MIERCOLES 15 DE MARZ0 DE 2000
Ť DisneyINAHlandia Ť
Ť Jaime Garduño Argueta Ť
Las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) están convencidas de que el patrimonio cultural es un negocio redondo y que de acuerdo con la globalización es urgente que esta riqueza, en especial las zonas arqueológicas y los monumentos coloniales e históricos de México deban convertirse en escenarios para comercializar nuestra identidad; que las raíces del ser nacional se conviertan en mercancía, que pueda ser vendida al mejor postor.
La propuesta de Ley General de Protección del Patrimonio Cultural de la Nación no ha sido aprobada, pero ya se vislumbra lo que podría pasar si ello ocurriera. Son varios los ejemplos: Chichén Itzá (Yucatán), con el concierto de Luciano Pavarotti; Kohunlich (Quintana Roo), con un concierto de la Sinfónica de la Secretaría de Marina; el santuario de X-chel (Quintana Roo), con un acto artístico para recibir el Primer Rayo del Milenio; y el fuerte de San Juan de Ulúa (Veracruz), con un concierto de Andrea Bocelli, entre otros. Ahora se trata de la Cumbre Tajín 2000. La Primavera del Milenio que se pretende efectuar en esa zona arqueológica del estado de Veracruz.
Este festejo tiene su paralelo con las celebraciones del 50 aniversario de Disneylandia. Es decir, como en nuestro país no existe el mundo de Disney, pues hay que crearlo con lo que se tiene a mano y qué mejor si el escenario es milenario. En eso, dirían las autoridades del INAH, superamos a los gringos.
Para celebrar el cincuentenario de Disneylandia se gastaron grandes cantidades de dólares en desfiles de todos y cada uno de los personajes de Disney, que fueron vistos por miles de personas en vivo; también mediante la televisión los espectadores fueron millones en todo el planeta.
El Castillo de Blanca Nieves lució sus mejores galas una noche en que toneladas de fuegos artificiales hicieron su aparición en el cielo. Miles de visitantes de muchos países aprovecharon para ser testigos de la historia.
Todo sea por el business
México no podía quedarse atrás, pues fuimos sede de una Olimpiada y de dos mundiales de futbol. Debemos estar a la vanguardia del progreso, de la civilización. šLástima que no podamos competir con las grandes potencias en los viajes interplanetarios!
Pero sí podemos hacerlo con Disneylandia, pues tenemos zonas arqueológicas y monumentos coloniales e históricos. ƑQué esos no son escenarios artísticos?, šno hay ningún problema! Si no son escenarios artísticos, pues los convertimos en eso, Ƒque son lugares sagrados que hay que respetar?, Ƒque son parte de nuestra identidad nacional? šja, ja, ja...! En esta etapa de la globalización lo sagrado y la identidad nacional valen para un pito.
Si no tenemos Disneylandia, pues hagamos šDisneyINAHlandia! šOh, qué maravilla! Para empezar se debe escoger un sitio: šEl Tajín!
Business, negocio... Uno de los organizadores es Gastón Melo, ex vicepresidente de Comunicación de Televisa, es decir, gente del mundo del espectáculo muy a tono con lo que se pretende. El título del acto: Cumbre Tajín 2000. La Primavera del Milenio, a desarrollarse en el corazón de esa zona arqueológica. En la plaza principal, frente a la pirámide de Los Nichos, frente a los dioses prehispánicos se montará un entarimado para la representación de dramas escénicos, coreografías de acróbatas, juglares, circo, cine, magos, audiovisuales monumentales, piezas sinfónicas y ritos milenarios, entre otras actividades.
Los asistentes tendrán oportunidad de participar en más de 40 talleres, entre los que se incluyen, zapateado jarocho, crónica, astronomía y máscaras. Habrá una oferta artística las 24 horas del día durante cinco días: del 17 al 21 de marzo. Como no hay hoteles en las inmediaciones de la zona arqueológica, se montarán 25 aldeas en casas de campaña, para 200 personas cada una. Al final, lo más importante, el costo por participar: mil dólares por persona. šNegocio redondo!
Por tanto, urge que se apruebe la propuesta de Ley General de Protección del Patrimonio Cultural de la Nación; es urgente la privatización de zonas arqueológicas y el negocio. Es urgente comercializar el patrimonio cultural, vender la identidad nacional.
Sin embargo, uno de los escasos reductos a nivel institucional de la honestidad, del coraje, del ser mexicano, de la defensa del patrimonio cultural es el Sindicato de Investigadores del INAH, que en coordinación con el pueblo, es decir, con los herederos de esa riqueza milenaria, demandan que el festival se suspenda, que esa sagrada zona arqueológica sea respetada.
El acto violenta las leyes sobre patrimonio cultural, como la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, su reglamento y el acuerdo del 30 de octubre de 1977. Este último determina:
''Los museos, monumentos arqueológicos, históricos y paleontológicos, así como las zonas de dichos monumentos, bajo la responsabilidad del Instituto Nacional de Antropología e Historia, no serán utilizados por ninguna persona física o moral, entidad federativa, estatal o municipal, con fines ajenos a su objeto o naturaleza..."
Si en el país se requiere una Disneylandia, podría mejorarse Reino Aventura para estar a la par con los gringos. Pero las zonas arqueológicas son sagradas y deben ser profundamente respetadas.
(El autor de este texto es arqueólogo e investigador del Centro INAH-Quintana Roo)