Ť El conflicto, reflejo de la errada actitud del gobierno de Murat: Joel Aquino
Fracturada, la convivencia en Yalálag
Blanche Petrich, enviada, Villa Hidalgo, Yalálag, Oax., 10 de marzo Ť En este pueblo serrano, construido sobre laderas empinadas, los vecinos se espían con aprehensión desde las terrazas. Los familiares del difunto Roberto Limeta Mestas, muerto el martes en la trifulca del palacio municipal, insultan a sus rivales políticos si se cruzan con ellos en la calle. Gente que simpatiza con la asamblea comunitaria -seguidores de Joel Aquino- procuran no toparse en las veredas con los simpatizantes del grupo que controla el ayuntamiento, mucho menos acercarse al centro de la comunidad. Los ánimos están tan encendidos que la posibilidad de convivencia entre los 2 mil 500 yalaltecos está, por el momento, fracturada.
A pesar del desenlace violento del pasado 7 de marzo, la Policía Judicial del estado retiró desde el miércoles a sus efectivos, y dos patrullas de la Policía Preventiva permanecen inactivas frente al palacio municipal. Sus agentes dormitan a la sombra de las galeras de la explanada. Pero el inmueble ha sido retomado por los integrantes del anterior cabildo, que por decreto publicado en el Diario Oficial dejó de ser gobierno desde el primero de enero de este año.
Ayer por la tarde hubo entierro. Al paso del cortejo fúnebre, encabezado por un iracundo párroco, el bando de la asamblea comunitaria, conocido como el Grupo de la Loma, corrió a esconderse. Todo el día replicaron las campanas. Y desde el púlpito el cura Hermilo Cuevas atizó el fuego, llamando a los seguidores de su hermano Onésimo Cuevas Fabián, uno de los líderes del grupo apoderado del ayuntamiento, a vengar al difunto y señalando a Joel Aquino y a varios de su equipo como "asesinos".
Limeta Mestas era, comentan las integrantes de la Unión de Mujeres Yalaltecas, un hombre violento, con antecedentes penales y órdenes de aprehensión y conocido enlace para el tráfico de armas en los mercados regionales de la Sierra Norte. Lo apodaban El Palillo. Pero en los discursos del grupo que tiene el ayuntamiento, y que no dejan de pronunciar mediante el equipo de sonido, "su sacrificio es igual que el de Cristo"... O de Luis Donaldo Colosio, según el orador en turno.
Es el resultado de un conflicto anunciado con anticipación. Y, señala en entrevista Joel Aquino, líder histórico de la Asamblea Comunitaria, "reflejo de una errada actitud del gobierno de José Murat, que ha dejado sin solución, por negligencia o intencionalmente, no sé, decenas de conflictos comunitarios que han formado un cúmulo de pequeñas explosiones regionales potenciales".
Aquino cuenta que recientemente, en una reunión de trabajo con el diputado local Alvaro Jiménez, miembro de la Comisión de Gobernación, este le comentó que de las 8 mil comunidades que hay en Oaxaca, el gobierno tiene detectados al menos 600 focos rojos, conflictos a punto de reventar. Y, efectivamente, uno por uno, han ido estallando: San Martín de los Cansecos, Tlacolutla, Quetzaltepec, Tlacolulita, Ixtayuca. Y ahora Yalálag.
"Se desesperaron"
Desde hace semanas, la idea de recuperar pacíficamente el palacio municipal rondaba las reuniones del Grupo de la Loma. Algunos no estaban de acuerdo, entre otros Joel Aquino. "Pero la verdad es que se desesperaron. Desde hace un año no había ni servicio ni gestión pública. Llegó el día en que todo se paralizó, desde la banda de música hasta la oficina que emite actas de defunción. El administrador asignado, Carlos Rasgado Toledo, un muchacho bien intencionado, simplemente no pudo con el paquete. No lo dejaron.
"El gobierno de Oaxaca también decretó la suspensión del presupuesto. Sólo obtuvieron un envío de los últimos 700 mil pesos en diciembre, que nadie sabe dónde están. Los hombres fueron no una ni cinco veces a Oaxaca, sino cerca de 50, a reunirse con los funcionarios. Llegaban contentos, con las promesas, pero nada ocurría. Ahora en abril viene la lluvia y en la milpa hay mucho trabajo. Los señores andan muy ocupados. Eso también los presionó. Por eso el lunes por la noche decidieron: vamos, pues."
Ofelia, Isadora, Alicia, Braulia y muchas más son miembros de la Unión de Mujeres Yalaltecas y se reúnen para la entrevista. Evodia Aquino es quien lleva la voz cantante: "Póngale ahí bien clarito. Estamos exigiendo que el gobernador ya termine con esta situación, que deje de estar dormido y actúe. Aquí la única solución que cabe es un gobierno de coalición, que en vez de seguir dividiendo a los dos grupos nos ponga juntos para trabajar por el bien común". Su padre es Casimiro Primo. Con sus 80 años es el mayor de los presos que están en Santa María Ixcotel, en la capital del estado, acusados de homicidio y lesiones calificadas. A Casimiro el Ministerio Público le ofreció su libertad. El respondió: "O todos coludos o todos rabones". Y se quedó en prisión.
Entre los 11 consignados, seis son miembros del Consejo de Ancianos, que se sintieron obligados a acompañar a los hombres a la toma del palacio, aunque ellos habían recomendado actuar con prudencia. Son Lino Miguel, Alberto Molina Chiño, Alberto Delgado Mestas, Emeterio Cuevas, Melesio Aquino y Enrique Delgado. Y Casimiro.
En Oaxaca, el grupo de abogados defensores, encabezado por Adelfo Regino, de Servicios del Pueblo Mixe, se reunió con el secretario de gobierno, Héctor Anuar Mafud, para exponerle la situación.
El funcionario se comprometió a garantizar para los detenidos un juicio justo. Prometió que la Policía Preventiva tomará el control del palacio municipal de Yalálag en tanto se implanta una solución al conflicto intercomunitario.