al activista conocido como El Llanero Solitito
* Fue sometido e insultado; por la noche, los estudiantes lo entregaron a una patrulla de la SSP
Roberto Garduño y Karina Avilés * En tiempo límite, al agotarse el plazo de 48 horas que el CGH se impuso para reabrir la rectoría de la UNAM, los huelguistas decidieron ayer por la noche entregar el inmueble. La decisión ųque se esperaba desde seis horas antesų se postergó por la detención de un agente de la Policía Federal Preventiva que intentó ųjunto con tres individuos más que lograron huirų secuestrar a Enrique Cisneros, El Llanero Solitito.
La explanada de rectoría se encontraba ayer en penumbras, y ante un tumulto de reporteros que aguardaron más de 11 horas los resolutivos de la asamblea, el consejo estudiantil reunido al aire libre informó: ''Al gobierno le advertimos que el CGH continuará luchando y realizando acciones de resistencia y organización hasta lograr la solución de todas nuestras demandas y la libertad de todos nuestros compañeros detenidos. No nos amedrentan con sus amenazas de nuevas detenciones y una nueva intervención de la PFP. Denunciamos que la medida de incluir compañeros en la nueva lista de órdenes de aprehensión representa un acto de persecución política con delitos prefabricados''.
Una vez que los huelguistas rompieron los sellos colocados en la puerta principal del edificio, el secretario de la rectoría, Alberto Pérez Blas, ingresó al inmueble acompañado por un grupo de peritos del Ministerio Público federal, para corroborar el estado en que se encuentran las instalaciones universitarias.
Pérez Blas informó más tarde que las autoridades de la UNAM harán una evaluación del estado que guarda la torre, misma que se difundirá a la brevedad posible. Y advirtió que el proceso judicial en contra de los responsables de la toma continúa. En principio, señaló que los daños a las oficinas no son graves.
Cazador cazado
Otra vez, como ha sucedido en distintos episodios del conflicto en la UNAM, una provocación generó un clima de linchamiento verbal contra los periodistas que cubren habitualmente el sector universitario, las autoridades federales y de la máxima casa de estudios.
En la explanada de la rectoría, el CGH había citado a una asamblea extraordinaria que se iniciaría a las 10:00 horas, pero el tiempo transcurrió sin que los comités de huelga lograran aglutinarse para comenzar su deliberación sobre la entrega o no del inmueble. Para las 14:00, y tras haber fenecido el plazo de 48 horas del cierre de las oficinas de gobierno fijado por los huelguistas, Enrique Cisneros, El Llanero Solitito, se deslindó de haber participado directamente, el lunes pasado, en la ocupación del edificio central de la Universidad Nacional.
''Efectivamente ųrefirió en un textoų, estuve en la explanada de rectoría donde llegué alrededor de las 12:30 y me retiré a las 16 (aproximadamente). Sólo me acerqué a la entrada de la torre después de que ésta se había sellado y todo el tiempo lo utilicé para vender el periódico Machetearte... por lo tanto, declaro que las acusaciones son falsas, como las que se le hicieron a cientos de estudiantes que han tenido que ser liberados por falta de pruebas''.
Al mismo tiempo, continuaban ingresando a la explanada los huelguistas que participarían en la asamblea. El deslinde de Cisneros no hubiera significado tanto, como al final de cuentas sucedió, de no haber ocurrido un hecho que sumó más tensión entre los ahí presentes.
Faltaban 25 minutos para las 15:00 horas, y sobre la lateral de avenida Insurgentes ųmuy cerca de la rectoríaų dos hombres sujetaron al Llanero Solitito. Entre los tres se dio un forcejeo sacando la peor parte el representante del CLETA. De aquel suceso se percataron los huelguistas que estaban reunidos en la explanada y corrieron en tropel para auxiliar a su compañero.
Mientras Enrique Cisneros afirmaba que lo habían intentado secuestrar, los huelguistas sometieron a un hombre, pero otro logró huir. En cuestión de segundos, ese personaje, de nombre Ignacio Alfredo Corrales Villarreal, fue rodeado y sujetado por el cuello recibiendo bofetadas y golpes en la cabeza: ''šMaldito asesino...!'', le gritaban los que lo rodeaban. En eso le sacaron de uno de sus bolsillos una identificación que lo acreditaba como agente de Gobernación. Y aquello fue el acabose.
''šPinche oreja, hijo de Zedillo, Labastida y Diódoro Carrasco! šEncuérenlo, encuérenlo, encuérenlo! šAmárrenlo para interrogarlo y sienta lo que hacen los policías; de aquí no sales, pinche hambreador del pueblo!'', le espetaban.
El hombre era conducido en vilo por la muchedumbre. Rodolfo Hernández y uno de sus compañeros de la Escuela Nacional de Trabajo Social sujetaban a Ignacio Alfredo, que no oponía resistencia y se dejaba llevar por la masa humana. Pero ahí, otra vez, las reporteras y los reporteros fueron centro del rechazo de unas señoras y algunos huelguistas que vociferaban: ''Corruptos, hijos del sistema; ustedes también son pagados por Gobernación... por unas cuántas monedas se venden. šQué asco!''.
A pesar de que algunos estudiantes disculpaban a sus compañeros y pretendían poner orden ų''por favor, compañeros, dejen a la prensa trabajar, ellos sólo están haciendo su labor''ų, otros seguían con sus mismas arengas: ''šPrensa vendida, prensa vendida!''
Identidad confirmada
En ese momento, este diario se comunicó a la Secretaría de Gobernación y desde ahí se confirmó que Ignacio Corrales es un elemento activo de la PFP, cuya presencia en Ciudad Universitaria obedecía a dar cumplimiento a siete órdenes de localización y presentación de los presuntos responsables de la toma de rectoría. No obstante, el agente no presentó a Cisneros ninguna orden de aprehensión. El tumulto llevó hasta la explanada al hombre que intentó llevarse al Llanero Solitito, pero al llegar a la escalinata que comunica la Biblioteca Central con el edificio algunos padres de familia se interpusieron:
''No queremos que ingresen al campamento, por favor no nos involucren como el lunes pasado'', gritó una señora.
''Por favor, madrecita, su posición es muy egoísta'', replicó un joven.
''ƑEgoísta? Pero si mi hijo está en la cárcel por pertenecer a este movimiento y me dices egoísta'', repuso la mujer.
En ese lugar, los huelguistas decidieron llevar al detenido a la puerta principal de rectoría, y ahora sí convocaron a los reporteros, fotógrafos y camarógrafos a que atestiguaran y dieran fe del hecho: ''Que la prensa lo tome para dar cuenta de esta provocación... ya, ya, ya, dejen a los compañeros de los medios que pasen''.
El detenido, policía de carrera, fue interrogado por los medios de comunicación:
''Soy indicador de los movimientos de la Ciudad Universitaria, soy ordenalista de la SG, así está mi cargo'', explicó el detenido.
ųƑPara quién trabaja usted?
ųPara la SG.
ųƑQué hacía aquí?
ųGeneralmente yo vengo, estoy comisionado aquí.
ųƑQuién lo comisionó?
ųYo voy llegando el día de hoy.
ųƑSus funciones en la UNAM?
ųUnicamente informar cuántas personas hay aquí y todo con ese sentido.
ųƑA quién le reporta?
ųDirectamente a Seguridad Nacional
ųƑDe qué departamento?
ųDe Investigaciones. Dirección de Investigaciones de Seguridad Nacional.
ųƑEn dónde están las oficinas?
ųEn la delegación Contreras.
ųƑCada cuánto tiempo reporta las cuestiones que ve aquí?
ųNada más una vez al día.
Posteriormente, el hombre fue colocado en el barandal de acceso al edificio, fue amarrado de manos y pies y así permaneció mientras los integrantes del CGH deliberaban qué hacer con él.
Minutos más tarde, decidieron entregarlo a una patrulla de la policía capitalina. Enrique Cisneros hizo una llamada a la central policiaca para que una unidad se presentara frente a rectoría y recogiera al detenido.
Incidente con reportera de televisión
A un costado, la reportera de Televisa, Paola Figueroa, realizaba un enlace en vivo y hasta ahí llegó un huelguista de nombre Vicente, quien se colocó detrás de la informadora con una cartulina exigiendo la libertad de los presos políticos. Aquello provocó un zafarrancho del que sacó la peor parte el ayudante de camarógrafo.
Minutos más tarde, cuando llegó la patrulla, Ignacio Alfredo esperaba con dos cartelones que le colgaron los integrantes del CGH, y desde el acceso al edificio se formó una valla para que pasara... en su camino le llovió el rencor de unos cuantos: ''šEncuérenlo. Vamos a encuerarlo y lo colgamos del asta. Hay que darle una nalgadilla por lo menos!, ja, ja, ja. šNo chille, cabrón. Que lo viole un moderado!, je, je, je'', se burlaba de sus propias palabras Tomás.
Al llegar hasta la lateral de Insurgentes ya esperaba la patrulla 07003, y los integrantes del CGH le pedían al policía que se lo llevaría: ''Señor oficial, por aquí, venga por él, y que conste que esto no es una privación ilegal de la libertad. Le advertimos a Zedillo, Labastida y Diódoro Carrasco que no vengan porque de aquí no salen''. Por fin, el vehículo se acercó y se llevó al detenido.
Así culminó aquel suceso que tensó los ánimos y puso en riesgo la entrega del edificio central de la UNAM... Eran ya las 20:30 horas.