JUEVES 16 DE MARZO DE 2000
* Contenía 325 mil dólares en efectivo y 100 mil en cheques de viajero
Halla la PGJDF una caja más de Izábal
* Ordena un juez catear la casa del hermano del ex funcionario * Era socio del presunto suicida
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) localizó otra caja de seguridad a nombre de Juan Manuel Izábal Villicaña, en una sucursal del Banco Bital ubicada al sur de la ciudad, que contenía 325 mil dólares en efectivo y 100 mil más en cheques de viajero, informó la vocera de la dependencia, Susana Manterola.
Al igual que en las tres cajas que anteriormente fueron revisadas por la dependencia, el dinero en efectivo se componía de billetes de baja denominación (uno, cinco y 10 dólares). De esta manera, la suma del capital que hasta la fecha ha encontrado la PGJDF de quien se desempeñaba como oficial mayor de la Procuraduría General de la República asciende a un millón 547 mil 500 dólares.
En tanto, el juez sexto penal, Eduardo Mata Carrillo, giró una orden de cateo al domicilio, en la colonia Roma, del hermano del ex funcionario, Eduardo Izábal Villicaña, que realizo el martes personal de la dependencia. Manterola dijo desconocer las razones que tuvo el Ministerio Público para proceder al registro de la casa del hermano y los resultados del cateo. Izábal había manifestado en su declaración patrimonial su hermano Eduardo participaba como socio en algunos de sus negocios.
Según los hechos asentados en la averiguación previa 65/258/00-03, Juan Manuel Izábal visitó a Eduardo la madrugada del miércoles, horas antes de que fuera encontrado muerto en su camioneta. El ex funcionario llegó al domicilio de su hermano alrededor de la una de la madrugada, donde permaneció unos diez minutos, según el testimonio del mismo Eduardo, quien habría sido la última persona que lo vio antes de que presuntamente se suicidara.
Antes dijo a su esposa que iba a aplicarle una inyección a Eduardo, quien en su declaración admitió que le pareció extraño que se presentara ese día, aunque no por la hora,pues regularmente se retiraba muy tarde de su oficina en la PGR.
Eduardo Izábal, además, cuestionó la autenticidad de las cartas póstumas atribuidas al ex funcionario. (Angel Bolaños)