Ť Reuniones del candidato con intelectuales y Camacho
El gobierno panista sólo negociaría con el EZLN: Fox
Ť EPR y ERPI recibirían trato de delincuentes, asegura
David Aponte Ť El próximo gobierno panista sólo negociará un esquema de pacificación con el EZLN. El resto de los grupos guerrilleros, como el ERPI y el EPR y los que aparezcan, recibirá un trato de "delincuencia" y, en consecuencia, el peso de la ley, dijo ayer el candidato de la Alianza por el Cambio, Vicente Fox Quesada.
Una vez instalada en Los Pinos, la administración panista evitará en lo posible la proliferación de organizaciones armadas, las cuales no dan a conocer de manera clara sus causas y actúan de manera violenta y aislada, expuso el guanajuatense.
"Su existencia en muchos casos no es permanente o no es visible y carecemos de información precisa, pero se debe evitar todo lo que pueda violentar otras partes del territorio nacional por guerrillas, y sobre todo del tipo que han planteado estas organizaciones en sus manifiestos, pues la tarea es dar seguridad al país, trabajar sobre el estado de derecho, aplicar la ley y no permitir que proliferen estos movimientos a otras partes del país", argumentó.
Durante una reunión efectuada en las instalaciones del IFE con intelectuales, miembros de la agrupación política nacional Agenda 2000, José Agustín Ortiz Pinchetti preguntó al candidato presidencial del PAN cuál sería la estrategia para reactivar el diálogo con el EZLN y qué políticas aplicaría para atender las situaciones derivadas de la acción de grupos armados como el ERPI y el EPR.
En una actitud acorde a las circunstancias, sin chascarrillos, anécdotas o palabras de ranchero (por primera vez utilizó el término "depredando", en lugar del consabido "depradando"), Fox Quesada mencionó que el gobierno federal ha dispuesto de la "política del avestruz" en el caso de Chiapas, frente a un problema que requiere de la una solución de corto plazo.
De tal forma que la administración panista buscará el restablecimiento inmediato del diálogo con el EZLN. "De igual manera hacerlo con los otros protagonistas que de alguna manera tienen que ver con el conflicto, como es Cocopa, cafetaleros, iglesias, políticos locales y niveles locales de gobierno, a fin de que a la brevedad se ponga en marcha ese diálogo. Definitivamente, removeríamos los obstáculos que se señalan para el reinicio del diálogo (...) basados en los acuerdos de (San Andrés) Larráinzar o las propias propuestas de Cocopa...", dijo.
El guanajuatense agregó que el gobierno panista aplicará la ley para el resto de los grupos guerrilleros, a los cuales calificó de "delincuentes".
Chiapas, uno de los problemas graves que hereda el gobierno
Posteriormente, dijo a la prensa que las otras organizaciones armadas sólo han incurrido en la provocación y la violencia, "sin un sustento de reclamo social válido". Sin embargo, "estaremos atentos a escucharles cuantas veces quieran, a sentarnos con ellos para saber su preocupación y su rebeldía", matizó.
-ƑEl actual gobierno deja como herencia el problema de Chiapas? -preguntó una reportera.
-No, a mí me parece que son muchas las herencias que deja esta administración: pobreza, desempleo, exclusión y, por supuesto de corrupción, de narcotráfico, de violencia o de guerrilla o de conflicto, como es el caso de Chiapas. Son muchas, sería difícil escoger cuál es la más grave para el país. Todas son malas -respondió.
Otro periodista lo interrogó sobre si su próximo viaje a la capital de Estados Unidos sería más discreto para que no le ocurriera lo de Chile, en donde se le adelantó el candidato del PRI. Sonriente, Fox expresó: "Lunes y martes estamos allá, pa' que se vaya haciendo sus maletas Labastida rápido, porque lunes y martes estamos allá en Washington".
Por cierto, el político de oposición entró al edificio donde tienen sus oficinas los consejeros electorales. Al salir, le preguntaron si ya tenía lista la denuncia en contra de la cancillería por el supuesto apoyo que le brindó a Francisco Labastida en el viaje a Chile. "Nos piden pruebas y recurren a leguleyos. Pero fue evidente el respaldo", manifestó.
En la reunión con los miembros de Agenda 2000, Fox respondió a 22 preguntas de diversos tópicos: economía, política interior, exterior, sociedad, relación Estado-Iglesia, aborto, Pemex, entre otros. Muy propio respondió a todas ellas. No obstante, y como suele ocurrirle, resbaló en el uso del lenguaje.
Hay que superar los "jacobismos" (sic) del pasado, dijo al desarrollar el tema de la relación del Estado con las iglesias.
Más adelante, consideró que es necesario cambiar algunos principios de la política exterior, principalmente el relacionado con la no intervención, la Doctrina Estrada de los años 30, frente a casos de golpes de Estado militares y violaciones flagrantes a los derechos humanos en el exterior. "Ahí se tiene que escuchar la voz de México", reclamó.
Una vez más, la pregunta recurrente sobre la privatización de Pemex. Con un "el petróleo es sagrado", contestó que él "no es un privatizador" y que en el programa de su gobierno no está considerada la venta de los activos de la paraestatal. Pero sí una revisión de dónde han parado los recursos del oro negro, porque definitivamente no han beneficiado a los mexicanos más pobres, concluyó.
El candidato de la Alianza por el Cambio se reunió en privado por la tarde con Manuel Camacho Solís, aun cuando su equipo de campaña informó a la prensa que no tendría más actividades. Los aspirantes presidenciales hablaron durante unos 20 minutos en la antigua casa de campaña de Fox, ubicada en las Lomas de Chapultepec, lejos de las miradas de los periodistas.
De acuerdo con el equipo de campaña del panista, ambos dialogaron sobre la transición democrática en el país, sin llegar a ningún acuerdo específico.