JUEVES 16 DE MARZO DE 2000
* Será instalada en una fuente abandonada de la segunda sección de Chapultepec
Cocodrilo, de Carrington, auténtico regalo para la ciudad: Isaac Masri
* La escultura encabezará el desfile de carros alegóricos el próximo domingo 19
* Dentro de los festejos por la primavera en el DF, se rendirá un homenaje a la artista
Merry Mac Masters * Un paseo por la ciudad tuvo el monumental dios prehispánico de la lluvia, Tláloc, cuando fue llevado al nuevo Museo de Antropología e Historia en los años sesenta. Algo parecido sucederá el próximo fin de semana cuando la escultura en bronce Cocodrilo, de Leonora Carrington, salga de la fundición en el norte de la metrópoli, recorra las avenidas de los Insurgentes y Paseo de la Reforma, antes de resguardarse en espera de su incorporación al desfile que encabezará el domingo 19, de carros alegóricos diseñados por diferentes artistas plásticos que incorporan fragmentos del poema Declaración de amor y odio a la ciudad, del ''gran cocodrilo" Efraín Huerta. La parada saldrá del camellón Reforma-Gandhi tras la apertura de Escultura, primavera 2000, muestra que reúne 35 piezas de siete escultores, rumbo al Zócalo.
Todo dentro de los festejos de la ciudad de México con motivo de la primavera, que incluyen un homenaje a Carrington, artista inglesa radicada en esta urbe. El domingo siguiente, la monumental pieza de Carrington de unas cinco toneladas y que mide 8.50 x 4.80 x 1.15 metros, será instalada en una fuente abandonada de la segunda sección del Bosque de Chapultepec, donde también serán exhibidos los carros alegóricos.
Crear por inspiración
Cocodrilo es un auténtico regalo para la ciudad. Además de que su autora la donó, el solo hecho de haberse inspirado lo suficiente para crearla es algo que se debe destacar. Isaac Masri, director de Impronta Editores y promotor de la iniciativa, explica cómo después de ver las ocho piezas realizadas por Carrington para el proyecto Libertad en bronce, trató de convencerla que hiciera más: ''Me fue difícil entender que Leonora no trabaja por encargo, que no le interesa la difusión ni el dinero, y que sólo produce cuando se siente inspirada.
''Después de que terminamos Libertad en bronce y todavía estábamos en el camino de la exposición, me llamó y me invitó a tomar güisqui un lunes, como solemos hacer. Para sorpresa mía me dijo: 'antes de tomar el güisqui vamos a subir porque mi escalera es muy peligrosa'. Me llevó por una escalera metálica de caracol hasta la azotea tres pisos arriba. Allí abrió la puerta de un cuarto que desconocía y me encontré con esa pieza que es Cocodrilo, totalmente desarrollada con papel envuelto por tela. Me emocionó porque no me lo esperaba. Lo primero que me vino a la cabeza fue que esto tiene que estar en el agua. Leonora me dijo: 'llévela a la fundición', lo cual hice y el resultado le encantó."
Masri tiene seis años de trabajar con Carrington y siempre ha pensado que la artista, nacida en 1917, merece un homenaje, pero ''en vida". En una plática con Cuauhtémoc Cárdenas, cuando todavía era jefe de Gobierno del DF, el cirujano dentista le sugirió un reconocimiento para doña Leonora, ''de la ciudad que había escogido para vivir, donde nacieron y crecieron sus hijos, y donde ha hecho la mayor parte de su obra". El entonces gobernante le contestó: ''de inmediato".
Masri apunta que la creadora nunca estuvo de acuerdo en el homenaje, ''siempre me daba largas o cambiaba de tema". Luego, en una cena, Cárdenas se lo ofreció y Carrington aceptó, pero pidió que no fuera grande, relata.
El siguiente paso, continúa, fue buscar un espacio público para Cocodrilo. Recorrieron desde Iztapalapa hasta el Ajusco, pasando por las avenidas Revolución, Alvaro Obregón, Reforma e Insurgentes. Un día ya cansado de tanto buscar, al pasar por la segunda sección de Chapultepec encontró ''una fuente de unos 30 metros de diámetro, con una infraestructura impresionante de máquinas y tuberías, abandonada desde los años sesenta". Masri acudió al Instituto de Cultura de la Ciudad de México (ICCM), que lo encauzó con la subdelegación del Bosque de Chapultepec.
Rediseño de José Iturbe
Para rediseñar la fuente y parte de la plaza fue invitado el arquitecto José Iturbe. Como era una zona en la que pululaban bandas, fue iluminada y borrados los graffitis. Masri calcula que la remodelación requirió un millón de pesos, parte de cuyos fondos provinieron de donativos hechos a Agua Tinta, asociación civil que también encabeza, así como del Gobierno de la ciudad de México por medio del ICCM. Muchos, sin embargo, no cobraron su trabajo como fue el caso de Iturbe.
Paralelamente a este proyecto, Masri promueve la exposición Escultura, primavera 2000, segunda de su tipo que se ofrece en el camellón central de Paseo de la Reforma, entre Gandhi y el Museo de Antropología e Historia, con la colaboración del ICCM. A diferencia de Libertad en bronce, el trabajo es de escultores y no de pintores. Fueron invitados Fernando González Gortázar, Marina Lascaris, Jesús Mayagoitia, Paul Nevin, Kyoto Ota, Ricardo Regazzoni y Jorge Yázpik. A cada uno se le asignó una superficie de 47 metros por 10 metros, es decir, 470 metros cuadrados. En esta ocasión la obra no es propiedad de Impronta Editores sino de los artistas.
Hubo quienes, como González Gortázar, Regazzoni y Mayagoitia crearon piezas ex profeso para el camellón. También están los que participan con una sola obra: la de Mayagoitia está calculada para 32 columnas, mientras que la de Regazzoni es un arco y una columna con un espejo de concreto de 40 metros de alto. Son 35 esculturas. Como se trata de la primavera, las obras estarán rodeadas de un jardín de azaleas de color coral.
Masri desconoce si organizará otra exposición en el camellón de Reforma. Pero eso no le preocupa, porque en la ciudad de México ''hay muchos espacios y plazas; sólo hay que tener el ojo de buscarlas".