VIERNES 17 DE MARZO DE 2000

* Culminó la decimoquinta Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara


De ida y vuelta, de Aguirre, logró el Mayahuel a la Mejor Película

* Fernando Luján triunfó en actuación masculina por su papel en el filme de Carmen de Lara

* Parece ser que el séptimo arte nacional ya despertó, festeja la actriz Ofelia Medina

Mónica Mateos, enviada, Guadalajara, Jal., 16 de marzo * La opera prima del cineasta Salvador Aguirre, De ida y vuelta, obtuvo el Premio Mayahuel a la Mejor Película de la decimoquinta Muestra de Cine Mexicano que anoche culminó en esta ciudad.

El jurado oficial, integrado por Diana Bracho, José Carlos Avellar, Klaus Eder, Juan Carlos Frugone y Martín Rejtman, eligió a Benjamín Cann como mejor director por su trabajo en Crónica de un desayuno, su tercera película (las anteriores son Yo no lo sé de cierto, lo supongo, de 1982, y De muerte natural, filmada entre 1987-89).

Asimismo, el Mayahuel a la Mejor Actuación Masculina fue para Fernando Luján por su participación en la cinta En el país de no pasa nada. La mejor actriz, en opinión del jurado, fue Julieta Egurrola, quien participa en la misma película.

El Premio Mayahuel al Mejor Contrometraje fue para El milagro, de Ernesto Contreras, y se confirió una mención especial, en ese género, a El ojo en la nuca de Rodrigo Pla.

En un ambiente de optimismo, respecto de la calidad de las películas que compitieron, el jurado de la crítica nacional, integrado por Ana María Meier, Javier Betancourt, Oscar Uriel, Roberto Escamilla y Pedro Raigosa, designó como mejor cinta a Rito terminal, de Oscar Urrutia, ''por la originalidad y el respeto en su enfoque hacia la magia del México profundo, así como por la fuerza de sus imágenes".

Como mejor cortometraje eligieron Las olas del tiempo, de Carlos Salces, ''por su visión poética y la maestría que su realizador muestra en el manejo de la forma y el ritmo".

La opera prima de María del Carmen de Lara, En el país de no pasa nada, fue galardonada por la Organización Católica Internacional de Cine (OCIC), ''por aportar a la cinematografía nacional una visión femenina y crítica, a la vez que divertida e inteligente de la clase en el poder.

''Porque presenta una alternativa de liberación para su protagonista y rescata el género de comedia mexicana", se sustentó.

 

La ley de Herodes, de

Estrada, un parteaguas

 

La presidenta de honor del jurado de la Organización Católica Internacional de Cine fue Ofelia Medina, quien expresó: ''Hace un año decía que el cine mexicano ya se había muerto porque no había público, estaba muy molesta con la postura como de escape de algunos directores que filmaban temas quién sabe de qué, es decir, que no reflejaban lo que pasaba en el país. Estoy gratísimamente sorprendida porque parece que ya despertamos.

''La ley de Herodes (largometraje de Luis Estrada) es el parteaguas, porque por primera vez llama a las cosas por su nombre; era increíble que no dijéramos 'el PRI', había autocensura y pensábamos que si lo decíamos nos cortarían el presupuesto. Ya se dijo la frase 'el PRI' y liberó a muchos; ya vimos que nadie se murió y que se siguen haciendo películas. Sigamos por ese camino, pues el público está entusiasmado yendo a ver cine mexicano, porque por fin se está viendo reflejado.

''No había películas que lo hicieran y el cine es un espejo donde uno se busca.

''Nuestro país tiene movimientos sociales interesantísimos a nivel mundial y no es posible que nos autocensuremos.

"Soy optimista respecto de lo que se presentó aquí, siempre y cuando no se dé un paso atrás. Por ejemplo Crónica de un desayuno, de Benjamín Cann, tiene un punto de vista estético importante, pues genera atmósferas para lograr estupendas actuaciones.

''Mi generación nunca tuvo actuaciones así porque los directores no generaban ambientes; filmar era muy frío."

La actriz agregó que filmes como Rito terminal ''reconocen que el mundo indígena nos es desconocido. No es una visión folclórica ni mistificada de los indígenas. Eso nos sucede como país, porque tampoco sería honesto hacer películas sobre ese mundo si no lo comprendemos.

''Las películas de Emilio Fernández eran su versión de los indios, no la realidad. Lo que queremos es que haya cine indígena, no sobre los indígenas. Es muy caro, pero lo estamos intentado; ya hay videos hechos por indígenas que son bellísimos, tienen otra concepción estética. Espero que en la próxima Muestra se presente alguna película hecha por una de estas comunidades."

Raúl Padilla, presidente del Patronato de la Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara, informó que el encuentro costó 6 millones 200 mil pesos y que la asistencia a la proyección de los 34 largometrajes invitados fue de 32 mil personas.